Boletín UNAM-DGCS-442
Ciudad Universitaria
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NO RECONOCER AL
AGUA COMO BIEN ESCASO AUMENTA SU DEGRADACIÓN
El agua tiene un valor
no sólo monetario, sino también ecológico, social y cultural, que debía
reflejarse en su coste, aunque en México
los subsidios aplicados a su consumo provocan que la sociedad no perciba
la escasez, pues aminoran artificialmente el precio real, señaló el integrante
del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de
No reconocerla como un bien escaso ha llevado a la degradación
generalizada de los recursos hídricos, pero además, a carecer de referentes
claros y definidos sobre su importancia, lo que propicia problemas ambientales
y colectivos, añadió en entrevista.
Esa condición ha provocado que si bien algunas zonas del Distrito
Federal cuentan con cantidades de suministro suficiente, se trata de un líquido
alterado por sustancias que la vuelven inservible, apuntó.
De acuerdo con las Estadísticas del agua en México 2007, editada
por
Asimismo, menciona el documento, la nación se
divide en 718 cuencas hidrográficas, agrupadas en 37 regiones hidrológicas que,
a su vez, se dividen en las 13 regiones hidrológico-administrativas. Esta definición
data de los años sesenta por la entonces dirección de Hidrología de
En lo concerniente a las aguas subterráneas, el
territorio posee 653 acuíferos o unidades hidrogeológicas. México recibe del
orden de
El experto indicó que si los acuíferos se degradan disminuye su oferta
y la calidad, pues lo inutiliza para el consumo humano y sólo es apta para el
riego. Por ello, son indispensables las plantas de tratamiento. En este
sentido, los habitantes de la capital producen gran cantidad de desechos, muy
difíciles de procesar por su volumen.
La perturbación puede presentarse por tres causas: por derrames
eventuales y de manera puntual o difusa. Las consecuencias son diversas,
dependiendo de la estructura de los ecosistemas y de las comunidades
ecológicas, y además, pueden variar según la escala espacial y temporal,
explicó.
“Los accidentes pueden provocar contaminación aguda, que implican
perturbaciones momentáneas y locales, así como graves impactos en el corto y
mediano plazos”. Se deben a fallas en los sistemas de control en los puntos de
descarga, a fugas o, incluso, a descargas deliberadas de residuos industriales,
domésticos o agrícolas, refirió.
Los mayores riesgos, detacó, radican en la
pérdida de biodiversidad acuática y en la disminución de oportunidades para la
pesca deportiva y para la acuicultura de agua dulce en lagos y embalses.
Además, precisó que la calidad del agua depende para qué se use, pues
el agricultor le da una utilidad, la industria otra para sus procesos, y la
producción de alimentos también la emplea de manera específica.
Aguilar Ibarra mencionó que hay una diferencia entre reuso y reciclado. El primero se refiere al empleo de
líquido que alguien más ha utilizado y
que ha vertido en la naturaleza, mientras que en el otro se redestina el
volumen por el mismo agente antes de su descarga al medio.
De igual forma, Alonso Aguilar –quien cuenta con una maestría en
Economía Pesquera por
El objetivo principal, señaló,
es generar criterios y lineamientos para la planeación y operación de las
actividades de revisión, la medición de las variables y la integración de los
datos actualizados y confiables, que permitan analizar y evaluar si es viable
para los humanos.
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FOTO 01.
El integrante del
IIEc de
FOTO 02
Los riesgos por
el de enturbamiento hídrico radican en la pérdida de biodiversidad acuática y
en la disminución de la pesca deportiva y la acuicultura, dijo el experto de