Boletín
UNAM-DGCS-229
Ciudad Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
PREMIAN LIBRO DE
El libro Alimentación para adolescentes embarazadas. Una estrategia
para proteger
La responsable del
Programa de Educación Alimentaria de la FM,
Se calcula que en la
nación hay más de 492 mil mujeres, de entre 12 y 19 años, que tienen un hijo;
en el ámbito rural, se registran cerca de 20 mil entre 15 y 19 años con un vástago, y cuatro mil madres
adolescentes de
Ante ese panorama, y si
se considera que esas jóvenes todavía están en periodo de crecimiento y
formación, que viven sobre todo en ambientes de pobreza y su autoestima es
baja, se requería hacer un trabajo que enseñara no sólo qué comer, sino a
trabajar por la revaloración de la vida propia y de los hijos.
De este modo, precisó,
el libro habla de aquello que es sustantivo para el consumo de la madre embarazada:
para qué comer y por qué cuidar la alimentación de quienes tienen
requerimientos de desarrollo personal y de sus bebés.
También hace referencia
al gran valor de la cultura regional, en particular la alimentaria, y se
reconocen las plantas y los animales comestibles que pueden aprovecharse mejor.
Tiene ilustraciones y textos de códices, por ejemplo, donde se expresa la
cosmogonía de la vida, se hace memoria de las chinampas, del mercado de
Tlatelolco, de la nixtamalización y de la importancia
de compartir el alimento en familia, señaló la especialista.
El texto fue editado por
la UNAM y el Programa IMSS Oportunidades. Sus autores son, por la FM,
La mejor inversión para
el desarrollo de una nación, agregó Salas Gómez, debiera ser la promoción de
una alimentación saludable que evite hábitos de excesos en el consumo o carencias.
De acuerdo con
Sin embargo, en el país
existe la paradoja de que siendo uno de los primeros cuatro países con mayor
biodiversidad en el planeta y también uno de los primeros en cultura
gastronómica, se cuenta con un déficit de nutrimentos y excesos en el consumo.
Por ello, sugirió realizar una gran campaña de promoción del valor que tiene la
tradición alimentaria nacional y regional.
Por carencias, se
provoca una disminución de nutrimentos en el periodo fetal, que se traduce en
elevadas tasas de mortalidad infantil.
Los que no fallecen
podrían tener una importante reducción en el potencial genético, reflejar
problemas de desarrollo neurológico, sufrir menor capacidad de aprendizaje y
productividad y afectar la programación de la estructura corporal, la
fisiología y el metabolismo. También propiciar frecuentes infecciones
gastrointestinales y respiratorias.
Con las deficiencias, se
observa mayor avitaminosis, anemia, enfermedades cardiovasculares y
crónico-degenerativas, deficiente respuesta inmunológica, así como trastornos
de la alimentación.
Como consecuencia, recalcó,
además, hay problemas psicológicos, bajo rendimiento escolar, menores tasas de
productividad y desarrollo científico, tecnológico, artístico y deportivo,
prevalencia de talla baja para la edad y menor calidad de vida, recalcó Salas
Gómez.
Sobre los excesos, dijo
que hoy destaca el problema de obesidad en México y el mundo, y con frecuencia
no se precisa que la etiología de esa enfermedad en el país y otros en
desarrollo no es la misma que la de las naciones desarrolladas.
Asimismo, se presentan
enfermedades como la hipertensión, cerebrovasculares,
crónico-degenerativas, como diabetes mellitus, que
pueden llevar a una menor calidad de vida, problemas de conducta, menor
aceptación social, baja autoestima e, incluso, la muerte.
Quizá la democracia, concluyó
Salas Gómez, debiera considerarse a partir de la cantidad de niños que nacen
vivos y sanos, más que por la cantidad de votos, el promedio de escolaridad o
tener una gran economía.
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FOTO 01
La especialista de la FM de la UNAM,
FOTO 02.
El libro Alimentación para adolescentes embarazadas.
Una estrategia para proteger