Boletín
UNAM-DGCS-134
Ciudad Universitaria
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final del boletín
UTILIZAN EN
·
En la zona de Tlatelolco colaboran para encontrar
un escudo de armas de Carlos V, perdido desde el Siglo XVIII, explicó el
secretario técnico del IIA,
·
Se han realizado varias pruebas de radar de
penetración sobre el muro, con ayuda de antenas de 900 y 400 MHz, que
permiten distinguir la morfología del mismo, agregó
·
Buscan “hacer transparente” el suelo o los muros,
como si fuera una radiografía para estudiar lo que está enterrado o escondido
y, de esta manera, optimizar la localización antes de la excavación, apuntó
Integrantes
del Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones
Antropológicas (IIA) de
Se
trata del caso de la zona de Tlatelolco. Ahí, los universitarios colaboran para
encontrar un escudo de armas de Carlos V, que al parecer se ubicó en un muro de
principios del siglo XVIII, construido
por el fraile Juan de Dios Rivera, que en aquel entonces reparaba las ruinas y vestigios de lo que fue el Imperial
Colegio de
Ahora,
gracias a este trabajo, el emblema podría ver de nuevo la luz, si éste se
localizara dentro de una pared que actualmente divide la llamada “caja de agua”
del antiguo Colegio y cuya conformación es distinta a los demás muros.
Los
especialistas de este Laboratorio han capacitado a personal del Instituto
Nacional de Antropología e Historia en el uso e interpretación del radar de
penetración terrestre. Gracias a ello, bajo la dirección del responsable del proyecto Tlatelolco, Salvador
Guilliem, fue posible el descubrimiento de anomalías
al interior de varias estructuras del sitio, particularmente en
Asimismo,
desde hace varios años participan en las investigaciones que se llevan a cabo
en
En
Tlatelolco, se han hecho varias pruebas con radar de penetración del muro, con
ayuda de antenas de 900 y 400 MHz, que permiten
distinguir su conformación y materiales constructivos. Ahí, se detectó una
“anomalía” que podría corresponder a la insignia del rey, explicó el secretario
técnico del IIA, Agustín Ortiz.
El
arqueólogo expuso que estudios previos y fuentes documentales parecen sustentar
la hipótesis de que ahí se encuentra el escudo perdido y cuya heráldica sería
parecida a la utilizada en la famosa fuente de “Salto del Agua”, en la antigua
avenida del Niño Perdido.
En
ese mismo lugar se encontró una receptoría de agua potable construida en los
albores novohispanos para el sustento de la población indígena radicada en
Tlatelolco y que fue decorada en su interior con pinturas similares al Códice
Florentino, al Azcatitlan y al Badiano,
es decir, con diseños europeos pero “a la manera prehispánica”, agregó.
El
muro estudiado se encuentra por encima del depósito de agua, es decir, la
construcción fue posterior al mismo; sin embargo, puede observarse que no es de
carga, sino divisorio y que su conformación es completamente distinta a la de
los demás, tanto en forma como en dimensiones. Por lo tanto, se cree que podría
tratarse del que restauró el fraile y que contiene el escudo perdido.
Los
trabajos, que ya dieron comienzo, podrían confirmar
La
técnica de radar, proveniente de las ciencias de
El Radar de Penetración Terrestre (GPR, por sus
siglas en inglés) es un método geofísico que utiliza pulsos de radar de imagen
del subsuelo. Es un procedimiento no destructivo que emplea la radiación
electromagnética en la banda de microondas (frecuencias UHF / VHF) del espectro
radioeléctrico, y detecta las señales reflejadas de las estructuras del
subsuelo. Puede identificar objetos, cambios en los materiales, huecos y
grietas, obteniendo con ello, una zona de
estudio bien delimitada, donde hay mayor posibilidad de encontrar vestigios.
La antena transmisora irradia pulsos cortos de alta
frecuencia (por lo general, polarizada) de ondas de radio en el suelo. Cuando
la onda golpea un objeto enterrado o una frontera con distintas constantes
dieléctricas, la antena receptora registra las variaciones de la señal
reflejada de regreso.
Las
antenas que utiliza el georradar pueden ser de 200,
400 o 900 MHz, dependiendo de la profundidad de lo
que se quiera encontrar y de las condiciones de humedad o de salinidad del
suelo, refirió. En promedio, se podría decir que la de 900 penetra los primeros
En
la realización de estas pruebas, destacó el experto, la retroalimentación con
información arqueológica e histórica es fundamental para la interpretación.
El
laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones
Antropológicas, está conformado por
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FOTO 01
Científicos de
FOTO 02
El secretario
técnico del IIA de
FOTO 03.
Integrantes del
Instituto de Investigaciones Antropológicas de