Boletín
UNAM-DGCS-250
Ciudad Universitaria
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PLANTEAN
ASTRÓNOMOS EL DERECHO DE
Astrónomos de todo el
planeta han propuesto declarar el 20 de abril como
Si bien son miles,
millones de ellas y superan en número la cantidad de granos de arena de todas
las playas y desiertos del planeta, en las ciudades –contaminadas por luz
artificial y humo–, no es posible distinguir ni
siquiera a las cinco mil estrellas que sí se pueden observar a simple vista con
un cielo limpio.
Para el también integrante del IA en Ensenada, Baja California, Manuel
Álvarez, no sólo debe ser un derecho, sino una obligación recuperar la capacidad de asombro, de
maravillarse ante lo existente, que incluye el cielo nocturno, y disfrutar así
el contacto con la naturaleza.
Soles "sin-cuenta"
"Uno de los gestos más antiguos del hombre es alzar la cabeza y
contemplar con asombro el cielo estrellado. Casi siempre se termina con un
sentimiento de fraternidad con el Universo", expresó el escritor Octavio
Paz.
Quizá esa hermandad sea resultado de que los
humanos son un eslabón de la cadena del ser, como llamaban los antiguos
filósofos al cosmos. La visión de la luz de las estrellas ha sido y es una
inspiración para toda
Al mismo tiempo, la contemplación del firmamento ha sustentado, a lo
largo de la historia, muchos de los avances científicos y técnicos que definen el
progreso, como se menciona en la Declaración sobre la Defensa del Cielo
Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, firmada en La Palma, Islas
Canarias, España, el 20 de abril de 2007.
El estudio de los objetos celestes, la astronomía, ha producido cambios
fundamentales en
Pero no sólo eso, abundó el especialista. También ha propiciado un
desarrollo instrumental que hoy beneficia no sólo a los astrónomos
profesionales –quienes utilizan potentes telescopios–,
sino a la población en general, mediante detectores que se usan en medicina, o
dispositivos en cámaras de fotografía y video, por ejemplo.
Es gracias a la ayuda de los telescopios que, desde la Tierra, es
posible observar 70 mil trillones de estrellas, es decir, un siete seguido de
22 ceros, según el cálculo presentado en la asamblea general de
Ese número, difícil de asimilar, es mayor que el número de granos de
arena de playas y desiertos. Además, hay que considerar que los australianos
sólo "contaron" las estrellas visibles con los telescopios más
potentes, sin considerar aquellas que no se han podido ver, las que sólo dejan
rastro en radiotelescopios o están fuera del espectro visible.
El número de soles en el universo es "sin-cuenta", bromeó
Manuel Álvarez. "Imaginemos que tomamos una foto instantánea de la gente
que vive en la Ciudad de México. En un sólo instante nacen bebés y mueren
personas. Hay todo tipo de individuos, cada cual con un camino evolutivo:
nacen, crecen, se convierten en adultos, y finalmente mueren". Lo mismo pasa
con las estrellas, cuyo número nunca sería estable.
También hay que tener en cuenta que la luz de las estrellas que llega a
los telescopios terrestres puede tener millones de años de antigüedad, por lo
que aquello que se ve ahora podría ya no estar ahí, puntualizó.
Pérdida del recurso
"cielo"
A pesar de su importancia, la calidad del cielo nocturno, y, por tanto,
el acceso a la luz de las estrellas y de cuantos objetos llenan el cosmos, se
está deteriorando en muchas zonas. La contemplación estelar es cada vez más
difícil. Ese proceso enfrenta a la pérdida generalizada de un recurso cultural,
científico y natural.
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores,
Eso no debería ocurrir de noche, sin embargo, advirtió, en cada vez más
lugares, la luz del alumbrado público, de los espectaculares, entre otros,
llena el ambiente e impide que el fondo del cielo sea oscuro. Por desgracia y
sin darse cuenta, en las ciudades se dejan de ver las estrellas o sólo se
aprecian unas cuantas, las más brillantes.
