06:00  hrs. 1 de Agosto de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-493

Ciudad Universitaria

 

 

María Antonieta Martín Granados

Pie de fotos al final del boletín

 

 

SEMILLERO DE JÓVENES EMPRESARIOS, EL PROGRAMA EMPRENDEDORES DE LA UNAM

 

·        La titular de la Facultad de Contaduría y Administración, María Antonieta Martín Granados, dijo que esta iniciativa ha tenido importantes logros

·        El coordinador del Programa, Francisco Martínez García, informó que cada año se atienden más de 50 proyectos y a más de tres mil 600 personas

·        Se da orientación e información sobre oportunidades empresariales, fuentes de financiamiento, registro de una empresa y planes de negocio, entre otros

·        Se le otorgó la certificación como incubadora de empresas tradicionales, por el permanente impulso a la creación, desarrollo y consolidación de negocios

 

La Facultad de Contaduría y Administración (FCyA) de la UNAM, a través del Programa Emprendedores, desde hace 18 años, se ha convertido en un semillero de pequeños empresarios, jóvenes emprendedores que ven en la apertura de un negocio propio la oportunidad de convertirse en empleadores.

 

La directora de la FCyA, María Antonieta Martín Granados, señaló que a lo largo de la historia, esta iniciativa ha tenido importantes logros, porque muchos de los estudiantes que iniciaron la creación de una compañía, han podido cristalizar su esfuerzo e incluso ahora exportan a Estados Unidos, Canadá o Japón.

 

Además, hay otros que, sin ser alumnos de esta entidad, han tomado los talleres o las asesorías y hoy día también tienen negocios que están creciendo, y muchos de ellos llevan sus productos y servicios a mercados internacionales, agregó.

 

Al respecto, el coordinador del Programa, Francisco Martínez García, informó que, cada año, se atienden más de 50 proyectos y a más de tres mil 600 personas, a quienes se les da orientación e información sobre oportunidades de negocios, fuentes de financiamiento, registro de una empresa y planeación, entre otros aspectos.

 

Se busca formar una cultura empresarial, realizar un diagnóstico individual y que los involucrados consideren sacar adelante su propuesta.

 

Martín Granados consideró que en la Facultad hay ejemplos de alumnos que no han llegado a cristalizar sus proyectos por muchas razones, pero en la mayor parte se debe a cuestiones económicas, porque tienen una buena idea y un excelente producto, pero no el capital suficiente para culminar el proceso.

 

Del sueño a la realidad

Los casos de emprendedores exitosos se han multiplicado. Son los ejemplos de Efraín Martínez Duarte y Georgina Segura, quienes con las asesorías y los talleres que han recibido del Programa, han llegado muy lejos.

 

Martínez Duarte se dedica al cultivo y la comercialización de jitomates hidropónicos, y Segura a la elaboración y venta de mazapanes. Ambos, con un ingrediente que hace la diferencia en el mercado: el valor agregado.

 

El primero es egresado de la licenciatura en Contaduría de esta Facultad. Hace poco más de tres años y medio acudió al Programa con la inquietud de desarrollar un negocio, porque “siempre crecí y estudié con la mentalidad de ser empresario, tener mi propia ocupación, ser empleador y no empleado. Me titulé, trabajé algunos años para algunas compañías, pero siempre conservé con esa inquietud”.

 

Sin embargo, no sabía a qué aplicarse, cómo hacerlo, dónde obtener los recursos, y en la FCyA le ayudaron a hacer el plan, en el que trabajó seis meses. Ahí decidió abocarse a los cultivos hidropónicos, porque en México se ha explotado poco esta área.

 

Martínez Duarte refirió que cuando nació la empresa que hoy dirige, Cultivos Hidropónicos del Valle de México, apenas contaban con una superficie de dos mil metros cuadrados y unos cuantos productores. Pero hoy son 28 los que se han sumado a una asociación para trabajar de forma conjunta y formar una entidad integradora con impacto estatal y regional en la zona centro del país.

 

Ahora, en gran medida, el éxito alcanzado se debe, al valor agregado, a la utilización de un invernadero para cultivar. Ello les ha permitido controlar las condiciones climáticas, de humedad y de nutrición para así producir hortalizas de la más alta calidad, libres de contaminantes, lo que les ayuda a mantener un sobreprecio.

 

Mazapanes de pistache o nuez…

Otro caso de éxito es la directora y fundadora de la empresa Achtli, Georgina Segura, quien con el apoyo de Emprendedores diseñó la estrategia de este negocio enfocado al mercado internacional. Sin embargo, la lentitud del proceso para acreditarse fuera del país, y la falta de financiamiento la obligaron a voltear al ámbito doméstico.

 

Achtli se dedica a la elaboración y venta de mazapanes. Apostó por un producto tradicional con valor agregado, que aprovechara la demanda de dulces mexicanos en el orbe. Fue en 2003 cuando la técnica laboratorista bioquímica y su hermano, David, decidieron fundar un negocio familiar que se valiera de insumos del campo y creara empleos en Morelos, su lugar de origen, con asesoría de esta Facultad.

