14:00  hrs. 7 de Agosto de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-506

Centro Cultural Universitario Tlatelolco

 

Daniel Cazés

Pie de foto al final del boletín

 

 

IMPOSIBLE EL AVANCE DE LA DEMOCRACIA, SIN LA PARTICIPACIÓN DE LAS GENERACIONES DE 1968

 

 

Las generaciones que participaron en el movimiento de 1968 contribuyeron a la estructuración de nuevas formas de relación política. Sin sus acciones y aportes a la lucha ideológica, habría sido imposible el avance de la democracia y la participación ciudadana, afirmó el integrante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, Daniel Cazés Menache.

 

En el marco de la conmemoración de los 40 Años del Movimiento Estudiantil del 68, dijo que desde hace cuatro décadas, se buscan las acciones adecuadas que conduzcan a democratizar al país, a partir de sus necesidades nacionales.

 

Al participar en la primera conferencia del programa de actividades, organizado por esta casa de estudios para conmemorar el 2 de octubre de 1968, señaló que los movimientos estudiantiles adquieren trascendencia política al hacer eco de los malestares sociales, que reflejaron y difundieron, al tiempo que propusieron soluciones.

 

Acompañado por el director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), Sergio Raúl Arroyo García, recordó que en ese año la política del desarrollo estabilizador estaba en auge, encaminada a acelerar la industrialización y a elevar las tasas de crecimiento económico. Hacía tiempo que el gasto público favorecía las ganancias privadas y se habían reducido las inversiones estatales en el campo y las destinadas al denominado bienestar social.

 

“El movimiento estudiantil del 68 expresó y aglutinó a diversas fuerzas, sus postulados estaban enfocados a la libertad democrática de expresión, organización y lucha política, y a la exigencia de un diálogo público en el Zócalo, entre otros”, sostuvo.

 

En el CCUT, subrayó que en el movimiento se consiguió que la prensa ampliara los márgenes de opinión, que el arte oficial fuera sometido a críticas creativas, además del incremento de espacios para los jóvenes.

 

Cada una de las movilizaciones fueron demostraciones de la cultura política en la vida cotidiana; antes de ellas, no eran perceptibles. Hoy, ni la conciencia política de esas generaciones, ni los proyectos de transformación democrática, han sido vencidos, agregó.

 

El especialista comentó que quienes participaron en esos episodios, aprendieron que los avances deben construirse de manera paulatina, discutir, denunciar y manifestar las exigencias. Hoy se tienen 40 años de “edificación”, y aún se está lejos de la meta.

 

Así, la mansedumbre –entonces pilar de la democracia mexicana–, comenzó a ceder paso a la conciencia ciudadana y las organizaciones partidarias modificaron la realidad del poder, que se creía inmutable; cuestionaron los proyectos hacia nuevas formas de relación donde no tuviesen lugar la opresión en la experiencia cotidiana y personal.

 

Cazés Menache precisó que el primer movimiento universitario en América Latina tuvo lugar en Puebla en 1647, cuando el arzobispo Palafox y Mendoza, al aplicar la reforma educativa y eclesial, entró en conflicto con los jesuitas.

 

Por otra parte, comentó que las expresiones juveniles hasta finales del siglo XX involucraron a las instituciones. En 1968, la ciudadanía formó parte de la inconformidad, convirtiéndolo así en un movimiento popular.

 

Finalmente, indicó que los estudiantes universitarios en aquella época participaron en las protestas sociales en Chilpancingo, Guerrero, entre 1960 y 1967, lo mismo que en Puebla, entre 1962 y 1964. De igual modo, fueron activistas en las entidades de la República donde surgieron conflictos colectivos.

 

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Sin el movimiento del 68 habrían sido imposibles los avances de la democracia y la participación ciudadana, afirmó el integrante del CEIICH de la UNAM, Daniel Cazés Menache, en el CCU Tlatelolco.

 

 

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Quienes participaron en los episodios del 68, aprendieron que los avances deben construirse de manera paulatina, afirmó el especialista de la UNAM, Daniel Cazés Menache.