Boletín
UNAM-DGCS-209
Ciudad Universitaria
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Sólo el 10
por ciento del agua es tratada para su reutilización en el país, lo que
representa un problema para el consumo del vital líquido. De no tomarse medidas
serias al respecto en poco tiempo no habrá qué beber, pues se extrae el doble
de lo que se recupera, aseguró la investigadora del Instituto de Ecología (IE)
de la UNAM, Marisa Mazari Hiriart.
En la Cuenca del Valle, de México se
emplean
La capacidad instalada de tratamiento de
volúmenes urbanos en esta zona, según
Este problema no sólo se suscita en esta
región, sino que aqueja a todo el territorio, pues el recurso cada vez se
maneja más de manera irracional, aseveró Mazari.
El agua debe usarse, tratarse y
reutilizarse, pues es finita, irrecuperable y limitada, insistió, por lo que es
sumamente necesario recurrir a la tecnología para que vuelva a ser destinada para
consumo humano o uso cotidiano, agregó.
A pesar de que existen múltiples técnicas
para este procedimiento, en el país es poco utilizado por la inversión
económica que representa. Además, no existe una cultura del uso y reuso; esos
vertidos riegan cultivos, que generan problemas de salud por la mala calidad,
indicó.
Mucha del
agua en la Ciudad de México no es óptima debido a que el sismo de 1985 rompió
las redes profundas, lo que ocasionó la mezcla de líquidos de desecho con los
limpios a niveles minúsculos. Aunque se aplican muchos procesos de
desinfección, en el camino se contaminan, refirió la especialista del IE,
Valeria Souza.
El recurso potable, señaló, es una
característica de los países desarrollados. Sólo en las naciones pobres el
negocio del agua embotellada florece. En los Estados industrializados se
ingiere directamente del grifo.
Por otra parte, a su paso, el flujo se
enturbia de diversas formas, explicó Marisa Mazari. En principio, el volumen
subterráneo es extraído de los acuíferos localizado a grandes profundidades,
mismo que se acumuló durante mucho tiempo.
El problema es que en la superficie existen
diversas fuentes contaminantes, que pueden ser puntuales o difusas. Las primeras
se refieren a drenajes que salen al río, ejemplificó, mientras que las otras
son aquellas como las zonas agrícolas, pecuarias y vertimiento de desechos como
los tiraderos clandestinos.
Datos de la CONAGUA revelan que la
producción media de aguas residuales en la Cuenca del Valle de México, asciende
a un millón 665 mil anuales, de los que un millón 300 mil metros cúbicos son
captados por las redes existentes, y 364 mil metros cúbicos se descargan
directamente a corrientes naturales cercanas a sus localidades.
La galardonada con el Premio Sor
En México y en gran parte del mundo el
cloro se utiliza para
Por ello, recalcó, es necesario saber no
sólo si el vital líquido tiene microorganismos, sino la conductividad, así como
la concentración de iones y sales. También tiene que especificarse si tiene
químicos como metales pesados, disolventes industriales o plaguicidas.
El agua de la Ciudad de México contiene
bajas concentraciones de cloro residual que ayuda a la desinfección, lo que
provoca que los organismos crezcan y se multipliquen. Aún no se controla ni se
sabe el número de microorganismos existentes, reconoció.
La calidad, especificó, está relacionada
con el tipo de uso que se le da. En el país, es prioritariamente para el
consumo humano, pero también para uso industrial, agrícola, pecuario y como
generadora de electricidad. El problema se suscita en las fuentes contaminantes
de los alrededores de los cuerpos contenedores donde se origina, y por donde
circula hasta llegar al grifo de la casa.
El agua, subrayó, es un elemento que se
encuentra en la naturaleza en una cantidad específica, está limitado y no se
multiplica, y cada día es más requerido para más usos, entre ellos, algunos tan
controvertidos como el desarrollo de complejos turísticos.
Un tema novedoso es el caudal ecológico:
determinar qué tanta agua se requiere para conservar una selva, un bosque o un
metal. Este rubro es importante por que es necesario contemplar este espacio
para cualquier tipo de planeación, adelantó.
En estos momentos, aseguró Valeria Souza,
el recurso hídrico es el más limitante para la vida a nivel mundial; al igual
que el fósforo en el origen de la diversidad, el agua lo es para el desarrollo
del planeta y se usa en forma equivocada.
La también secretaria académica de ese
Instituto, alertó que es necesario manejar el líquido de lluvia, mejorar la
circulación y el de desecho para su reutilización, porque de lo contrario en
poco tiempo no habrá qué beber.
El problema más grave, argumentó, no es que
una persona tarde 10 minutos en lavarse los dientes, ni tampoco que no cierre
la regadera mientras se talla, sino se localiza en los campos del agro, en
donde se malgasta en grandes cantidades.
Los agricultores desperdician, dijo, el 80
por ciento, porque insisten en utilizar los procedimientos menos adecuados y
cultivan productos en suelos no propicios de los que no alcanzan el mayor
provecho.
En la actualidad, informó, hay 175
acuíferos en proceso de veda que no estaban bajo ninguna regulación. Nadie
solicita información de la cantidad de agua que se extrae.
Al respecto, Mazari Hiriart concluyó que aunque
existen medidas en las normas para el uso y el consumo humano es probable que
se emplee más agua de la que en realidad es concesionada.
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En estos momentos
el recurso hídrico es el más limitante para la vida a nivel mundial, aseguró Valeria
Souza, del Instituto de Ecología de la UNAM.
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En México y en
gran parte del mundo se utiliza para la desinfección del agua el cloro, pero
mezclado con materia orgánica forma trialometanos, dijo la experta del IE de la
UNAM, Marisa Mazari Hiriart.
FOTO 03.
Los agricultores
desperdician el 80 por ciento del agua, al utilizar los procedimientos menos
adecuados y cultivan productos en suelos no propicios, advirtieron
especialistas de la UNAM.