Boletín
UNAM-DGCS-158
Ciudad Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
El trabajo fue dado a conocer en el primer
número de la publicación electrónica PLoS Neglected Tropical
Diseases, que causó gran impacto en la comunidad
científica internacional, al recibir menciones en periódicos de todo el
planeta.
Así lo informó el investigador Ruy Pérez Montfort, quien expuso que este tipo de padecimiento está extendido en América Latina y, en su conjunto, afecta a alrededor de 18 millones de personas en el mundo.
Uno de los problemas para combatir la enfermedad es que la mayor parte de las medicinas empleadas se crearon hace años y son tóxicas para los pacientes. En ocasiones, “los efectos secundarios en algunos casos pueden ser graves e, incluso, mortales”, reveló.
Además, para su fase
crónica, que puede durar años, prácticamente no existe medicación. “Por ello,
se han buscado alternativas: moléculas que puedan ser guías para nuevos tipos
de tratamiento contra ese mal” y, de ser posible, en las etapas crónicas referidas,
indicó.
Pérez Montfort explicó que esta parasitosis se transmite por un vector conocido como la chinche “besucona” o triatoma.
En el mal de Chagas puede haber manifestaciones iniciales claras de una infección aguda, como el llamado “signo de Romaña”, o una inflamación unilateral de un párpado, que después de varios días desaparece en forma espontánea. Muchos años después, se manifiestan problemas cardiacos porque los organismos invaden las células del corazón, que pierde su funcionalidad y lleva a la muerte del paciente. También puede afectar órganos del sistema digestivo como el esófago o el colon, agrandándolos, añadió.
Ante tal panorama, hace 14 años los grupos de investigación de Ruy
Pérez Montfort y Armando Gómez-Puyou, ambos del IFC,
decidieron atender el problema. La investigación se basa en aspectos
bioquímicos básicos de los parásitos. De esta manera se ha progresado en la
búsqueda de moléculas para nuevos fármacos.
El científico especificó que todas las células tienen sistemas para procesar la glucosa y, a partir de ello, obtener otra molécula, el adenosín trifosfato (ATP) o “moneda energética”, necesaria para que sobrevivan y realicen sus funciones vitales, abundó Pérez Montfort.
Los parásitos unicelulares del orden de los Trypanosomatida, a los que
pertenece al Trypanosoma cruzi, poseen un organelo especial llamado glicosoma, donde se concentra
la mayoría de las enzimas que hacen esa tarea a través de una vía metabólica
llamada glicólisis. En cambio, las células de los mamíferos llevan a
cabo la glicólisis en el citoplasma, refirió.
La meta de
los universitarios es inhibir una de las enzimas de la vía metabólica de la
glicólisis en las células de los parásitos, pero sin hacerlo en la de los
mamíferos, como los humanos, agregó.
Si se
consiguiera “bloquear una enzima en forma especie-específica, es decir, sólo en
los parásitos, se afectará su producción de ATP; de ese modo se quedarían sin
energía y morirían”, sostuvo.
Lo primero
fue saber si la molécula encontrada –llamada ditiodianilina (DTDA)–, actuaba
sobre la TIM de los parásitos. Con diversas técnicas, se determinó que la DTDA
era eficiente contra la TIM de Trypanosoma
cruzi y que no desactivaba la enzima humana. También se demostró que la
molécula es capaz de matar a los parásitos en cultivo. Sin embargo, a la larga,
la DTDA resultó ser tóxica en un modelo experimental para enfermedad de Chagas
con ratones, señaló.
Por ello,
los universitarios ya trabajan para modificarla de modo que su toxicidad
disminuya o, idealmente, desaparezca. Además, apuntó el científico, algunas
moléculas que actúen sobre la interfase de TIM podrían ser potencialmente
multiparasitarias, en el sentido de que si funcionan bien para atacar el TIM de
un tripanosoma, en principio podrían usarse contra otros como el Trypanosoma brucei, y diversas especies
de Leishmanias y contra otros tipos de parásitos que podrían incluir al que
produce la malaria.
Se ha
demostrado que, en principio, ésta es una buena estrategia para desarrollar
medicamentos o fármacos antiparasitarios, es decir, con base en el conocimiento
preciso del modo de acción de las moléculas inhibitorias y sabiendo con
precisión cuál es
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FOTO 01.
Integrantes del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, descubrieron
una molécula que podría servir para el desarrollo de nuevos fármacos contra la
enfermedad de Chagas.
FOTO 02
El investigador de la UNAM, Ruy Pérez Montfort, expuso que la enfermedad
de chagas está extendida en América Latina y, en su conjunto, afecta a
alrededor de 18 millones de personas en el mundo.