12:30  hrs. 20 de Julio de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-469

Ciudad Universitaria


Perla Maldonado

 

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EL EXTRACTO DE AJO ENVEJECIDO PODRÍA PREVENIR LA MUERTE CELULAR EN CASOS DE INFARTO CEREBRAL

 

·        Perla Maldonado y Diana Barrera Oviedo, de las facultades de  Química y Medicina de la UNAM, adelantaron que podría alargar el tiempo para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado

·        Es una investigación en conjunto con el Laboratorio de Patología Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez

·        El infarto cerebral es la tercera causa de muerte, la primera de incapacidad en adultos y la segunda de demencia en el mundo

 

Científicos de la UNAM y del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS), encontraron que el extracto de ajo envejecido reduce, e incluso inhibe, la muerte celular en un modelo experimental de isquemia cerebral.

 

La sustancia retrasa temporalmente los mecanismos patológicos que llevan a la muerte celular, lo que podría alargar el tiempo para que los pacientes reciban un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado, al prevenir el daño que se presenta cuando se reestablece el flujo sanguíneo, informaron Perla Maldonado y Diana Barrera Oviedo, académicas de las facultades de Química y de Medicina, respectivamente.

 

La también investigadora en el INNNMVS, Perla Maldonado, explicó que la isquemia es la interrupción de la llegada de sangre a cualquier órgano, como el cerebro, a causa de un ataque al corazón o el taponamiento de alguna arteria, como la cerebral media.

Ese proceso se asocia con la reperfusión, reestablecimiento del riego sanguíneo, ya sea cuando se deshace el coágulo que bloqueaba una arteria o al reiniciar la actividad cardiaca, agregó.

 

El infarto cerebral está asociado a diversos factores de riesgo como: problemas circulatorios, ateroesclerosis, daño al miocardio y diabetes, entre otros, abundó Diana Barrera.

 

La falta de ejercicio y la alimentación con alto contenido en grasas saturadas y sal, así como el aumento del tabaquismo, el alcoholismo y el estrés, propician el infarto cerebral que en el mundo, según cifras del laboratorio Sanofi Aventis (2006), es la tercera causa de muerte, la primera de incapacidad en adultos y la segunda de demencia.

 

De los 15 millones de personas que cada año sufren un evento de este tipo en el orbe, cinco millones mueren y otra cantidad igual queda permanentemente discapacitada. En México, representa una alta causa de muerte y la primera causa de hospitalización por motivos neurológicos. Es más común en personas mayores de 65 años, aunque se puede presentar a cualquier edad.

 

La enfermedad vascular cerebral puede ser isquémica o hemorrágica. El tipo más extendido, en 83 por ciento, es el isquémico, también llamado embolia. El resto aparece como hemorragia o derrame cerebral, y propicia un bajo índice de supervivencia.

 

El evento vascular isquémico puede presentarse en uno o ambos hemisferios del cerebro. Los síntomas son variados, expuso Maldonado las extremidades comienzan a tener problemas, el entendimiento y la expresión verbal se dificultan y puede presentarse vómito o pérdida de la conciencia.

 

Asimismo, los daños producidos son diversos y dependerán del tiempo en que se interrumpa  la irrigación de sangre al cerebro. Si es de unos cuantos minutos y el flujo se reestablece, no habrá consecuencias. Pero si se prolonga, puede derivar en parálisis, problemas de raciocinio, del habla, de la visión o de coordinación motora, precisó.

 

De ahí, surgió el interés por estudiar las propiedades de ese condimento en la prevención de la muerte celular cerebral. Se decidió utilizar el extracto del ajo envejecido, que se “añeja” en etanol por meses; al ser menos irritante se puede consumir por tiempos prolongados y en mayor cantidad.

 

Se realizaron experimentos que consistieron en administrar esa sustancia a diferentes tiempos en roedores: 30 minutos antes, al inicio, y una hora después de la reperfusión. Se midió el área de infarto dos horas después del inicio de la reperfusión y se evaluó cuánto tiempo se mantenía el "efecto protector".

 

La reperfusión, aclaró Maldonado, es más deletérea o mortífera incluso que la isquemia, debido a la producción de especies reactivas de oxígeno que oxidan a las biomoléculas de las células. De este modo, los compuestos antioxidantes del extracto de ajo las "atrapan" e inactivan, impidiendo que dañen los componentes celulares. Por ello, la muerte celular es menor y, por ende, podrían disminuir las consecuencias en el paciente.

 

El extracto de ajo mostró ser más efectivo cuando se administra al inicio de la reperfusión, manifestaron. De hecho, reduce totalmente el área de infarto dos horas después de que restablece el flujo sanguíneo; "la muerte celular es igual a cero; es decir, la protección es del 100 por ciento".

 

El equipo comienza a utilizar una terapia combinada, usando los extractos de ajo envejecido, como antioxidante, y el del mangostán –un fruto carnoso de las Molucas, Indonesia–, para evaluar el efecto de éste último sobre el proceso inflamatorio, que también participa en la muerte celular. Hasta ahora se han encontrado buenos resultados, pues la combinación de ambos reduce significativamente el área de infarto 22 horas después del inicio de la isquemia.

 

En el futuro, se desea realizar un estudio de proteómica, para evaluar qué proteínas podrían estar participando en el efecto protector que se observa con la terapia combinada y el diseño de un protocolo piloto en pacientes.

 

En tanto, las universitarias recomendaron el consumo regular de ajo en los alimentos con fines profilácticos o preventivos, para que si en algún momento se presenta un infarto cerebral, sus efectos no sean tan graves, aunque hay que recordar que el daño dependerá del tiempo que dure el periodo de la isquemia.

 

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FOTO 01

El equipo de Perla Maldonado y Diana Barrera, de las facultades de Química y Medicina de la UNAM, respectivamente, encontró que el extracto de ajo envejecido reduce la muerte celular en la isquemia.

 

FOTO 02.

El extracto de ajo podría alargar el tiempo para que los afectados por isquemia cerebral reciban un diagnóstico preciso, aseguraron las docentes de la UNAM, Perla Maldonado y Diana Barrera.