Boletín
UNAM-DGCS-218
Ciudad
Universitaria
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INVESTIGAN EN
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Científicos del Instituto de
Neurobiología, encabezados por el investigador emérito Flavio Mena Jara,
analizan el papel de la prolactina
·
El universitario y su equipo han hallado que esta hormona sufre
transformaciones desde su síntesis hasta su concentración y disponibilidad para
ser secretada
·
Es un proceso complejo donde las células endocrinas funcionan como
neuronas y viceversa, y establecen una interacción, reveló el experto
Científicos del Instituto de Neurobiología (INB) de
la UNAM, con sede en Juriquilla, Querétaro, encabezados por el investigador
emérito Flavio Mena Jara, analizan el papel de la prolactina, hormona
hipofisiaria, responsable de la síntesis de la leche en la lactancia.
Además, de manera conjunta con la hormona del
crecimiento, que también es secretada por la hipófisis en ese periodo, la
hormona contribuye –de acuerdo a algunos estudios recientes–, a prevenir de
manera natural algunas enfermedades degenerativas del sistema nervioso en edad
avanzada, como el Alzheimer y la demencia senil.
La línea de investigación está orientada
a estudiar la regulación neuroendocrina de la lactancia, que constituye una
etapa benéfica para la salud femenina. “Hormonas
como la prolactina y la oxitocina no solamente participan en el proceso de
amamantamiento al recién nacido, sino que también ejercen acciones múltiples en
el sistema nervioso”, apuntó el especialista.
Con respecto a
la prolactina, el universitario y su equipo han reportado que esta hormona
sufre transformaciones desde su síntesis hasta su liberación y disponibilidad
para ser secretada, pero también los mecanismos moleculares y iónicos que
intervienen en el proceso, especialmente en el animal lactante.
Actualmente,
se trabaja en los llamados efectos parácrinos de la hormona, es decir, que
ejercen una acción en otro tejido, en particular, en la hipófisis de la rata
macho, y en neuronas del sistema límbico, para determinar el mecanismo de
acción sobre las células, indicó.
El experto
combina fisiología, bioquímica, farmacología y microscopía, además de otras
técnicas. También, el equipo de Flavio Mena Jara colabora con científicos del
INB y otras entidades, como del Instituto de Fisiología Celular.
Al alimentar a
su vástago –dijo el médico y doctor en fisiología por la UNAM, y ex profesor
visitante en el Instituto Nacional Francés de la Salud y de
Esta acción,
expuso el científico, provoca la activación de una vía que llega al sistema
nervioso central y, en particular a los lóbulos anterior y posterior de la
hipófisis, donde se sintetiza la prolactina y la oxitocina, respectivamente.
Una vez que la leche es sintetizada en la glándula mamaria se tiene un “aparato
motor”, es decir, un mecanismo para expulsarla.
“La hipófisis
está conectada al sistema nervioso central en el hipotálamo. Así, el estímulo
de la succión activa la secreción de oxitocina, la cual, a través de la
circulación llega a la glándula mamaria y hace que la leche salga”, detalló.
Esto sucede en
todos los mamíferos, incluidos, los humanos. En otros casos, como vacas o
carneros, señaló, existe un elemento adicional al aparato motor de la glándula,
que es la ubre, donde se almacena la leche, y para obtenerla se requiere de la
ordeña.
El estímulo de
la succión activa receptores en el pezón de la glándula mamaria y a partir de
ellos la información es transmitida al sistema nervioso central, y de esa
activación son secretadas tanto la prolactina, como otras hormonas de la
adenohipófisis, así como la oxitocina de
La prolactina,
aclaró, se produce todo el tiempo, pero en la lactancia aumenta en forma
considerable, aunque variable, de acuerdo con la condición fisiológica
individual. En condiciones patológicas como las de un tumor hipofisiario, se
genera en grandes cantidades.
También,
durante la succión, se activa el sistema nervioso simpático, mediante la acción
de hormonas llamadas catecolaminas, como la noradrenalina, provocan obstrucción
en los conductos mamarios. De ese modo, la leche no sale en los primeros
minutos, pero la succión persistente del recién nacido activa una inhibición de
ese sistema y hace que se dilaten y la leche sea evacuada.
A eso se aúna
la estimulación exteroceptiva o táctil bidireccional, de la madre a su hijo y viceversa. “Todo eso se potencia y
da lugar a un círculo virtuoso”, aseguró Flavio Mena Jara.
En una época,
recordó el experto, se creyó que en este proceso participaban por separado los
sistemas nervioso y endocrino. Ahora se conoce que es un proceso complejo,
donde las células endocrinas interactúan con las neuronas y viceversa, que se
comunican y “platican” entre ellas, y establecen una importante interacción, de
la que aún no se tiene toda la información.
Se ha
estudiado la regulación simpática y la interacción con la oxitocina a nivel
experimental; se registró la presión intramamaria en ratas y se observa la
influencia del sistema nervioso autónomo y su activación debido a la succión,
usando técnicas de inmunohistoquímica, histoquímicas y de otros tipos,
finalizó.
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FOTO 01
La línea de investigación del emérito Flavio Mena
Jara, del INB de la UNAM, estudia la regulación neuroendocrina de la lactancia,
etapa benéfica para la salud femenina.
FOTO 02.
Científicos del INB de la UNAM, encabezados por el
investigador emérito Flavio Mena Jara, analizan el papel de la prolactina,
hormona hipofisiaria, responsable de la síntesis de la leche en la lactancia.