Boletín
UNAM-DGCS-138
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al
final del boletín
·
De acuerdo con investigadores de la UNAM, los divorcios están al alza
y el número de parejas que contraen nupcias es cada vez menor
·
·
La satisfacción es decreciente para los varones y las mujeres a partir
de los cinco años de matrimonio; en ellas, el interés tiende a disminuir y
permanece estable hasta los 20 años, revelaron
Si bien la
sabiduría popular rezaba que "aunque el casamiento es ratonera, nadie
quiere quedarse afuera", las circunstancias han cambiado. La tendencia en
los últimos años, señala que los divorcios están al alza y que el número de
parejas que contraen nupcias es cada vez menor. Ello quizá tenga que ver con la
satisfacción marital en función de los años de matrimonio, que no es la misma para
hombres y mujeres, señalaron investigadores de la UNAM.
El académico de la
Facultad de Psicología (FP),
Junto con
Además, por
primera vez han usado una técnica de la psicofísica social, el método de
estimación de las magnitudes, para "medir" la satisfacción marital.
Encontraron que ésta, en general, es decreciente para los varones a partir de
los cinco años de matrimonio y que, en contraste, las mujeres están complacidas
en los primeros años y hasta después de los 20, cuando vuelven a mostrar
interés por realizar actividades sexuales con su esposo, entre otras.
Amor y desamor en
cifras
Según cifras del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), durante el
año 2005 se registraron 595 mil 713 matrimonios y 70 mil 184 divorcios. Con
respecto a 2004, los primeros disminuyeron 0.8 por ciento y los segundos
aumentaron 3.9.
A escala nacional,
la edad promedio para casarse fue de 27.8 años en los hombres y de 25 en las
mujeres. En el 2005, la tasa bruta de nupcialidad (matrimonios por mil
habitantes) en el país fue de 5.7. Por entidad federativa, las que registraron
los mayores indicadores fueron Quintana Roo (9.1), Guerrero (7.6), Durango
(7.5) y Zacatecas (7.4); las menores fueron Puebla (3.9), e Hidalgo y Chiapas
(ambas con 4.3).
De cada 100
personas que se casaron, 75.3 por ciento tenían entre 15 y 29 años de edad.
Asimismo, el número de matrimonios entre personas en esos rangos de edad fue de
399 mil 868, es decir, 67 de cada 100 enlaces.
Pero por cada 100
uniones hubo 11.8 divorcios, que son cada vez más frecuentes. En 1970 eran sólo
3.2 y para el 2000, aumentó a 7.4. Las entidades con mayor índice fueron Baja
California (31.8), Chihuahua (30.6) y Aguascalientes (20.4), y las de menor
incidencia: Tlaxcala (2.0), Oaxaca (2.1) y Guerrero (5.1).
La edad promedio
de los hombres al momento del divorcio es de 37.3 años y en las mujeres es de
34.7. De las parejas que se separaron en 2005, casi la mitad tuvo una duración
de 10 años o más en 48.6 por ciento, seguida de quienes estuvieron unidos cinco
años o menos (32.3 por ciento).
En 2006, se
registraron en el país 72 mil 396 divorcios, siendo las entidades con mayor
índice el Estado de México, DF, Nuevo León, Baja California y Chihuahua. Del
total, 37 mil 558 parejas habían tenido un matrimonio con duración legal de 10
años y más; 20 mil 51 de uno a cinco años; 14 mil 549 de entre 6 y 9 años; 95
menos de un año y el resto no se especificó.
Antes, sostuvo Ávila, se creía que si un
matrimonio lograba permanecer unido los primeros diez años lo haría para
siempre, “pero ya no es cierto. El tiempo ya no es garantía, como parecía serlo
en otra época”.
La complejidad de
una relación
La satisfacción marital,
explicó Ávila, tradicionalmente se ha relacionado con una apreciación
subjetiva. Se ha conceptualizado, añadió
Lo cierto es que no
puede hacerse una calificación en “paquete”, de forma global, porque en una
relación hay peleas por dinero o por el cuidado de los hijos, pero puede ser
maravillosa sexualmente.
Por ello, los
universitarios determinaron la importancia de las actividades que realizan los
matrimonios día con día, divididas en nueve áreas: responsabilidades del hogar,
cuidado de los hijos, actividades sociales, intercambio sexual, finanzas,
comunicación, independencia personal y del cónyuge, y progreso ocupacional o
académico.
