Boletín UNAM-DGCS-443
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EXPOSICIÓN
PROLONGADA A REPRODUCTORES DE MÚSICA PUEDE PROVOCAR SORDERA
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El integrante del CCADET de
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Persiste una falta de conciencia sobre lo
que se escucha cotidianamente y los perjuicios que, pueden ser imperceptibles,
señaló
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Los grupos de rock, los juegos
pirotécnicos y las turbinas de un avión pueden propiciar la ruptura del
tímpano, refirió
Aumentar la exposición a ruidos derivados del uso de reproductores de
música o audífonos, puede provocar sordera total o daños graves al oído, pues
se registran hasta 100 decibeles (dB) o más, informó
el coordinador del área de Acústica del Centro de Ciencias Aplicadas y
Desarrollo Tecnológico (CCADET) de
Un decibel es la unidad utilizada para medir la intensidad del sonido,
explicó. Se ha establecido que la actividad mínima es de cero dB, y aunque este umbral no siempre sea el mismo para todas
las frecuencias, es el nivel básico de percepción para el oído humano.
En la actualidad, persiste una falta de conciencia sobre lo que se
escucha cotidianamente y, como es difícil medir o distinguir cambios en las
transmisiones sin ayuda de algún aparato, los perjuicios pueden ser
imperceptibles, reveló.
Se tiene contabilizado el nivel de decibeles que alcanzan los sonidos
cotidianos. Por ejemplo, el bosque se encuentra en la parte más baja de la
recta, con únicamente 18 dB, detalló.
El ruido de una habitación también está entre los más inocuos, pues es
de 20 dB, mientras que los producidos en la
biblioteca alcanzan los 37, la sala de una casa –en donde comúnmente descansan
los adultos, leen o tejen las abuelas–, registran los
40 dB, siempre y cuando la televisión permanezca
apagada, señaló.
Mientras que en una conversación normal, como las charlas de sobremesa,
tiene 58 dB, las oficinas en las que se manejan
copiadoras, faxes y, sobre todo, computadoras –por el uso del ventilador–, reportan 68 dB.
El investigador doctorado en Sonidos y vibraciones en Southampton, Inglaterra, anunció que un grupo de
estudiantes e investigadores bajo su coordinación, trabajan en un proyecto para
disminuir el ruido de los ordenadores.
Para ello, realizaron diversos estudios donde se comprobó que la simple
activación de un abanico disminuye la atención de un grupo de estudiantes en
una clase normal, informó.
En la escala de los sonidos mayores se encuentra el tráfico de la
calle, que en condiciones normales alcanza los 80 dB,
pues se unen ruidos de motores de los vehículos, camiones de carga,
motocicletas, cláxones e, incluso, ladridos de perros, enumeró.
Algunos centros de trabajo suelen ser los lugares con mayor incidencia
nociva y de los menos cuidados al respecto. Incluso, sugirió el uso de tapones
para preservar la salud auditiva.
Pueden ser talleres mecánicos y electrónicos, carpinterías, fábricas o
construcciones, donde los obreros se exponen a ruidos que salen de los
martillos eléctricos, serruchos o taladros, que alcanzan los 87 dB, añadió.
A partir de los 120 dB se presenta dolor en el
oído, destacó, e incluso pueden generarse estadios de sordera o demoras
prolongadas para recuperar la capacidad por completo.
Los grupos de rock generan niveles por arriba de los 110 dB, mientras que los cohetes o juegos pirotécnicos, superan
los 120, colocándose así en los niveles más altos, indicó.
El nivel máximo lo ocupan las turbinas de un avión, que a una distancia
de
El oído, concluyó, como todos los sentidos humanos, es finito, y tarde
o temprano puede perderse; sin embargo, si se cuida de exposiciones constantes
puede prolongarse más.
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FOTO 01.
A partir de los
120 dB, el oído comienza a doler e, incluso, pueden
generarse estadios de sordera o demoras prolongadas para recuperar esta
capacidad, señaló el experto de
FOTO 02
El integrante del
CCADET de