12:30  hrs. 2 de Febrero de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-068

Ciudad Universitaria


Paulette Dieterlen

Pie de fotos al final del boletín

 

LA EUTANASIA, DILEMA ENTRE LA MUERTE O LA VIDA

 

 

La eutanasia o “buen morir” constituye un dilema entre el deceso digno o una vida de sufrimiento, entre el derecho del individuo a decidir su destino o el veredicto final de un grupo ético ante esta alternativa, a la que podrían recurrir los enfermos desahuciados, en un país donde cada año la Secretaría de Salud reporta que nueve mil pacientes llegan a la etapa terminal, señalaron académicos de la UNAM.

 

Paulette Dieterlen Struck, del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs), indicó que se habla “de las mejores medidas para morir de manera digna”; no obstante, es un problema donde chocan las intuiciones morales, “porque hay buenos argumentos a favor, pero también de otros en contra”.

 

Sobre este tema, cuya controversia ha impedido una legislación integral en México, Carlos Rodríguez Manzanera, académico de la Facultad de Derecho (FD), se pronunció a favor de la eutanasia “a partir del momento en que a una persona se le diagnostica una enfermedad irreversible”, aunque aclaró que en la discusión “no se vale tratar de imponer una sola visión”.

 

Al comentar la recién aprobada Ley de Voluntades Anticipadas en el Distrito Federal, Arnoldo Kraus, profesor de la Facultad de Medicina (FM), refirió que en el país no hay un debate adecuado sobre este tema, pese a que “un libre pensador tiene derecho a decidir lo que quiere sobre su vida”.

 

Para Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular (IFC), la legislación sobre eutanasia pasiva aprobada en la capital, es “un primer paso para suspender el encarnizamiento terapéutico, cuando la persona lo ha predispuesto así”, cuando lo ha establecido en un documento denominado de voluntades anticipadas.

 

Controversia nacional

 

La polémica sobre la legalización de la eutanasia –término derivado del griego eu (bien) y thánatos (muerte), con dos vertientes: la activa (que provoca muerte indolora) y la pasiva (en donde se deja de tratar el padecimiento)–, se ha generado en todo el mundo, pero sólo dos países han aprobado despenalizar la muerte asistida: Holanda en el 2002, y luego Bélgica en el mismo año.

 

En el caso mexicano, el Código Penal Federal –en sus artículos 302 y 312–, cataloga como homicida a todo aquel que prive de la vida a otro o, en su caso, lo induzca al suicidio. El primer paso en sentido contrario fue asumido por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que en diciembre de 2007 dictaminó a favor de la Ley de Voluntades Anticipadas.

 

Arnoldo Kraus, también miembro del Colegio de Bioética, afirmó que esta disposición concede el derecho a quienes padecen una enfermedad en fase terminal a rechazar medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida.

 

Entre las estipulaciones que consideró necesario reforzar, figura el que con antelación una persona decida cómo será el final de sus días, cuando el caso lo amerite, sin tomar en cuenta que las enfermedades no tienen un curso predecible, para lo que sería necesaria la figura de un apoderado legal cuando el padecimiento rebase lo escrito.

 

 

El académico de posgrado de la FM, sostuvo que no existe una discusión adecuada sobre el particular en México y ésta se debe fomentar y promover. Se requiere que las personas tengan información sobre el tema para que se genere un libre debate, porque cada quien tiene derecho a decidir, de acuerdo al mal que le aqueja.

 

Mientras algunas voces se manifiestan a favor de tratar la legalidad de la muerte asistida, la eutanasia es condenada por la religión, evadida por la sociedad y prohibida por la ética médica. Es “un tema controvertido” que demanda un fino aparato de justicia, “con comités de ética que puedan ofrecer recomendaciones”, puntualizó la filósofa Paulette Dieterlen.

 

La investigadora se manifestó a favor de su aplicación, a partir del momento en que a una persona se le diagnostica una enfermedad irreversible “y ya no tiene quién vea por ella, quién la asista, incluso si por su edad ya no conoce a nadie, no tiene familiares ni amigos, o no se puede valer por sí mismo”.

 

Tras insistir en que es un tema “realmente complicado” donde “nos movemos en terrenos movedizos”, Dieterlen Struck admitió que en el país aún se carece de una cultura sobre este tópico, donde se entremezclan intereses personales, económicos y de credo, y recomendó individualizar los casos.

 

En ello coincidió con Carlos Rodríguez Manzanera, especialista en Filosofía del Derecho, quien está a favor de algún día “poder escoger en abandonar este mundo de manera pacífica y tranquila o quedarme a sufrir; contar con ese derecho”.

 

Hay una ley para la eutanasia pasiva en la capital, y un debate nacional a nivel legislativo, político y social sobre esta medida, cuya “tendencia mundial es que los humanos tendremos el derecho a morir dignamente, bajo ciertas condiciones”, concluyó.

 

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FOTO 01

Arnoldo Kraus y Ricardo Tapia, especialistas de la UNAM, comentaron la recientemente aprobada Ley de Voluntades Anticipadas en el Distrito Federal.

 

FOTO 02.

Paulette Dieterlen, del IIFs de la UNAM, indicó que la eutanasia es un problema donde chocan las intuiciones morales, hay buenos argumentos a favor, pero también otros en contra.