Boletín
UNAM-DGCS-265
Ciudad Universitaria
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final del boletín
SE REQUIEREN
AGILIZAR ASPECTOS OPERATIVOS PARA
La adopción
es la mejor alternativa para establecer un proyecto de vida digno y pleno para
niños y niñas sin familia. No obstante, en el país se ha privilegiado la
institucionalización de la ayuda para esos infantes y es necesario revisar
aspectos operativos para agilizar los procedimientos.
De otra forma, aseguró
la especialista de
Uno de los problemas radica en que en el Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), que evalúa a las parejas o solteros
interesados en adoptar a un menor, han realizado esa actividad por muchos años.
Ello, dijo, lleva a un cansancio mental y emocional y, por consiguiente, a
valoraciones donde se considera que todos los solicitantes tienen problemas de
“irritabilidad” o “ansiedad” y, por ello, no son aptos para asumir el rol de
padres.
Para la integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ),
Nuria González Martin, la internacional debe ser la
última alternativa de las modalidades de
Este proceso, aseguró la también licenciada por la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla y doctora por
La adopción, explicó
Castilla Casillas –también ex coordinadora técnica de Trabajo Social de
Puede ser nacional,
cuando el procedimiento se realiza en el territorio, sin importar la
nacionalidad de los padres, e internacional, cuando según la Convención de La
Haya de 1993 sobre protección del niño y la cooperación en la materia entre
países –firmado y ratificado por México–, el menor es
llevado a otro Estado, aclaró.
Hoy día, es común que
las mujeres posterguen la maternidad para
desarrollarse personal y profesionalmente, y ello es más denotativo en
las naciones industrializadas –donde se da el mayor número de adopciones internacionales–, expuso Nuria González.
Las personas tienen
derecho a no vivir en pareja y a no casarse, pero también a decidir ser padres
por la vía adoptiva. Sin embargo, señaló Lourdes Castilla, las autoridades
podrían considerar que se ha dado prioridad a los “aspectos materiales” y
postergado el “deseo natural”, y no buscan hacerlo a favor del menor, sino para
eliminar el temor de quedarse solos.
Ahí reside el conflicto, insistió. Son pocas las solteras que llegan a
ser madres por la vía adoptiva, y ningún soltero y mucho menos parejas del
mismo sexo beneficiadas por la Ley de Convivencia lo logran. “Es una forma de
discriminación”.
Ello a pesar de que según una proyección del SNDIF, basada en las
estimaciones de crecimiento demográfico del Consejo Nacional de Población, para
el año 2010 habrá alrededor de 29 mil 310 infantes sin cuidados familiares e
institucionalizados.
El Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Ayuda a la
Infancia (UNICEF)l estimó que hasta el 2005 había en
México 1.6 millones de niños en grave estado de vulnerabilidad, por orfandad
parcial o total, accidentes, VIH, muerte posparto de la madre y migración
laboral, entre otras causas, quienes se encontraban en situación de calle, en
casas de otros familiares o en proceso de migración, es decir, que nunca
llegaron a las instancias institucionales.
La titular del SNDIF,
Cecilia Landerreche, dio a conocer que hasta 2007 esa
instancia contaba con 32 sistemas estatales y 68 centros de atención para
En el territorio, se
recibieron en 2003, mil 580 solicitudes nacionales de adopción y 148
internacionales, concluyéndose 682 y 63, respectivamente. En 2004, fueron dos
mil 686 nacionales y 176 internacionales, de las que se concluyeron 873 y 100,
y en el 2005, hubo 865 peticiones dentro las fronteras y 108 fuera de ellas, de
las que sólo se terminaron 291 nacionales y 16 internacionales, según cifras de
la Fundación de Estudios Urbanos y Metropolitanos Adolfo Christlieb
Ibarrola.
Para el 2006, se presentaron dos mil 817 solicitudes, se concretaron
mil 922 adopciones y estaban en lista de espera de asignación de un niño o niña
mil 677 personas, según el SNDIF.
