Boletín
UNAM-DGCS-145
Ciudad Universitaria
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final boletín
PERSISTEN REZAGOS
EN PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y EN MATERIA DE VIOLENCIA HACIA
·
Ello,
a pesar de los avances registrados en años recientes, aseguraron académicas de
·
El
trabajo doméstico no remunerado representa poco más del 22.7 por ciento del
PIB, destacó la académica de
·
Hilda
Rodríguez, del PUEG, dijo que en México se percibe una situación de cambio y
transformaciones en este sector
·
Si
se compara el avance en su incorporación a los estudios superiores y al mercado
laboral, apuntó, su integración política no ha sido de la misma forma; hay un
rezago
A pesar de que los años recientes han sido de avances en materia
laboral y profesional para la mujer mexicana, aún persisten serios rezagos en
áreas como la participación política y en la violencia de género; además, el
trabajo doméstico no es reconocido en su justa dimensión, aseguraron académicas
de
El aumento en la existencia, los mayores niveles de escolaridad, la
disminución de las tasas globales de fecundidad y el alargamiento de la vida
económicamente activa, añadieron, son algunos indicadores que han contribuido a
despertar en las mujeres el interés por desarrollar una actividad productiva,
como parte de la autonomía y de un proyecto personal.
Al respecto, la académica de
Aunque no se contabiliza de manera oficial, “sí cuenta para el
desarrollo del país”, y genera un porcentaje similar al de otras actividades
también primordiales como las manufacturas, el comercio, los restaurantes y los
hoteles o los servicios comunales y profesionales, sostuvo.
Esa tarea debe reivindicarse, porque es imprescindible para que el
resto de la economía funcione, puntualizó la coordinadora de
También ha habido un incremento importante en la participación del
sector femenino como fuerza de trabajo, pues en la actualidad representa el 40
por ciento de
Datos oficiales revelan que desde 1975,
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI), en el último trimestre de 2007, la población de 14 años y
más disponible para producir bienes y servicios en el país ascendió a 45.6
millones. De ellos, 79 de cada 100 hombres son económicamente activos, mientras
que para ellas la relación es de 43 de cada 100.
Asimismo, se estima
que en el territorio poco más de seis de cada diez pesos que ingresan a
los hogares provienen de la actividad laboral femenina, según el Consejo
Nacional de Población.
Pese a esta incorporación al mercado de trabajo, Cooper Tory indicó que
las mujeres de la clase obrera viven una situación crítica por el aumento del
desempleo y la migración de los hombres. Prueba de ello es que uno de cada
cinco jefes de familia son mujeres.
En ese sentido, la coordinadora operativa del Proyecto
Institucionalización de
Parte de estas modificaciones, agregó, se ven principalmente en el
ámbito del empleo, como una de las características más notorias en las décadas
recientes. No obstante, hay retrocesos en aspectos como la participación
política femenina.
La integrante del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG),
detalló que la violencia es quizá el problema más difícil y grave que viven las
mexicanas. A pesar de la aprobación de
Así, según
Además, de cada 100 que sólo tienen educación básica, 52 son objeto de
maltrato por su compañero o esposo y 47, con al menos un hijo, sufre actos de
violencia con su pareja. Cinco de cada diez que viven en unión libre son
maltratadas y una de cada dos casadas sólo por lo civil o por
Rodríguez Loredo asentó que si se compara el avance de la mujer en la
incorporación a los estudios superiores y al mercado laboral, la integración
política no ha sido de la misma forma; hay un rezago. Por ejemplo, las cámaras
de Diputados y de Senadores están conformadas principalmente por hombres.
Si bien en años recientes se han ido incorporando al quehacer
parlamentario y participado en diversas áreas, sobre todo sociales, en ámbitos
como hacienda o economía, también de dominio masculino, no ha sucedido lo
mismo, reveló.
Algo similar ha ocurrido en la educación, ya que carreras como las
ingenierías y la economía siguen siendo de prevalencia masculina. Falta que el
sector femenino se incorpore con mayor fuerza a ellas, de lo contrario, no
tendrán la experiencia para asumir puestos de dirección en esos ámbitos.
De acuerdo con datos del libro
Presencia de mujeres y hombres en
En el bachillerato, la
matrícula fue de 115 mil 899, de los que 57 mil 799 son mujeres (49.9 por
ciento) y 58 mil 100 hombres (50.1 por ciento); en licenciatura, de 167 mil 584
estudiantes, 85 mil 966 son mujeres (51.3 por ciento), y en posgrado, de 20 mil
747 inscritos, nueve mil 498 son mujeres (45.8 por ciento) y 11 mil 249 son
hombres (54.2 por ciento).
Las cifras, revela el
documento, muestran simetría en la población en bachillerato y licenciatura,
mientras que en el posgrado se abre una brecha de más de ocho puntos
porcentuales a favor de los varones.
Asimismo, de las diez carreras
más pobladas, cuatro se volvieron más femeninas (contaduría, médico cirujano,
psicología y medicina veterinaria y zootecnia), dos aumentaron la presencia de
mujeres, pero continuaron en su condición (arquitectura y economía), mientras
que cuatro fueron menos femeninas (derecho, administración, cirujano dentista y
química farmacéutica biológica).
En ese sentido, Hilda Rodríguez consideró necesario hacer un fuerte
trabajo educativo en las escuelas, pero también en las familias, pues se siguen
reproduciendo los roles tradicionales. La rápida llegada de la mujer al empleo
no ha significado la incorporación de los hombres a las actividades domésticas,
lo que provoca que ellas asuman casi de manera exclusiva ese tipo de
responsabilidades.
Al respecto, Jennifer Cooper coincidió en que persisten áreas vedadas
para este género, como las ingenierías, las ciencias duras, la física y otras,
en las que se perciben mayores salarios y poder, es decir, mientras una mujer
estudia para ser enfermera o trabajadora social no hay problema, porque esos
son los roles tradicionales.
Se han registrado avances en la materia, pero a un costo elevado para
ellas: dejar de tener hijos. En muchos países, tanto desarrollados como en vías
de serlo, ya no quieren tener descendencia, lo que ya se conoce como la “huelga
de la maternidad”, porque no es posible hacer ambas tareas, mientras que el
Estado no ayuda a la reproducción de la fuerza de trabajo, especificó.
Hilda Rodríguez concluyó que en el ámbito legislativo los avances
registrados en el país son notorios, se ha ido hacia delante en cuanto a
reglamentos y leyes. “Sólo falta trabajar en el aspecto cultural, es decir, en
promover una participación más equilibrada de la mujer en las áreas del
conocimiento e impulsar el reconocimiento de sus derechos entre la sociedad”.
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Debe
reivindicarse el trabajo doméstico, porque es imprescindible para que el resto
de la economía funcione, afirmó la académica de
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Hilda Rodríguez,
del PUEG de
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El 40 por ciento
de