12:30  hrs. 17 de Marzo de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-168

Ciudad Universitaria


Heriberta Castaños

Pie de foto al final del boletín

 

NO REGRESA AL PAÍS CERCA DEL 80 POR CIENTO DE MEXICANOS QUE ESTUDIAN EN EL EXTRANJERO

 

 

Se calcula que alrededor del 80 por ciento de los mexicanos que realizan estudios de posgrado en el extranjero se queda en los países a los que llega, aseguró la especialista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Heriberta Castaños Rodríguez.

 

Una nación vale por su calidad y el conocimiento que tienen sus habitantes. Por eso, consideró, “es importante que toda esa gente preparada se rescate” a su país de origen. Además, desde el punto de vista económico, es preocupante la fuga de cerebros, por los recursos invertidos, que se aprovechan fuera del país.

 

Es importante que en la academia se esté alerta a este fenómeno, indicó Castaños, pues la sociedad en general no se ha dado cuenta de que mientras más científicos haya el país se puede desarrollar mejor.

 

En el Informe general del estado de la ciencia y la tecnología 2006, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, se consigna que hasta 2005 se apoyó a dos mil 645 estudiantes con recursos hasta por 695.7 millones de pesos para que realizaran sus estudios de posgrado en instituciones educativas fuera del país.

 

Gran Bretaña y Estados Unidos se mantuvieron como los principales destinos, quienes captaron 25.3 y 23.1 por ciento de los becarios, respectivamente, seguidos por España, con 16.6 por ciento; Francia, con 13.1, y Canadá, con 7.0 por ciento.

 

El documento registra que del total de becas apoyadas al extranjero, dos mil 256 correspondieron a doctorado y 302 de maestría, el resto se asignó a becas para especialidades y posdoctorado.

 

Asimismo, las principales áreas del conocimiento elegidas fueron las aplicadas a la ingeniería y las ciencias sociales, a las que acudieron 34.6 y 20.1 por ciento de los apoyados, respectivamente. Asimismo, las ciencias exactas captaron 10.4 por ciento, las aplicadas a la biología captaron 9.7, y las humanas y de la conducta 8.8 por ciento.

 

Castaños Rodríguez informó que hacia 1970, un investigador en México ganaba cinco mil dólares. Actualmente, la cifra asciende aproximadamente a mil 500 dólares, que es poco para el trabajo que se realiza. Con el tiempo  se compensa con las prestaciones, pero por ese motivo nadie se jubila, lo que provoca que cada vez sea más vieja la planta académica.

 

Como una alternativa contra la fuga de cerebros, propuso el establecimiento de una política en la cual se integren al salario todas las prestaciones, para que la gente se pueda retirar y, con ello, los jóvenes puedan ocupar esas plazas.

 

Acerca de este concepto, sostuvo que se le conoce también como fuga de talentos o éxodo de intelectuales. Por lo regular, se refiere sobre todo a especialistas de las áreas científicas, sociales y humanísticas, pero abarca también la artística como músicos y cantantes de ópera, entre otros.

 

Las áreas más afectadas son las de las ciencias exactas, porque se requiere de equipo e instrumental sofisticado para desarrollarse. Inclusive, se estima que dentro de la academia 85 por ciento de quienes emigran pertenecen a ellas; humanistas o de las ciencias sociales son pocos. De hecho, en México son básicamente las áreas de física y química las que fundamentalmente expulsan a los alumnos de posgrado.

 

Los científicos sociales, explicó Castaños, tienen otras necesidades, porque su estudio en México no es similar al de otros países. En cambio, para un matemático o un físico, los conocimientos de su interés se dan igual en todo el mundo. Por tanto, encuentran elementos para poder desarrollarse en cualquier lugar del planeta.

 

Todo ello a pesar de que quienes están en el extranjero desarrollan su profesión, se les puede tener como colegas que pueden apoyar para formar redes más amplias, y hacer investigaciones conjuntas.

  

Otro punto que es importante resaltar son los extranjeros que han venido a México, quienes enriquecieron la ciencia y tecnología de la nación. Especialmente, ha habido tres oleadas importantes: los españoles, los sudamericanos (argentinos, chilenos y uruguayos, sobre todo), y en los últimos años de las naciones de Europa del Este (polacos, alemanes y rusos, entre otros).

 

Sobre quienes llegaron de la llamada “cortina de hierro”, añadió que muchos de ellos lo hicieron como puente para irse a Estados Unidos, pero por diversos problemas se han quedado y se han adaptado a la forma de vida.

 

Los que no llegan a permanecer en la República son los chinos y los hindúes, porque tienen grandes oportunidades en sus países. Empero, los extranjeros sí pueden conseguir trabajo, porque vienen con cualificaciones específicas, concluyó Heriberta Castaños.

 

 

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FOTO 01.

Es importante que la academia esté alerta ante la fuga de cerebros, pues la sociedad no se ha dado cuenta de la importancia de los científicos, dijo Heriberta Castaños, del IIEc de la UNAM.

 

FOTO 02

La investigadora de la UNAM, Heriberta Castaños, propuso para evitar la fuga de cerebros, establecer una política de integración al salario de todas las prestaciones que se otorgan a los investigadores.