La meta fue cuantificar la relación de
pareja y determinar si el intercambio de recompensas o satisfactores es
equitativo, recíproco; de ser así, la relación va relativamente bien. Cuando
hay un desequilibrio, sobrevienen los divorcios y otros problemas.
El científico recordó que en
sensopercepción existe un método para medir la respuesta de un individuo a
estímulos físicos, como luces, sonidos y olores. El creador, Stanley Smith
Stevens, sugirió que se podía extender a la psicofísica social, a la medición
de sensaciones, emociones, actitudes u opiniones.
La técnica, que
nunca hasta ahora había sido llevada al estudio de la satisfacción marital,
consiste en dar un valor arbitrario a una actividad específica, como ver TV con
Así, el método de estimación de las magnitudes
compara una situación estándar con otras, dándole a la primera un valor
arbitrario. Esta es una manera que permite tener no sólo un índice de cómo va
el matrimonio, sino de la importancia general que se le atribuye a la relación,
explicó.
Hasta ahora se habían usado las llamadas
escalas tipo Likert, de cinco o siete puntos (“muy satisfecho”, “satisfecho”,
“poco satisfecho”, entre otros) para tratar de determinar lo que ocurre en los
matrimonios. No obstante, las respuestas tienen un carácter subjetivo y los
cónyuges pueden mentir. En cambio, “la intención es ver lo que realmente está
ocurriendo en la pareja, porque los hechos son los que cuentan”, añadió Ávila
Santibáñez.
El estudio se hizo con una muestra de 180
hombres y el mismo número de mujeres, con el único requisito de estar casados o
vivir en pareja. Es decir, fueron en total 360 personas divididas en seis
bloques de 30 hombres y 30 mujeres: de uno a cinco años de matrimonio, de seis
a diez, de
Se realizó en la Ciudad de México entre
personas, en su mayoría, de clase media,
abundó Patricia Miranda. Los participantes “valoraron” 63 diferentes
actividades que efectúan dentro del matrimonio, como cocinar, lavar la ropa,
planear los gastos, besar, abrazar, acariciar, visitar amigos; o alimentar,
bañar o llevar a la escuela a los hijos, platicar o compartir los problemas del
trabajo.
Fue así que se encontró un índice de
importancia promedio que las parejas le atribuyen a las actividades que ocurren
en el matrimonio y, lo más interesante, una función global con relación a los
años de casados diferente para cada uno.
Para los hombres, las actividades que
ocurren en esas nueve áreas son importantes en los primeros cinco años; en los
siguientes cinco ya no son tan relevantes y así sucesivamente. Para después de
los 30, en general ya no les importa su matrimonio.
En las mujeres, se detectó una función en
forma de “U”. De uno a cinco años de matrimonio todo lo que ocurre es
importante. Luego, el interés tiende a disminuir y permanece estable hasta los
20 años, cuando se incrementa de nueva cuenta, señaló Miranda Hernández.
Entre otros interesantes hallazgos, los
universitarios encontraron que, contrario a lo que se pensaba, la importancia
del área sexual para ambos miembros de la pareja e independientemente de los
años de matrimonio, no disminuye, sino que permanece constante.
Un reactivo esencial para hombres y
mujeres y sin importar el tiempo que han permanecido juntos, abundó la
psicóloga, es cuidar a la pareja cuando se enferma. Esa es una de las
atenciones que más fortalecen la relación.
Ahora cabría hacer comparaciones de
acuerdo con el nivel socioeconómico, educación e, incluso, lugar de residencia.
Se aplicaron cuestionarios en algunas comunidades del estado de Puebla, para
establecer diferencias con la población de la Ciudad de México.
Al mismo tiempo, se ha iniciado una nueva
fase del estudio, donde se preguntará a parejas con uno a cinco años y con
—o0o—
FOTO 1
Científicos de la UNAM determinaron la importancia de
las actividades que realizan los matrimonios día con día, divididas en nueve
áreas, explicó
FOTO 2
Para los hombres, después de los 30 años, en general
ya no les importa su matrimonio, afirmó la investigadora de la FP de la UNAM,
FOTO 3.
Investigadores de la UNAM encontraron que la
satisfacción marital es decreciente para mujeres y varones luego de los cinco
años de matrimonio.