Boletín UNAM-DGCS-461
Ciudad Universitaria
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final del boletín
REVELA
INVESTIGADORA DE
·
La investigadora de
·
Muestra que las culturas Tumaco de Colombia,
y
La investigadora de
Este proceso, sostuvo, muestra que las culturas precolombinas Tumaco
del sur de Colombia, y
El proceso de difusión, llamado sinterizado, agregó, se conoció en el
viejo continente hasta 1930 y en el periodo intermedio nadie se refirió al
tema.
En entrevista, la especialista en Química Metalúrgica precisó que se
analizaron dos aspectos fundamentales: el tiempo, a cierta temperatura en que
ambos metales tardan en unirse y penetrarse, a nivel atómico en estado sólido,
y corroborar que se pueden realizar aleaciones, sin necesidad de fundir alguno
de los elementos, sino sólo con el procedimiento de forja.
Con ello, se trata de imitar la forma en que los antepasados
sudamericanos configuraron esos objetos.
Noguez Amaya recordó que entonces el platino no se podía fundir, pues sólo se
derrite a mil 769 grados celsius, temperatura más
alta que la requerida por el acero. Este metal se conoció en Ecuador, en la
época colonial y fue difícil su manejo, pues se tuvo que recurrir a ingeniosos procesos químicos para separarlo.
El trabajo prehispánico se basó en el uso del calor para lograr la
aleación mediante la difusión en estado sólido, hasta obtener el objeto
deseado. Para ello, se valieron de arenas y hojuelas de platino que había en
los lechos de los ríos, es decir, el metal nativo, refirió la ingeniera química
metalúrgica por
La
especialista y los alumnos de licenciatura utilizan dos tipos de procesos: en
uno de ellos se funden pequeños pedazos de
oro con partículas de platino
sólido comercial –semejante a hojuelas o arena–, y
los mezclan. La masa se forja con un martillo metálico en caliente. Los
prehispánicos debieron usar piedras para realizar esta labor. En el otro, las
partículas sólidas de ambos elementos se calientan y se forjan juntas, sin
llegar a fundir el oro.
La tarea básica, expuso, consiste en forjar y extender la lámina;
doblar y volver a forjar entre 150 y 200 veces, hasta lograr la homogeneidad
deseada; lo importante de la difusión en estado sólido es que estén en contacto
los átomos de cada elemento.
El doblez de la lámina, apuntó, es fundamental parar la difusión o la
mezcla de ambos componentes, pues sólo así se logra el contacto entre átomos de partículas distantes. Con el
aumento en el número de dobleces y forjas, los átomos del oro y el platino
forman la aleación, sin llegar al estado líquido.
Se trata, resaltó, de entender y reconocer el trabajo e inteligencia
del ser humano, además de admirar
En materia docente, subrayó, los alumnos conocen el proceso de difusión
de metales en estado sólido y de homogeneización. Este tipo de proyectos, que
se pueden conectar con el pasado del ser humano, y nos ayudan a conocerlo,
muestran que la ciencia no es fría, sino que tiene una importante parte
humanista.
Un aspecto importante a recalcar del proceso es la “forja con doblez”,
informó, porque es lo que pone en
contacto átomos distantes dentro de la muestra que, de otra manera,
necesitarían mucho tiempo. Lo fundamental es el doblez y qué tan rápido aumenta
la difusión para concretar esta técnica. Para la creación de cada muestra
homogénea en el laboratorio se han requerido entre 200 y 250 horas.
Las alumnas participantes que
están realizando su tesis de licenciatura
con este proyecto, son Guadalupe Villegas y Rachel
García.
En la investigación, también se emplearon modelos de difusión teóricos
en materia ingenieril, para calcular los tiempos de
obtención de composiciones homogéneas. A partir de los resultados,
comparándolos con los experimentales,
obtenidos al fabricar aleaciones similares a las prehispánicas, resalta la
importancia de la técnica del doblez de la forja.
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FOTO 01.
FOTO 02
La investigadora
de
FOTO 03
Las culturas
precolombinas tumaco y la tolita, 300 años antes de
la era común –mil años antes de los incas–, tuvieron
un gran adelanto, aseguró la experta de