Boletín
UNAM-DGCS-348
Ciudad
Universitaria
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ARRIESGA
Si no se toman las medidas necesarias para detener el proceso de
deterioro de las 164 áreas naturales protegidas de México, podría estar en
riesgo la viabilidad social, económica y política del país, advirtió el
investigador del Instituto de Ecología (IE) de
Si se logran articular estrategias ambientalmente correctas, la nación
tendrá mayores posibilidades de enfrentar el gran reto que tiene el planeta: el
cambio climático global, porque “nunca antes en la historia de la humanidad se
había tenido una amenaza tan severa, tan directa y tan de corto plazo”,
sostuvo.
El
integrante del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre del
IE, reveló que, de acuerdo con algunas proyecciones, en las siguientes décadas podrían morir
millones de personas a consecuencia de ese fenómeno. “Ello dependerá si se entiende
que la naturaleza es la base que mantiene al tejido social, económico y
político”.
Hasta el momento, los problemas que se han registrado han sido severos,
pero aún existe la confianza de que si se toman las medidas en el planeta se
podrán disminuir los impactos.
Empero, en México la sociedad civil, la iniciativa privada y el
gobierno no tienen la suficiente conciencia acerca de la trascendencia de
conservar el medio ambiente, de la importancia de la fauna, la flora y los
servicios ambientales que éstos prestan.
El Premio Nacional al Mérito
Ecológico 2005 apuntó a pesar de ello, el país ha
avanzado mucho en los últimos años, pues mientras en 1994 para todas las
reservas se contaba con un presupuesto inferior al millón de dólares, en la
actualidad el financiamiento supera los 100 millones; además hay otros
fideicomisos, como el de
Por el momento, dijo Ceballos, otro de los problemas fundamentales de
estos territorios re refiere a la tenencia de la tierra, pues hay parques
nacionales cuyos terrenos aún tienen dueños y no han sido expropiados e indemnizados.
También se deben buscar presupuestos adecuados, capacitar al personal y contar
con más y mejor infraestructura.
Poseer estas áreas naturales es importante, pues representan la
diversidad biológica del país, la herencia cultural en que han evolucionado los
seres humanos, con plantas y animales que determinan la evolución.
Estos últimos, abundó, forman parte del engranaje natural que provee de
diversos servicios ambientales, de los beneficios que se obtienen del buen
funcionamiento del entorno, como la combinación de los gases de la atmósfera,
la fertilidad de los suelos, la polinización, la calidad y la cantidad de agua.
Pero, todo ello, depende de que esas especies no se extingan.
No obstante, refirió, se estima que se pierden variedades 10 mil veces
más rápido de lo que normalmente sucedía.
Por ello, consideró fundamental que los científicos sean conscientes de
que se deben desarrollar proyectos de investigación que, además de ser
importantes en cuestiones básicas, sean pragmáticas y tengan aplicaciones
directas para resolver los problemas del país.
No se puede seguir con la desvinculación “entre conservación e
investigación. La ciencia debe ser la base que provea las respuestas correctas
sobre lo que se debe hacer en estas áreas naturales protegidas, que además,
bien utilizadas, son espacios de los que se puede obtener una gran
productividad”.
Hoy día, México cuenta con 164 áreas naturales federales protegidas, lo
que significa que tiene resguardado entre el 12 y el 14 por ciento del territorio.
Es el cuarto país en el planeta con mayor número de reservas, sólo superado por
Costa Rica, Estados Unidos y Australia.
Además, la mayoría de los mamíferos y aves endémicas de México se
encuentran ahí, aunque no es el caso de animales más pequeños, como reptiles,
anfibios y peces, porque sus zonas de distribución son más pequeñas; se calcula
que menos del 40 por ciento de estas especies se encuentran representadas en
las reservas.
El integrante del consejo directivo de PRONATURA y del Consejo de Áreas
Naturales Protegidas, subrayó que en México hay áreas protegidas amenazadas
como
Los Tuxtlas, Veracruz, es otra de ellas, que
cuenta con menos de 10 mil hectáreas. Además, en Janos,
Chihuahua, una zona que se propone como una nueva reserva, el avance de la
agricultura intensiva está acabando con el pastizal natural y con poblaciones
como el bisonte y los perros de las praderas.
El biólogo dijo que un ejemplo cercano a
El camino de
Además, hay especialistas que trabajan en diversas áreas naturales
protegidas como
Incluso, acotó, en el Laboratorio de
Ecología y Conservación de Fauna Silvestre del IE, se han propuesto
algunas reservas como Chamela-Cuixmala, Santuario,
islas e islotes de
Una área natural protegida, explicó, es una forma de manejo del territorio
nacional. El fin es mantener la diversidad de fauna y flora; son espacios para
preservar la belleza escénica.
En el planeta, la primera área natural protegida designada fue el
Parque Nacional Yellowstone, en EU, allá por 1860. En México, se comenzaron a preservar
a finales del siglo XIX, cuando se decretó al Desierto de los Leones como un
bosque de importancia, porque proveía de agua al Distrito Federal. Este movimiento
tomó fuerza en el sexenio del entonces presidente Lázaro Cárdenas, quien decretó
varios parques nacionales.
Posteriormente, añadió, en 1994 se consolidó el Sistema Nacional de
Áreas Protegidas en México, con la creación de
Actualmente, existen varios tipos de áreas naturales protegidas:
parques nacionales, reservas de la biósfera, santuarios de fauna y flora, y superficies
de protección de fauna y flora. Hay reservas en el ámbito estatal y municipal,
y en los últimos años ha habido un interés creciente por tener algunas particulares,
por parte de la iniciativa privada o hasta de campesinos.
En los próximos años seguramente seguirán siendo decretadas más áreas
naturales protegidas, opinó
Por ejemplo, abundó, los bosques que rodean
En el largo plazo, puntualizó, las poblaciones de plantas y animales de
las islas tienden a extinguirse, porque no son áreas suficientemente grandes
para mantenerlas. En muchos casos estos fragmentos de vegetación no tienen la
extensión adecuada para sostener a esas poblaciones y pueden desaparecer.
Por el contrario, si afuera de las áreas protegidas existe un paisaje
menos agresivo, muchas especies pueden circular y comunicarse con otras
reservas. Sería ideal que en lugar de convertirlas en islas estuvieran
conectadas por paisajes donde las actividades del ser humano fueran
productivas.
De hecho, concluyó, existen casos en los que estas zonas ya son
prácticamente islotes, como el del Parque Nacional Izta-Popo,
un macizo forestal aislado de otros. Si una especie de venado quisiera cruzar
del Popocatépetl o el Iztaccíhuatl
hacia
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El experto del IE
de
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Las áreas
naturales protegidas son importantes, pues representan la diversidad biológica
del país, con plantas y animales que determinan la evolución, dijo el
especialista de
FOTO 03.
Hoy existen
varios tipos de áreas protegidas: parques nacionales, reservas de la biósfera,
santuarios y superficies de protección de fauna y flora, señaló