Boletín
UNAM-DGCS-054
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Nelia
Elena Tello, de
·
El
60 por ciento de las familias aún están integradas por padre, madre e hijos,
pero predomina la individualización; cada uno vive su violencia como actor
particular, dijo
·
En
La violencia en la sociedad y
en las escuelas secundarias se ha convertido en un instrumento de
distanciamiento y fragmentación social, afirmó Nelia Elena Tello Peón,
profesora de
Lejos de registrarse fenómenos
que conduzcan a la cohesión entre la población, los actuales provocan
aislamiento y rompimiento con los demás, agregó al dictar
Tello Peón –quien ha trabajado
este tema en planteles de ese nivel educativo del Distrito Federal–, destacó
que según sus investigaciones, sólo dos por ciento de las familias con hijos
jóvenes que reconocen el problema, admite que éstos participan en los grupos
generadores de intimidación escolar.
El resto, no admite que sus
vástagos son actores activos en estos episodios, es decir, precisó, hay una
negación absoluta de aceptación del joven violento como miembro de una familia.
En el auditorio
Además, recalcó que en las
escuelas falta confianza entre maestros y estudiantes, pues sólo 12 por ciento
de los alumnos de ese nivel reconoce que si tuviera un fuerte problema se
acercaría a comentarlo con su mentor. Por ello, es necesario reconstruir este
vínculo.
La académica sostuvo que estos
hechos comienzan a darse en el último ciclo escolar de secundaria, cuando los
adolescentes más conflictivos ya no agreden a sus compañeros más débiles o
indefensos, sino que han optado por pagarle a otro para que realice esa labor.
Eso ocurre con hombres y mujeres; la cuota a veces sólo es simbólica.
Se suele utilizar la violencia
como una forma de solución de conflictos, y no necesariamente contra el otro,
sino a veces contra sí mismo, reprimiendo, no permitiéndose expresar y
transgrediendo alguna norma. Es una relación cotidiana con los demás, “en
modelos de dominio y sumisión suficientemente interiorizados”, dijo.
Tello acotó que el
distanciamiento social se construye a partir del rechazo de la diferencia,
aunque en el discurso dominante se hable de tolerancia. Lejos de establecer y
posibilitar conductas de cooperación, se reproduce el individualismo: cada
quien resuelve sus problemas, se aísla y se alimenta de temor.
En las escuelas,
desafortunadamente, aún no se admite a quien tiene un problema físico o una
capacidad diferente y se le señala; aunque en ocasiones esta actitud obedece a
poseer una cualidad o característica por encima de lo normal; entonces empiezan
a sufrir la agresión de los compañeros.
La especialista reveló que a
raíz de sus estudios ha comenzado a trabajar para romper esas secuencias, a fin
de que haya un cambio de comportamiento. “Un punto importante es reconocer
todos aquellos procesos de violencia en los que está inserta la sociedad”,
concluyó.
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FOTO 01.
La violencia en
la sociedad y en las escuelas secundarias se ha convertido en un instrumento de
distanciamiento, afirmó Nelia Elena Tello Peón, profesora de