Boletín
UNAM-DGCS-233
Ciudad Universitaria
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final del boletín
PROVOCA
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Afecta al
hipocampo, relacionado con esas tareas, dijo la investigadora del Instituto de
Neurobiología de la UNAM, Sofía
·
Los animales
con carencias alimenticias registran días de retraso en el desarrollo
encefálico y en la integración de las conexiones nerviosas, apuntó
·
La
desnutrición explica la muerte anual de 13 millones de niños en el mundo,
alrededor de 26 mil al día; si el infante no es atendido antes de los cinco
años, dijo, los efectos son irreversibles, alertó
La malnutrición afecta a
la estructura cerebral conocida como hipocampo, primer eslabón del proceso de
aprendizaje y de la consolidación de la memoria, descubrió la investigadora del
Instituto de Neurobiología (INB) de la UNAM, Sofía
También los animales con carencias alimenticias registran días de
retraso en el desarrollo encefálico y en la integración de las conexiones nerviosas.
Además, si son crónicas, sobreviven pero no tienen un buen desempeño cognitivo
y no poseen una calidad adecuada de progreso intelectual. "Así se observa
en las ratas, que aprenden una conducta, pero poseen una memoria lábil" o
poco estable, explicó.
La experta explicó que la desnutrición es la carencia de cantidades
necesarias de proteínas, vitaminas, carbohidratos, grasas y sales, para el
crecimiento y mantenimiento del organismo.
Pero, aclaró, no es la misma in
utero que en
El Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Ayuda a la
Infancia (UNICEF) calcula que la desnutrición explica cada año en el mundo la
muerte de 13 millones de niños, alrededor de 26 mil al día. Si el infante no es
atendido o rehabilitado antes de los cinco años, dijo, los efectos son
irreversibles: habrá un subdesarrollo en la capacidad intelectual y una mayor
propensión a enfermedades, entre ellas, las gastrointestinales, como la
diarrea, que acarrea pérdida de electrolitos, y anemias.
Además, esa condición puede ser un factor de riesgo para
Hay gordos mal nutridos, quienes sufren alteraciones en la calidad de
vida. La incapacidad de reconocer qué alimentos hacen falta en la dieta diaria,
propicia que se coma por apetito y no por hambre.
Un animal con estas características tiene el sueño desfasado, despierta
más tarde. En las escuelas no se ha considerado que los infantes desnutridos
inician su ritmo circadiano después de las 12 horas, no a las 7 u 8 de la
mañana, y que su atención está retardada.
La doctora por la Facultad de
Ciencias de la UNAM y ex investigadora en
A pesar de que la disminución en el tamaño
del cerebro con esta carencia es mucho menor, del cinco o seis por ciento, el
efecto ocurre a nivel neuronal y es distinto en las diferentes estructuras
encefálicas, sobre todo en el sistema límbico, donde se halla el hipocampo,
principal relevo neuronal para la adquisición y consolidación de la memoria;
estos efectos pueden ser de largo plazo.
En ese sistema radican las emociones, las motivaciones y la forma de
respuesta de un individuo al medio que le rodea. Si hay un mal sustrato
anatómico o alteraciones, el individuo no será fácilmente adaptable.
Con esta insuficiencia, según las observaciones de la científica y su
equipo, se produce reducción en el volumen de las llamadas fibras musgosas,
densidad de espinas, contactos sinápticos y cambios correlacionados con el
decremento en el aprendizaje espacial. "La disminución del volumen del hipocampo
en el animal crónico mal nutrido no implica que no aprenda o no adquiera
información; sí lo hace, pero su memoria no se consolida".
En los experimentos, se observa un retardo cognitivo. La rata tiene
hábitos nocturnos y prefiere estar en una caja oscura. Cuando recibe un choque,
reacciona abandonando ese lugar “seguro”. Al día siguiente, si recuerda bien la
experiencia previa, entonces no debe pasar al espacio sin luz para no recibir
otra descarga, si lo hace –como ocurre con las malnutridas–, significa un
problema grave de memoria.
La experta, cuyos trabajos en este rubro han recibido más de 850 citas
en la literatura científica internacional, destacó que dos de las estructuras
del sistema nervioso, el bulbo olfatorio y el hipocampo, son las únicas donde
se presenta neurogénesis, inclusive en los adultos.
En el laboratorio, relató, se desarrollan modelos donde la malnutrición
tiene efectos en la memoria y el aprendizaje, y produce deficiencias en la
producción y comunicación de neurotransmisores, tanto excitatorios como
inhibitorios, fundamentalmente en el sistema límbico.
Los universitarios se han percatado que la peor de las situaciones es contar con los nutrientes necesarios antes de nacer, y luego registrar carencias en la lactancia, porque propicia que el organismo se desestabilice.
Por el contrario, si hay crías mal alimentadas en la gestación, pero
rehabilitadas al nacimiento, se tiene oportunidad de recuperación. Estas ratas
se desarrollan bien, incluso aquellas que durante toda su vida han sido
malnutridas, que aunque de menor peso corporal, tienen la oportunidad de un
ajuste neuronal que les permite mayor sobreviviencia, de hecho alcanzan mayor
longevidad, expuso Díaz Miranda.
Como parte de la investigación, también se hacen estudios de
histología, donde se aprecia la respuesta plástica de las células, tanto a
nivel celular como subcelular, es decir, del funcionamiento de los organelos
celulares.
Al mismo tiempo, se realizan estudios a escala de ultra estructura
neuronal para ver cómo éstas desarrollan patrones plásticos adaptativos
provocados por
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FOTO 01.
Si el infante no
es atendido antes de los cinco años, los efectos de la desnutrición serán
irreversibles en la memoria, descubrió la investigadora del INB de la UNAM,
FOTO 02
Equipo de trabajo del Instituto de Neurobiología de la
UNAM, a cargo de