Boletín
UNAM-DGCS-325
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Es la opción más viable por su bajo costo y
condición práctica, señaló el académico de
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Convertir un cuerpo en cenizas requiere tres
horas, mientras que los restos inhumados tardan 60 años en volverse residuos áridos,
recordó
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La modificación en el estilo de vida y en
las ideas, hacen que cambie la percepción de la muerte, indicó el también
académico de esa entidad universitaria,
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Vivir y morir engloban casi las mismas
etapas, pues a través de ambas se pasa “por situaciones difíciles y
conflictivas”, dijo
Los altos costos de
los servicios funerarios, la falta de espacios en los panteones, e incluso la
intención de apresuramiento del proceso de luto entre los deudos del fallecido,
son las principales causas de que la cremación vaya en aumento en México,
afirmaron especialistas de
En la actualidad, se
trata de la opción más viable por su bajo costo y condición práctica. Para el
académico de
Asimismo, Takahashi
también director del Servicio Médico Forense, detalló que resulta más sencillo
transportar hasta un kilo y cuarto de cenizas, peso aproximado de un cuerpo
promedio que sale del crematorio, al peso de un cadáver.
De acuerdo con datos del
Gobierno del Distrito Federal (GDF), en 2007, casi el 60 por ciento de las
personas fallecidas en la capital de
Estimaciones refieren
que el costo de este servicio es de entre cuatro y 20 mil pesos, mientras que
en la inhumación, los familiares del difunto pueden erogar desde seis hasta 35
mil pesos.
Tan sólo el año
pasado, el crematorio del Panteón de Dolores, con cuatro hornos, realizó dos
mil 435 servicios, y el de Iztapalapa, ubicado en el Panteón de San Nicolás
Tolentino, hizo tres mil 389 trabajos con dos hornos, de acuerdo a cifras del
GDF.
No obstante, el
incinerador del Panteón San Isidro, en
“El proceso es
sencillo –explicó Takahashi–. Se coloca el cuerpo en el incinerador, un lugar
cerrado y con temperaturas por encima de los 800 grados centígrados. El tiempo
en que permanece dentro de éste es de dos y media o tres horas y depende de las
características de tamaño y peso”, entre otros factores.
Mientras, si no es
preparado artificialmente “para conservarlo ni sufre momificación, el cuerpo
comienza a presentar cambios desde el momento del fallecimiento que pueden completarse
hasta 60 años después, indicó.
En ocasiones, existen
tejidos, “sobre todo el óseo”, que tienden a ser más resistentes, que pueden
soportar el fuego en las dos o tres horas. “En caso de que permanezcan pequeños
fragmentos de hueso, se introducen en una trituradora y se vuelven polvo”,
comentó.
En el caso de
inhumación, a las 72 horas comienzan a experimentarse cambios relacionados con
la descomposición, apuntó, donde intervienen bacterias no patógenas, contenidas
a nivel intestinal. Las primeras dos fases, cromática y efisematoza, duran días y semanas, en tanto que la de
cólico-activa registra meses y años, y tiene que ver con la destrucción de
órganos.
El último ciclo, el
reductivo, toma décadas y en ella intervienen no sólo la flora y fauna cadavéricas,
sino cuadrillas de insectos, ácaros y demás, que tienen establecido su periodo
de llegada. Por ejemplo, un tipo de escarabajos no arriba cuando hay carne
fresca, sino cuando han pasado más de ocho meses, especificó.
En comparación con los
cuerpos enterrados, señaló Takahashi, las cenizas no tienen ninguna regulación
que indique cómo deben ser tratadas, pues “éstas no son dañinas en ningún
aspecto”. No hay normatividad que establezca cuál debe ser el destino de los
residuos. Se pueden mantener, inhumarlos o arrojarlos en algún lugar.
Los cadáveres sí
tienen un manejo establecido en
Este método esta más
relacionado con los recursos y espacios en los cementerios, que con ideas
religiosas. “Los costos y los cambios que ha tenido el Código Civil respecto a
la perpetuidad de las fosas han generado una transformación de parecer en la
familia para decidir el destino final de un cuerpo”, agregó.
Antes había fosas a
perpetuidad, “en la actualidad son temporales”. Entonces, a los siete u ocho
años deben ser desalojados, refirió.
La
incineración humana siempre ha formado parte de los rituales funerarios de
México. A raíz de
La mayoría de las
religiones acepta esta práctica, con excepción de los judíos ortodoxos y de los
islámicos. A partir de 1983, fecha en que se adecuó el Código de Derecho
Canónico,
Por otra parte, el paso
del tiempo, la modificación en el estilo de vida, el cambio de ideas e
idiosincrasias y la permeabilidad de la sociedad actual al influjo de otras
culturas, hicieron que evolucionase la percepción en torno a la muerte y al
muerto en sí, indicó el responsable del Programa de Terapia Breve de la carrera
de Psicología de
La modernidad ayuda a
que la cremación sea cada vez más aceptada y utilizada por la gente, aclaró,
pues ésta también facilita sobrellevar el luto de los deudos.
Con ella “es más fácil
desaparecer el sufrimiento. Hoy día, las personas buscan reducir el dolor
y
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Convertir un cuerpo en cenizas requiere de
tres horas, mientras que los restos inhumados tardan 60 años en descomponerse,
dijo el experto de
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El académico de
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Los altos costos
de los servicios funerarios y la falta de espacios en los panteones,
incrementan la cremación en México, afirmaron especialistas de