La mayoría de las veces
los niños llegan a una casa cuna o a una casa hogar a través de las
procuradurías de Justicia. Se trata de menores relacionados con averiguaciones
previas por maltrato infantil o hacia la madre, abandono, omisión de cuidados,
abuso sexual, muerte de los progenitores, narcotráfico o algún otro delito
donde los padres están implicados.
Se determina entonces
que no tienen las condiciones para un desarrollo psicosocial sano, e incluso,
biológico. Las procuradurías resguardan a los pequeños mientras se hace el
desahogo de pruebas, señaló Lourdes Castilla.
Luego, el infante queda
a disposición del DIF. Entonces comienzan los juicios para la disputa de la
patria potestad. Cuando concluyen quiere decir que no hay nadie en el mundo,
padres o familiares, que tengan derechos jurídicos sobre el niño; así queda
listo para la adopción.
Esa institución, dijo,
cuida el proceso de liberación jurídica de los niños y ningún menor es
candidato si la condición no está resuelta. Por ello, no todos los que están en
casas cuna y hogar, u orfanatorios –en total 28 mil
107 en 2005– pueden ser otorgados.
Las naciones que
recurren en mayor medida a la adopción internacional son las desarrolladas,
explicó Nuria González. El país que más niños mexicanos acoge es Estados
Unidos, seguido por España, Francia e Italia. El vecino del norte recientemente
suscribió la Convención de la Haya, pero aún no la ha ratificado.
La idea de esta
legislación, suscrita además por naciones como Rumania, Chipre, Ecuador, Perú,
Canadá, Venezuela, Finlandia Suecia, Dinamarca, Holanda, Francia y Colombia, es
prevenir delitos graves en contra de los menores, como la explotación infantil
o el tráfico de órganos, entre otros, precisó la jurista.
Además, afirmó, es
necesario que en todos los casos se dé seguimiento en el país receptor del
menor, que no siempre se hace. Se requiere que en tres años, por lo menos, las
autoridades del gobierno de origen conozcan la situación y verifiquen que
transcurrido ese lapso el niño esté en buenas condiciones y dedicado a
estudiar.
El DIF en el Distrito
Federal, por ejemplo, establece como requisitos para el adoptante ser mayor de
25 años, tener 17 más que el adoptado, estar en pleno uso de derechos civiles,
tener buena conducta, ser apto y adecuado, tener medios económicos suficientes
para mantener y educar al niño como hijo propio, y estar consciente de que el
proceso debe ser más benéfico para el adoptado que para el propio solicitante.
Hasta antes de 2004, los
interesados a través del DIF Nacional debían esperar nueve meses para obtener
una respuesta a
Sin embargo, la entrega
del menor aún puede alargarse de uno a cinco años. El trámite es más fluido
sólo cuando existe una exposición voluntaria por parte de la madre biológica, a
quien se le da tiempo para que madure emocionalmente. Después puede ratificar
la decisión de darlo en adopción ante un juez y un ministerio público; entonces
se busca a los padres idóneos, precisó.
En el caso internacional
los tiempos de espera son mayores y pueden durar, por lo menos, cuatro años,
añadió Nuria González. A pesar de que se promueve la adopción de chicos de seis
años o más, los posibles adoptantes prefieren a los bebés y a los niños más
pequeños. Esos y otros factores hacen compleja la llegada de un infante a una
nueva familia.
Por ahora, concluyó, no
queda más que esperar que acciones como la revisión y consenso de criterios
entre los diferentes sistemas y modelos de adopción sean en beneficio de los
pequeños desamparados, que tanto necesitan un hogar, una familia y unos padres.
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FOTO 01.
La especialista
de la ENTS de la UNAM, Lourdes Castilla Casillas, afirmó que los interesados en
adoptar a través del DIF Nacional deben hoy esperar tres meses para obtener una
respuesta a la solicitud.
FOTO 02
Lo ideal es que
los niños en adopción permanezcan en el entorno sociocultural, pero lo
importante es que formen parte de una familia, dijo la integrante del IIJ de la
UNAM, Nuria González Martin .