Boletín
UNAM-DGCS-298
Ciudad Universitaria
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LAS TRABAJADORAS, EXPUESTAS A ENFERMEDADES MÚSCULO-ESQUELÉTICAS Y
CARDIOVASCULARES
Largas jornadas y estrés laboral, características predominantes en la
vida de las mujeres trabajadoras, que en su gran mayoría se ubican en el sector
de los servicios y la maquila, así como en el auto y subempleo, han provocado un incremento en las
enfermedades músculo-esqueléticas, cardiovasculares y en la hipertensión, se
destacó en el Seminario Mujer, trabajo y salud, realizado la Facultad de
Medicina (FM) de la UNAM.
La consultora en salud laboral y ambiental, Leonor Cedillo Becerril,
precisó con base a investigaciones mundiales, que las trabajadoras se encuentran
en nichos específicos; en restaurantes y hoteles en un 56 por ciento comparado
con los hombres, en atenciones sociales en un 63 por ciento y en comercio en un
51 por ciento, con predominio de contratos temporales.
La especialista –acompañada por el académico del Departamento de Salud
Pública de la FM, Rodolfo Nava–, mencionó que, de
acuerdo a un estudio realizado en maquilas del norte del país, aproximadamente
más del 38 por ciento de las trabajadoras manifestaron dolor en la espalda
alta, 30 por ciento en la espalda baja, 26 por ciento en nuca y hombro, 18 en
manos y muñecas, y la cifra de dolientes, se incrementó en las que realizaban labores
domésticas.
También habló de la doble jornada laboral que efectúan las mujeres, en
industrias y empresas, con mayor grado escolar que los hombres y menor salario
que éstos, así como en el hogar, sin remuneración, pero que implica mayores
estados de estrés y tensión psicológica.
La experta en situaciones de riesgo laboral, con estudios de campo en
las maquiladoras del norte del país, señaló los peligros ergonómicos que
sufren muchas mujeres, conocidos como desórdenes traumáticos acumulativos, que
devienen porque el cuerpo no tiene suficiente descanso para recuperarse de jornadas
largas con posturas inadecuadas y agotamiento, lo que repercute en una baja
productividad y en ausentismo.
Ante alumnos y académicos congregados en el Seminario convocado por la
FM, explicó que la salud ocupacional ha sido un área que no ha recibido la
suficiente atención y sólo se le confina a cuestiones de seguridad, contra
accidentes o utilización de equipos de prevención personal; también ha sido
enfocada a asuntos reproductivos y sexualidad, sin procurar la salud en el
trabajo.
“Hay nichos más específicos para la labor de las mujeres, una
concentración mayor en tareas que requieren paciencia o realización con más
detalle, como en las plantas maquiladoras, electrónicas y en los servicios. Es
parte de un prejuicio o de una determinación que se ha impuesto para una
distribución diferente de hombres y mujeres”, dijo.
La especialista concluyó que, como consecuencia de la sobrecarga de
trabajo, ocasionada por la utilización decreciente del número de empleadas,
aumento en la supervisión y en el poco control, se han incrementado los
factores de riesgo ergonómicos y psicosociales, asociados a síntomas
depresivos, de enojo y de agotamiento.
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