15:30  hrs. 25 de Junio de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-409

Ciudad Universitaria

 

Francisco Rojas Gutiérrez

 

 

Pie de foto al final del boletín

 

 

REQUIERE MÉXICO REFORMA ENERGÉTICA INTEGRAL Y LA COMBINACIÓN DE COMBUSTIBLES FÓSILES CON ENERGÍAS ALTERNAS

 

 

La reforma energética que requiere México debe ser integral, de largo plazo, en la que se combine un mejor aprovechamiento de los combustibles fósiles con las energías alternativas, previa resolución de las causas que han debilitado a Petróleos Mexicanos (Pemex), propuso el académico de la Facultad de Contaduría y Administración (FCyA) de la UNAM, Francisco Rojas Gutiérrez.

 

Asimismo, abundó, la reforma debería comprender medidas legislativas y acciones administrativas y un proceso paulatino y sincronizado con horizontes de corto y mediano alientos.

 

Entre las primeras acciones, precisó, se deberían clarificar y normar las relaciones entre los formuladores de la estrategia, los reguladores y los operadores del sistema energético en su conjunto.

 

Al participar en el Debate Universitario sobre la Reforma Energética y antes de entregar a la mesa su propuesta, Rojas Gutiérrez aseguró que los foros como el de la UNAM y el Senado de la República, han puesto de manifiesto que Pemex es una empresa rentable, la segunda a nivel mundial en utilidades, antes de impuestos; cuenta con recursos geológicos, físicos, humanos y técnicos para salir adelante; las soluciones propuestas se han pretendido justificar con una campaña mediática y un diagnóstico incompleto y sesgado.

 

En México, opinó, las iniciativas presentadas no se refieren a la reforma energética que la nación requiere, ni siquiera al sector en su conjunto, sólo a Pemex. Por lo tanto, carecen de una visión integral de largo plazo, que no prepara al país para una transición gradual y ordenada para los próximos 30 años, que atienda el desarrollo compatible de las energías alternativas.

 

En el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina (FM), el académico de la Facultad de Ingeniería (FI), Javier Jiménez Espriú, resaltó que Pemex requiere de una intervención a fondo, “pronta e inteligente”, comprometida y nacionalista. Pero, subrayó, en ningún caso la solución de los problemas que presenta el diagnóstico, debe resolverse con la amputación de alguno de sus miembros ni la entrega de parte de los recursos a nadie distinto a la nación mexicana.

 

No es aceptable, puntualizó, que a través de leyes secundarias se pretendan limitar los rubros estratégicos de esta paraestatal, pues refinerías y oleoductos perderían esa función y reducirían “arbitraria e ilegalmente lo que define la Carta Magna, transfiriendo al sector privado nacional o extranjero –más extranjero que nacional–, funciones que otorga indubitable y exclusivamente al Estado”.

 

La paraestatal, precisó Jiménez Espriú, es una de las petroleras más rentables del orbe, antes de las acciones impositivas y políticas a que está sujeta. Es la única del mundo a la que sus administradores no le han permitido aprovechar los recursos del boom del precio del petróleo para atender sus deficiencias y rezagos, instalar refinerías, modernizar y ampliar su red de ductos, incentivar la investigación y el desarrollo tecnológico, y promover la industria petroquímica.

 

La mesa de trabajo El diagnóstico general de Petróleos Mexicanos, fue moderada por la directora de la Facultad de Psicología (FP), Lucy Ma. Reidl Martínez, y fungió como relatora la directora del Instituto de Geografía (IG), Irasema Alcántara Ayala.

 

A su vez, el profesor de la Facultad de Química (FQ), Othón Canales Treviño, señaló que en la actualidad es evidente que buscar por separado lo mejor para cada una de las partes de Pemex, no necesariamente implica que el resultado será el mejor. Por el contrario, la aplicación de esta lógica económica lo ha llevado a ser deficitario en la producción de combustibles.

 

La única manera de maximizar el valor en una empresa integrada como Pemex, destacó, se logra al agregar valor a los productos que se extraen de las aguas profundas. Sin embargo, al fracturar la cadena, es imposible lograrlo, porque la lógica de las partes prevalece sobre la del todo, y las utilidades se concentran en los primeros eslabones, quitándole valiosos recursos a los últimos.

 

En realidad, expuso, Pemex debería ser un consorcio integral, cuyo propósito fuera contribuir a generar la mayor riqueza posible para el pueblo de México.

 

Por su parte, el docente de la Facultad de Ingeniería (FI), Guillermo Domínguez Vargas, mencionó que si bien durante años se ha hablado de los problemas de Pemex, sólo recientemente se ha dicho que su producción va en franco declive.

 

Prueba de ello, es que mientras en los años 80 las reservas alcanzaron 72 mil 500 millones de barriles, actualmente esta cifra es de sólo de 44 mil 500 millones. Se puede mejorar esta situación, pero para cambiar de reservas probables a aprobadas, se requiere inversión, tecnología, recursos humanos y tiempo, y ninguno de los cuatro se impulsa en estos instantes, concluyó.

 

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FOTO 01.

 

En el Debate Universitario sobre la Reforma Energética, se efectuó la mesa El diagnóstico general de Petróleos Mexicanos, en el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina de la UNAM.