"Se han perdido las
estrellas, ya no se observan. Las personas en las urbes ya no voltean al cielo;
muchas nunca han visto las constelaciones. Es un bien que se está
desaprovechando cada vez más", aseguró la galardonada con
La iluminación artificial, por supuesto, es de gran ventaja, explicó
Sus bondades son importantísimas, sin embargo, apuntó, se usa en
exceso, sobre todo cuando se dirige al cielo, lo cual representa un desperdicio
de energía que es costoso para los gobiernos. Ese empleo es innecesario, pues
no representa ningún beneficio para las actividades cotidianas.
En la Declaración de Canarias, se refiere que la contaminación lumínica
va más allá. Los efectos negativos sobre la calidad atmosférica de los cielos
nocturnos en los espacios naturales, causados por el incremento de las
emisiones y la intrusión de la luz artificial, afectan gravemente a muchas
especies, hábitats y ecosistemas.
El despilfarro inconsciente de energía eléctrica se ha traducido en
trastornos de muchos animales nocturnos, como tortugas, aves e insectos; en
desequilibrios de ecosistemas, en mala polinización de flores nocturnas y en
alteraciones en los hábitos migratorios y reproductivos de muchas especies,
apunta.
Además, en todo el mundo
quedan ya pocos sitios apropiados para la observación astronómica. En el
hemisferio norte son cuatro, y "uno de ellos es el de la Sierra de San
Pedro Mártir, en la parte más alta de la península de Baja California. Ahí se
tiene instalado el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), donde el clima es favorable,
con pocos nublados, y un cielo oscuro".
Otros sitios adecuados
están en Arizona y Hawai, EU, además de las Islas Canarias, España, aunque el
mejor es el mexicano; en el hemisferio sur está Chile, consideró Manuel
Álvarez, experto en astrofísica estelar y con estudios en la Universidad de
Colorado.
Los astrónomos quieren que la calidad del cielo nocturno se preserve.
Es importante que, en general, se haga un uso más racional de la luz artificial
y que se protejan tan importantes sitios, puntualizó Silvia Torres.
Optimizar el uso de energía eléctrica y defender los cielos nocturnos
limpios es también una dimensión esencial en la lucha contra el cambio
climático. "Este es el momento de dar protección a la observación de las
estrellas. Es relevante que haya luz eléctrica en el mayor número de lugares
posible, pero lo es más que se haga de forma racional", expuso.
Fuera luces
El IA ha logrado una enorme colaboración con el municipio de Ensenada,
donde una reglamentación local conocida como Ley del Cielo, ayuda a preservar las condiciones idóneas de
observación del OAN.
La norma, que controla la contaminación lumínica, ya se aplica en
nuevos desarrollos habitacionales, donde se cuenta con lámparas de sodio que
dirigen la luz hacia abajo, y no en todas direcciones, y establece que el
alumbrado ornamental de edificios públicos, jardines y monumentos permanezca
apagado después de la media noche, entre otras acciones, explicó Álvarez.
No obstante, reconoció, "se necesita seguir trabajando para que se
aplique en otros municipios como Mexicali y Tijuana, cuyas luces podrían
interferir pronto en las observaciones". Además, hay que ser cuidadosos
con los desarrollos turísticos, industriales y portuarios, agregó Torres de Peimbert.
Pero más allá del aspecto científico, es indispensable rescatar el
derecho de todos para ver las estrellas. "Es un bien hermoso, un don que
se ha olvidado y que cuando se recupera en alguna playa o bosque, maravilla y
estremece. De seguir así sería como si desaparecieran las flores. Dejar de
verlas es una grave ausencia", opinó.
Por ello, se pretende que la noche del 20 de abril sea una oportunidad
para reconocer el derecho de voltear la cara al cielo, encontrarse con las
estrellas y recuperar la capacidad de asombrarnos, finalizó Manuel Álvarez, y
también, por qué no, el derecho a seguir soñando.
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Es importante que
se haga un uso más racional de la luz artificial y que se protejan los sitios
de observación astronómica, pidió la investigadora emérita del IA de la UNAM,
FOTO 02.
Astrónomos de
todo el planeta, entre ellos de la UNAM, han propuesto declarar el 20 de abril
como