Boletín
UNAM-DGCS-183
Ciudad Universitaria
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Un grupo de trabajo de la Facultad de Medicina (FM) de la
UNAM, encabezado por
Aún falta esperar que no haya réplicas de redundancia en
otras naciones para ser transferida a la industria, así como otros métodos
diagnósticos y farmacológicos, señaló la especialista.
De otra innovación, denominada BCG México –que podría
sustituir a la que se utiliza normalmente–, López Vidal comentó que en año y
medio se podría tener la determinación genómica, proteómica e inmunológica
completas, además de los estudios de toxicidad correspondientes.
La alta incidencia de esta enfermedad ha provocado que
Casos de tuberculosis, detalló López Vidal, se presentan en todo el mundo, independientemente de factores geográficos o raciales. No obstante, la mayor incidencia se concentra en países en vías de desarrollo, pues se asocia a las clases socioeconómicas bajas, con características como la desnutrición, el hacinamiento humano y las malas condiciones de higiene. El mayor número se presenta en África y Asia, y luego sigue Latinoamérica.
En México, donde nunca se ha erradicado el padecimiento como
en otras naciones, la prevalencia es de
De las pruebas diagnósticas de este mal, Clara Espitia, del
Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), destacó –en el marco del Día
Mundial de la Tuberculosis– que siguen siendo un problema. De hecho, aclaró
Los métodos existentes,
agregó Espitia, son poco sensibles y se busca mejorarlos. Ello no es sencillo,
pues un tercio de la población mundial
está infectada, pero sólo de cinco a 10 por ciento desarrolla esta patología. El
asunto, entonces, es diferenciar a los individuos.
También es necesario, añadió López Vidal, contar con pruebas más rápidas y menos complicadas, para que la gente del área de la salud pueda ir a diferentes comunidades y, sin equipos sofisticados, realizar los diagnósticos.
En su laboratorio, resaltó, tras
analizar a cuatro grupos de
poblaciones (enfermos,
convalecientes, vacunados y expuestos), han detectado, valorado y
notificado como específico un conjunto
de proteínas con el que podrían diseñar una prueba.
Ahora resta caracterizar la
respuesta inmune en estos conjuntos, hacer un coctel de las proteínas y
adherirlas a una fase sólida, indicó. De este modo, con una gota de sangre del
paciente podrá identificarse en un periodo relativamente corto qué tipo de
exposición tiene al bacilo. Este proyecto tardará de dos a cuatro años para ser
producido comercialmente.
Clara Espitia, con alrededor de 20 años de trabajo
en el tema, busca proteínas o antígenos que faciliten diferenciar a los individuos a través de dos
metodologías: con ello, se busca la reacción de los anticuerpos en los
individuos o de forma celular.
Por el momento,
afirmó, el resultado preliminar arroja 20 proteínas recombinantes que pueden
ser buenas candidatas, observadas en
ratones. Cada una tiene características particulares y la idea es
probarlas todas; en la actualidad, sólo tres de ellas se encuentran en esta
fase, tanto en personas infectadas como en las sanas. Dos parecen prometedoras,
pero faltan más estudios.
Respecto al desarrollo de fármacos que no sean tan tóxicos como los
actuales y más eficientes,
El reto en investigación es
ambicioso, pero gracias a los diferentes apoyos recibidos, se ha podido
contribuir continuamente en esta área, consideró la también responsable
del proyecto Tuberculosis, que forma parte del Macroproyecto Estrategias
epidemiológicas genómicas y proteómicas en salud pública.
Hoy el tema es la resistencia de la enfermedad, explicó Espitia, que no ha podido ser erradicada del
planeta. El principal agente causal en los humanos, Mycobacterium tuberculosis, fue descrito por Robert Koch en 1882. “Ha pasado por
altibajos a través de la historia, lográndose disminuirla con medicamentos y
vacunas; sin embargo, al inicio de este siglo realmente hay problemas graves”.
La cuestión parece ser, aseveró, el surgimiento de cepas resistentes a
los fármacos. Además, la vacunación ha fracasado, pues la protección que ofrece
es variable: va de cero a 80 por ciento, pues hay variaciones genéticas;
incluso puede influir la presencia en el ambiente de otras micobacterias; se
han identificado más de cien especies.
López Vidal, quien pertenece al Departamento de Microbiología y
Parasitología de la FM, expuso que la tuberculosis es una enfermedad
infecto-contagiosa de tipo crónico, cuya mayor incidencia se da en quienes tienen alrededor de 40 años de edad.
La principal vía de infección
es de persona a persona por vía aérea, al toser o
estornudar, dijo, pues se generan aerosoles que se conforman de pequeñas gotas
de saliva que contienen abundantes bacilos y afecta, primordialmente, a
los pulmones.
La situación anterior, recalcó López Vidal, se ha agravado, haciendo de dicha patología una de las más
importante en enfermedades infecciosas, por el incremento de cepas multidrogorresistentes (MDR) y la creciente
coinfección con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), por el que el
riesgo anual de desarrollar tuberculosis se acrecienta de siete a 10 por ciento.
Sobre las cepas MDR, Clara
Espitia aseguró que su presencia y aparición van en aumento por lo que
representan un peligro real. En 2005 surgió una nueva llamada extremadamente
resistente (XDR), de la que de 53 enfermos detectados, 52 murieron. En total, se
han identificado alrededor de 500 mil casos a nivel multidrogorresistente y de
esos 10 por ciento son XDR.
De los individuos que tienen el VIH, precisó que
están en mucho mayor riesgo de presentarla, pues sus defensas bajan; se ha
visto además que en los individuos que lo tienen las MDR son más prevalentes.
Por tanto, su expectativa de vida disminuye.
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No existe una prueba diagnóstica
específica de la tuberculosis, afirmó la investigadora de la FM de la UNAM,
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Clara Espitia, del Instituto de Investigaciones
Biomédicas de la UNAM, aseguró que un tercio de la población mundial está
infectada, pero sólo de cinco a 10 por ciento desarrolla esta patología.