Boletín
UNAM-DGCS-074
Ciudad Universitaria
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PRESENTA DEFECTOS
CONGÉNITOS EN CABEZA Y CUELLO MÁS DEL TRES POR CIENTO DE LOS MEXICANOS
Se estima que 3.5 por ciento de la población mexicana tiene algún
defecto congénito en la cabeza o el cuello, afirmó
Por ello,
mediante una técnica desarrollada por el investigador y su equipo de trabajo en
la Clínica de Prótesis Maxilofacial de la FO, se elaboran prótesis con
materiales odontológicos a bajo costo y con las cuales se ha favorecido a
pacientes mexicanos, principalmente de escasos recursos, y también en el
extranjero.
En este contexto, Jiménez detalló que
Campeche es la entidad más afectada por este tipo de problemas que se presenta
en siete por ciento de sus habitantes.
Tal problemática podría deberse a la fusión
de grupos étnicos, o a que la gente se ha mezclado con personas de su misma
familia y eso crea una predisposición para presentar malformaciones al nacer,
subrayó el especialista.
El término prótesis, explicó, se refiere a un objeto inerte que cumple
la función de cualquier parte del organismo o que suple un órgano; en este caso
los aparatos son elaborados ex profeso para el maxilar y el facial.
Así, los que elaboran los universitarios permiten jugar con los
materiales para darles la mejor operabilidad posible, pues la prioridad es
restituir, en primera instancia, las actividades fisiológicas de los pacientes
y, después, las formas estéticas, recalcó.
En este caso, precisó, se manejan dos tipos de personas con defectos:
congénitos o adquiridos. Los primeros tienen que ver con malformaciones en
cualquier estructura de la cabeza y cuello, como labio, paladar, oído, orejas u
ojos.
Los segundos, agregó, son por traumas derivados de accidentes o
quirúrgicos, aunque también por factores oncológicos, pues de estos casos se
derivan mutilaciones dentro de la boca o extraorales.
Se sabe que los afectados por cáncer difícilmente pueden volver a ser
tratados por cirugía, porque su sistema inmunológico está deprimido debido a
los protocolos de radio y quimioterapia, y son más propensos a infecciones que
incluso pueden ocasionarles la muerte, refirió.
En esta labor colaboran cirujanos, oncólogos, oftalmólogos,
otorrinolaringólogos y cirujanos maxilofaciales, dijo, quienes se ocupan del
tejido vivo. “Una vez terminado el procedimiento quirúrgico, nuestra
participación es definitiva para rehabilitar a los pacientes”.
Las prótesis cumplen dos funciones: la primera es devolver la deglución
y la fonación, es decir, se busca que el individuo recupere esas habilidades
para tener calidad de vida y, en segundo término, mejorar el aspecto estético,
aseveró Jiménez.
En otro rubro, comentó, al no colocarle a un niño una prótesis ocular
se le puede ocasionar una malformación; en este caso, el aspecto cosmético
además cumple una función ortopédica y permite un desarrollo craneofacial
armonioso.
Por lo general, toda persona que ha sufrido una mutilación grave por
trauma, genética o por accidente, se enclaustra, se aísla y no tiene calidad de
vida. Al acudir al servicio de prótesis maxilofacial se le restituye la función
y una figura agradable, para reintegrarlo a la sociedad y para que vuelva a
tener un deseo de vivir y sentirse productiva, especificó.
Como se emplea una técnica desarrollada en la UNAM, enfatizó, los
costos se han reducido; por ejemplo, una prótesis ocular en otro hospital
cuesta entre 20 y 25 mil pesos, pero aquí el paciente puede pagar desde 500 hasta
dos mil 500 pesos, según sus posibilidades económicas.
Cuando es una prótesis de boca, el afectado debe costear el
laboratorio. Para tener una idea, un obturador bucal en forma privada cuesta
entre 40 y 50 mil pesos, aquí se pagan 6 ó 7 mil pesos de laboratorio y el
servicio es de entre mil y dos mil pesos, apuntó.
En Estados Unidos, abundó, una oreja tiene un costo de 200 mil pesos y
en México entre 10 y 12 mil, pero en la Universidad sólo se le cobran los
implantes, que tienen un precio de dos mil pesos cada uno.
Adicionalmente, en el interior del país se trabaja por medio del
programa de Cirugía Extramuros, en coordinación con los gobiernos de los
estados. En estos casos, sólo se hacen prótesis oculares y auriculares, que se
pueden realizar en los cuatro o cinco días que duran las jornadas. En la
clínica y en los hospitales se atienden los casos más complicados, cuyo
tratamiento dura varios meses, concluyó.
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FOTO 01.
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El investigador de la UNAM,