13:30  hrs. 24 de Junio de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-402

Ciudad Universitaria

Gian Carlo Delgado Ramos

 

Pie de foto al final del boletín

 

DELICADO PARA MÉXICO, EL PANORAMA INTERNACIONAL EN MATERIA ENERGÉTICA

 

 

El panorama internacional en materia energética es delicado para México, porque está por llegar a límites socio-ambientales que hacen de gran urgencia la transición en este ámbito, proceso que, no obstante, requiere enormes cantidades de energía fósil, advirtió el integrante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, Gian Carlo Delgado Ramos.

 

Al participar en el segundo día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, organizado por la Universidad Nacional, precisó que, ante ello, las reservas deben servir como el mecanismo y la plataforma para esa transformación, imperativa en un país petrolero socioeconómicamente polarizado; la falta de acceso a la energía implica la intensificación de conflictos sociales.

 

Luego, se refirió a la situación internacional en la materia. Informó que 80 por ciento de los combustibles fósiles constituyen el “coctel” energético mundial, pero el consumo es crecientemente desigual en el orbe, porque se calcula que los habitantes en países desarrollados utilizan 21 veces más per cápita estos recursos que los de bajos ingresos.

 

Creer que con más petróleo se beneficiará al grueso de la población es incorrecto. Ejemplificó: dos mil 400 millones de personas usan biomasa tradicional para cocinar, mientras que mil 600 millones no tienen acceso a la electricidad.

 

En el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina (FM), donde se llevó a cabo la mesa Seguridad energética y medio ambiente, el profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES), Aragón, Sergio Alfonso Martínez González, destacó que el consumo de energía, especialmente de crudo, aumentará, en forma vertiginosa, en las próximas décadas.

 

Ello a pesar del evidente descenso en la producción mexicana, pues en 1987 las reservas petroleras equivalían a 54.1 mil millones de barriles, y en 2007 sólo fueron 12.2 mil millones de barriles; mientras que las de gas natural equivalían a 2.12 trillones de metros cúbicos hace 21 años, quedando en 0.37 trillones a finales del año pasado, aclaró.

 

Ante este panorama, sostuvo, hoy se tiene la oportunidad de hacer los cambios necesarios para empezar a usar otros tipos de energéticos, más limpios y que a la larga puedan emplearse como recursos naturales renovables.

 

No se puede hablar de reforma energética si sólo se considera al petróleo y no se incluyen otro tipo de recursos, para garantizar la seguridad del país en este rubro. En ese sentido, propuso, se debe establecer una política nacional que fortalezca la investigación y el desarrollo tecnológico sobre energías alternas, para sustituir en forma paulatina el uso de combustibles fósiles y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

 

 

En la mesa, moderada por Enrique Graue Wiechers, director de la FM, y cuya relatoría estuvo a cargo de César Augusto Domínguez Pérez–Tejada, titular del Instituto de Ecología, el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), Luis Soto González, indicó que muchas de las actividades petroleras mexicanas se han enfocado a la exploración.

 

Sin embargo, se preguntó qué tanto se ha hecho con relación al procesamiento, refinación y petroquímica; es algo que está a discusión en este momento, pues se sabe que esos ámbitos son los eslabones más débiles en la cadena de producción petrolífera en México. Es obvio que el descontrol de pozos petroleros ha ocasionado daño al medio ambiente y, en la actualidad, se paga el costo social de tener un ecosistema alterado.

 

Por otra parte, es preciso reconocer el rezago tecnológico del país para abordar la exploración en el mar profundo, y éste es un desafío que debe contemplar una reforma energética, pero en un marco de sustentabilidad para conservar la biodiversidad, los recursos bióticos y los alojados en el fondo del mar, sugirió.

 

En su oportunidad, el también investigador del ICMyL, Felipe Vázquez Gutiérrez, afirmó que cualquier país que tenga seguridad energética debe aumentar la producción, buscar alternativas, reducir el consumo.

 

México requiere instalar plantas nucleares, como ya lo han hecho Francia y Japón, que generarán energía solar y eólica, entre otras, que ofrecerán beneficios científicos y políticos.

 

Respecto a la contaminación en el Golfo de México, el experto en Ciencias, informó que está poco dañado en su zona oceánica, pero en la parte costera –donde hay ríos, lagunas, industrias y pescadores–, tiene un mayor impacto. Por esto, se requieren recursos para lograr el desarrollo tecnológico y científico, porque la ciencia es autofinanciable.

 

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FOTO 01.

 

En el segundo día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, organizado por la UNAM, se llevó a cabo la mesa Seguridad energética y medio ambiente en la FM.