Boletín
UNAM-DGCS-227
Ciudad Universitaria
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final del boletín
ESTE AÑO SE PREVÉ QUE SEA MENOS CALUROSO QUE LOS CUATRO ANTERIORES
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Los investigadores
del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM,
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La máxima temperatura
obtenida en el Distrito Federal fue el nueve de mayo de 1998, cuando el
termómetro llegó a los 33.9 grados, aseguró Jáuregui
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No es
sorprendente que se registren temperaturas altas entre abril y mayo, empero, no
han superado el límite, por lo que no hay de qué preocuparse:
Este año se prevé que sea menos caluroso que los cuatro
anteriores y aunque aún no ha concluido la temporada más álgida, se puede
asegurar que no se presentará una onda calorífica alarmante, coincidieron los
investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM,
De acuerdo con los
registros del Programa de Estaciones Meteorológicas del Bachillerato Universitario
(PEMBU), en la estación ubicada en
En los meses transcurridos del 2008, los indicadores más altos se obtuvieron el 22 de enero, con 25.5 grados centígrados; el 24 de febrero, con 26.8; el 31 de marzo, con 28, y el cuatro de abril, con 28.9 grados.
Los mayores registros
del año pasado fueron: el primero de marzo, con 30.3 grados centígrados; el 22
de abril, con 30.1; el dos de mayo, con 31.4, y el 4 de junio, con 32.2 grados.
En 2006, el 12 de
marzo se alcanzaron 33.4 grados; el 28 de abril, 31.7; el 7 de mayo, 30.4, y el
12 de junio, 29.3 grados; 2005 presentó el 24 de marzo 29.4 grados; el 27 de
abril, llegó a 31.3; el 26 de mayo, a 30.6, y el 5 de junio, a 33.4 grados.
La máxima temperatura
obtenida en el Distrito Federal fue el nueve de mayo de 1998, cuando el
termómetro llegó a los 33.9 grados. El fenómeno climatológico El Niño
influyó en ello. Sin embargo, no se suscitó una onda de calor, aseguró el jefe
del Departamento de Climatología Urbana del CCA, Ernesto Jáuregui.
Estas ondas se
presentan al repetirse un clima mayor a los 30 grados como mínimo por tres días
consecutivos en la Ciudad de México, pues este límite varía en cada urbe. Por
ejemplo, en Mexicali este gradiente no es significativo, explicó.
Los indicadores
actuales no son alarmantes ni más altos que los anteriores, y son parte del
fenómeno natural denominado “isla de calor”, que se observa en todas las
metrópolis del mundo y que consiste en el contraste térmico entre la ciudad y
Una de las
características más relevantes de este hecho, es que es directamente
proporcional al número de habitantes de la urbe y va en aumento. La Ciudad de
México presentaba una isla de calor de 1.5 grados a finales del siglo XIX, y
ahora tiene cuatro grados de diferencia, indicó.
Lo que es un hecho,
insistió, es el aumento en la frecuencia de temperaturas mayores a los 20
grados en este siglo, es decir, se duplicó la incidencia respectiva. En antaño
se registraban con una frecuencia de ocho eventos por década y en la actualidad
suman 18 cada diez años.
La variación del clima
no es algo novedoso, señaló, pues la esencia del gradiente urbano es su
variación. Se observa que desde 1877 hasta el 2000, este cambio se ha
presentado en una escala de montaña, aumenta en un periodo y desciende en otro,
lo preocupante es que la periodicidad de ondas de calor es mayor.
Por su parte, el
coordinador del Programa Transversal de Cambio y Variabilidad Climáticos,
Es conocido que los
meses más calurosos son abril y mayo en esta ciudad, recordó, considerados
también como una etapa de transición mientras llegan las lluvias, por ello
también se les denomina “periodo de secas”.
Por lo anterior,
indicó, no es sorprendente que haya temperaturas altas en ese lapso, empero, no
han superado el límite del registro térmico, por lo que no debe haber alarma,
dijo.
En la actualidad, no
hay nadie que ponga en duda la presencia del cambio climático, aseveró
La modificación
implica el aumento en la temperatura por las actividades humanas, entre ellas,
la quema de combustibles fósiles, que alteran la composición de la atmósfera,
el cambio de uso de suelo o la sustitución de árboles por asfalto, entre otras
causas, detalló.
Todo ello explica que
el planeta emita más radiación, que queda atrapada en lugar de fluir, pero como
ha sido un proceso gradual y a nivel global, la temperatura va subiendo poco a
poco; quizá por esta razón todavía era motivo de polémica hace algunos años,
especificó.
No obstante, en la
actualidad se especula sobre cuáles serán los efectos, pero no se sabe cómo se
traducirá en precipitaciones y cómo será la afluencia de eventos extremos por
el calor. Por ello, se están haciendo estudios para analizar la probabilidad de
la incidencia.
El cambio climático
presenta dos parámetros para afrontarlo, mencionó. El primero se refiere a un
problema de riesgo, por el cual existen amenazas de que se eleven las
temperaturas, existan más eventos de lluvia extrema y suba el nivel del mar,
entre otros aspectos.
Otra circunstancia de
este riesgo es la vulnerabilidad, recalcó, por ello es necesario estimar cuáles
podrán ser los impactos para estar en condiciones de reducir la inseguridad.
La transformación del
entorno provoca incremento de calor, pero en la actualidad no se puede asegurar
que esa sea la causa del aumento de las
temperaturas, pues hasta ahora la fuente principal es la urbanización.
—o0o—
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El jefe del
Departamento de Climatología Urbana del CCA de la UNAM, Ernesto Jáuregui, afirmó
que las ondas de calor se presentan al repetirse un clima mayor a los 30 grados
por tres días consecutivos.
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El especialista
del CCA de la UNAM,
FOTO 03.
Este año se prevé
que sea menos caluroso que los cuatro anteriores, además, se puede asegurar que
no se presentará una onda calorífica alarmante, coincidieron en señalar
investigadores de la UNAM.