Boletín UNAM-DGCS-491
Ciudad Universitaria
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final del boletín
Desde sus inicios, la
civilización nunca había atravesado procesos críticos como la actual crisis
ambiental, afirmó en la UNAM el especialista Enrique Leff Zimmerman, quien
añadió que nunca se había enfrentado un riesgo que no sólo fuera mundial, sino
que planteara la sobrevivencia de la humanidad y del planeta mismo.
En el marco del XXXIII
Coloquio Internacional El Planeta Tierra
y las Relaciones Internacionales, organizado por la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales (FCPyS), el también coordinador del Programa General de la
Red de Formación Ambiental para América Latina y el Caribe, del Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente, explicó que ese problema, manifiesto en
la desestructuración de ecosistemas, deforestación y calentamiento global, es
esencialmente político, social y humano.
La crisis ambiental es
de conocimiento y de concepción; desde esa perspectiva equívoca, se ha
intervenido al planeta y a
Los pueblos originarios,
relató el ponente, aprendieron a co-evolucionar con el entorno, pero luego vino
la idea de la supremacía del ser humano y la creencia de que el medio ambiente
está a su servicio y existe para ser explotado por él.
Marx expuso que, desde
los inicios del capitalismo, se explotó a la clase trabajadora, pero también a
la naturaleza, a la que destruía, precisó Leff en el auditorio
La economía actual está
sustentada en una estructura que, por su conformación, se resiste a
estabilizarse y tiende a crecer “como un cáncer y su metástasis”, consideró.
Es tanto así que se le
culpa del bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), por la existencia
de la pobreza, sin percatarse que ese “motor” alimentado de naturaleza es el
mismo que ha provocado la grave crisis ambiental actual, añadió.
Pero ésta no sólo
consiste en la contaminación del agua, la destrucción de los bosques o del
planeta en general, advirtió. Incluye también una debacle moral, que ha vaciado
de sentido a la actual forma de ser y de vivir. Por ello, “no es sólo
ecológica, sino ética”.
Este conflicto radical
de la humanidad se basa en el hecho de que no se piensa correctamente, ni
siquiera se reconoce como tal, a pesar de la aceleración de procesos como los
meteorológicos, perdieron su “naturalidad” y son cada vez de mayor magnitud,
alertó.
Pero el establishment, prosiguió, si no niega el problema, sí
busca absorberlo dentro del mismo sistema del conocimiento, y surge una
geopolítica de desarrollo sostenible que tiene que ver con nuevas formas de
globalización, apropiación y explotación de la naturaleza.
En consecuencia, emerge
una nueva disciplina,
La economía, dijo Leff,
nunca “pensó” que dependía de tal forma de
El especialista expuso
que este conflicto no puede ser resuelto por el mejor sistema de planificación
ni por el gobierno más recto; “la única solución que se avizora es entrar a la
raíz del problema, comprenderlo y empeñarse en construir una racionalidad
alternativa”.
Se trata de fundar una
economía basada en la productividad ecológica del planeta, en la creatividad
cultural de los pueblos, en los principios éticos de distribución de la
riqueza, con una ciencia y tecnología no asociadas al gran capital, sino
vinculadas con una nueva racionalidad “ecotecnológica”, donde se privilegia la
capacidad productiva de la naturaleza misma, conservándola y generando riqueza
por esa vía.
La ciencia y la
tecnología seguirán siendo útiles, y la humanidad tendrá que refundarse en una
nueva ética, concluyó.
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El especialista Enrique Leff Zimmerman afirmó en la
UNAM que nunca se había enfrentado un riesgo que no sólo fuera mundial, sino
que planteará la sobrevivencia de la humanidad y del planeta mismo.
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La crisis ambiental es de conocimiento y de
concepción; desde esa perspectiva equívoca, se ha intervenido al planeta y a la
naturaleza, dijo en la UNAM, el experto Enrique Leff Zimmerman.