 

Hoy día, Achtli cuenta con una plantilla laboral de 11 trabajadores, quienes elaboran mazapanes de pistache, nuez y cacahuate, y se ha preocupado por cumplir con las normas nacionales e internacionales de etiquetado y las características demandadas por los consumidores de EU, Europa, Cuba y México.

 

Con una visión actual, Segura ha dado a conocer el producto y contactado posibles compradores, en ferias y foros en México y el extranjero donde ha tenido aceptación. Por ello, viajará a Estados Unidos, y planea tocar puertas en Europa, principalmente Holanda.

 

Hay más ejemplos exitosos, como el colombiano Chamberlayn Beltrán, quien desarrolló con otros socios un software para la industria petrolera, porque uno de los principales problemas era la parte administrativa, la forma de llevar la idea al mercado. A raíz de que tomó el taller en la FCyA ya tiene compradores.

 

Emprendedores

Este programa, recordó Francisco Martínez, nació hace más de 15 años con la impartición de la materia Taller de Empresas, para que los estudiantes tuvieran una visión empresarial.

 

El Programa ha tenido modificaciones y, en la actualidad, no sólo se enfoca a que el alumno advierta la viabilidad de ser emprendedor, sino que sean conscientes de que a sus 21 o 22 años pueden dar origen a una pequeña organización, tradicional o de alta tecnología.

 

Además, añadió el coordinador, desde hace seis años se ha impulsado la formación de un centro en el que se cuenta con un grupo de asesores, mercadólogos y administradores, fiscalistas y financieros, que brinden apoyo a quienes quieren tener su propio negocio para trabajar en el proyecto.

 

En ese sentido, María Antonieta Martín subrayó que el principal foco de atención son los alumnos; se ha fortalecido la asesoría a quienes cuentan con un negocio o un proyecto, gente que sabe poco de administración y de trámites.

 

En la Facultad se les orienta en administración, costos, mercadotecnia, contabilidad e inclusive impuestos. También se les imparten cursos especiales para hacer el plan de negocios, y, en su curso, se les ayuda a obtener recursos de Nacional Financiera o de la Secretaría de Economía (SE).

 

 

Francisco Martínez señaló que el programa se divide en dos etapas: en la primera, la académica, se imparte en el tercer semestre la asignatura correspondiente, pero a partir del próximo año se ofrecerá en séptimo de la carrera de administradores, y como optativa para contadores e informáticos. En el semestre, los alumnos comienzan su idea de negocio y el estudio de mercado para darle viabilidad.

 

En la segunda fase, la técnica, se analizan los insumos y los costos, y posteriormente pasan a la parte administrativa, es decir, el personal requerido y sus funciones. Después viene la fase financiera, para estimar el dinero que se necesita, el tiempo de recuperación, el monto de la inversión, el plazo de pago y, finalmente, la parte legal, para saber cómo se darán de alta: como persona física o moral, y los trámites requeridos.

 

De hecho, hace año y medio la SE le otorgó al Programa la certificación como incubadora de empresas tradicionales, por el permanente impulso a la creación, desarrollo y consolidación de negocios, no sólo en el ámbito nacional sino también internacional.

 

En ese sentido, el coordinador comentó que es una certificación importante porque ofrece la capacidad de “bajar” dinero para las empresas. La UNAM define qué proyecto puede ser factible de recibir recursos, se pasa a la SE, y si lo aceptan, se les otorga un financiamiento que va de 80 mil a 300 mil pesos a empresas tradicionales, y hasta dos millones a las de alta tecnología.

 

Otro aspecto importante son los talleres, dirigidos a quienes no tienen la mínima idea del plan de negocios, impartidos en dos meses. Lo han tomado egresados de varias profesiones, como químicos, ingenieros y veterinarios.

 

Martínez reveló que como Universidad se busca apoyar al sector industrial, la parte de producción, aunque también acuden emprendedores del área de servicios y algunos del sector comercio. El 70 por ciento de los proyectos que recurren a Emprendedores son empresas tradicionales, 25 por ciento de tecnología intermedia, y el resto de alta tecnología.

 

 

Una empresa tradicional puede ser un restaurante o una; la de tecnología intermedia es aquella que necesita algo más especializado, como un software o una máquina, y la de alta tecnología son proyectos de investigadores, donde se requieren laboratorios; hasta en tanto el proyecto avance se le considera como empresa de alta tecnología.

 

María Antonieta Martín señaló que Emprendedores también ha diseñado diplomados, dirigidos a diversos sectores de la población. Uno de ellos es para aquellas personas, ya sea empresarias o en general, que inventan o mejoran procesos, a fin de mostrarles qué deben hacer para aprovechar y administrar esa innovación.

 

Otro es el de Mujeres emprendedoras, dirigido al sector femenino, pues en el país no hay muchas fuentes de empleo para este sector. Pero el programa también ha elaborado otro diplomado llamado Emprendedores de oro, que atiende a quienes son despedidos o se jubilan.

 

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FOTO 01

 

La directora de la FCyA de la UNAM, María Antonieta Martín Granados, señaló que a lo largo de la historia, el Programa Emprendedores ha tenido importantes logros.

 

 

FOTO 02.

 

Efraín y Francisco Martínez, beneficiado y coordinador del Programa Emprendedores de la FCyA de la UNAM, respectivamente, que cada año atiende más de 50 proyectos y a más de tres mil 600 personas.