06:00  hrs. 23 de Enero de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-044

Ciudad Universitaria


Guadalupe Ponciano Rodríguez

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FALLECEN AL AÑO MÁS DE 60 MIL MEXICANOS POR SU ADICCIÓN AL TABACO

 

·          Guadalupe Ponciano Rodríguez, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que la nicotina afecta el sistema nervioso central

·          Entre las enfermedades más importantes asociadas a su consumo están las cardio y cerebro vasculares, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y el cáncer pulmonar, dijo

·          Para atender a los fumadores con estos padecimientos el sector Salud gasta al año 29 mil millones de pesos

·          Federico Puente Silva, de la Facultad de Psicología, advirtió que todos tienen la posibilidad de desarrollar este hábito independientemente de su personalidad

 

En México mueren diariamente 165 personas a consecuencia de alguna de las enfermedades asociadas al tabaquismo; al año la suma rebasa las 60 mil personas, afirmó Guadalupe Ponciano Rodríguez, académica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.

 

El consumo de tabaco es considerado un problema de salud pública y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa principal de decesos en el orbe, pues se estiman casi cinco millones de defunciones anuales, recordó.

 

Según datos de este organismo, añadió, para el año 2020 este padecimiento podría causar el doble de las pérdidas actuales, es decir, habrá cerca de 10 millones de desenlaces por dolencias relacionadas con el consumo del cigarro.

Ponciano Rodríguez comentó que el tabaquismo es una adicción que afecta el sistema nervioso central del individuo a través de la nicotina. Las personas, desde el punto de vista físico, necesitan cada vez más esta sustancia, aunque se genera una dependencia psicológica.

 

La OMS considera que un individuo está “enganchado” cuando ha fumado al menos 100 cigarrillos en su vida, lo que en términos reales equivalen a cinco cajetillas, subrayó.

 

Enfermedades

La especialista mencionó que existe una larga lista de trastornos vinculados a esta práctica, pero al menos 25 principales, como los cardiacos y cerebro vasculares, así como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón.

 

Hoy día en el país la mayoría de los fumadores no mueren de una neoplasia pulmonar ni enfisema, sino de padecimientos del corazón o cerebrovasculares. De acuerdo con estudios de la Dirección General de Epidemiología, aseveró, del total de personas fallecidas en México por un infarto masivo o episodio cardiovascular, 45 por ciento está asociado al tabaquismo y 51 a eventos cerebrovasculares.

 

Les sigue la EPOC, que incluye enfisema pulmonar y bronquitis crónica. El aparato respiratorio, como punto de entrada del humo del tabaco al organismo, es uno de los más afectados. Es la respuesta al efecto irritante, inflamatorio y lleno de carcinógenos de ese producto, enfatizó.

 

En cada bocanada entran al organismo alrededor de cuatro mil 500 sustancias químicas, y al menos 70 de ellas son productoras de cáncer en el humano. De hecho, destacó, este producto está vinculado con todos los tipos de neoplasias.

 

De cada 10 casos de cáncer pulmonar en una población, con seguridad nueve están asociados al cigarro y de cada 10 casos de EPOC, ocho se relacionan con el tabaquismo, refirió.

 

Asimismo, abundó, existen otras enfermedades que normalmente no se relacionan con esta práctica, como la osteoporosis. Las fumadoras, sobre todo en las posmenopáusicas, tienen hasta 20 por ciento menos densidad en los huesos que las no adictas.

 

También la gastritis, el reflujo, los problemas del tubo digestivo y la úlcera gástrica son padecimientos vinculados al tabaquismo, porque al “darle el golpe” una parte del humo va directo al pulmón y otra al estómago a través de la saliva; la nicotina es altamente irritante, detalló.

 

Costos y población

 

A los problemas de salud, deben agregarse los costos que conlleva este consumo, en particular en países en vías de desarrollo, que incluyen la atención de pacientes en el sector salud, la muerte en edades provechosas y la disminución de la productividad, por mencionar algunos.

 

Según datos de la OMS, a nivel mundial las familias de escasos recursos ocupan hasta 10 por ciento del gasto familiar para adquirir tabaco; de este modo se dispone de parte del capital destinado a la alimentación, la educación y la atención a la salud.

 

En México, especificó la especialista, el costo social se ha calculado con base en las enfermedades cardio y cerebrovasculares, la EPOC y  el cáncer pulmonar. De modo que por atender fumadores con estos padecimientos el sector Salud gasta al año 29 mil millones de pesos.

 

En cuanto al número mundial de fumadores, la OMS refiere que alrededor de mil 300 millones de personas consumen tabaco, de los cuales casi mil millones son hombres.

 

En jóvenes mexicanos, la edad promedio de inicio es a los 12 años y los adolescentes que fuman tienen 14 veces más riesgo de empezar a consumir otras drogas, como la mariguana y el alcohol, puntualizó. 

 

Sobre la condición de género, sostuvo que en la adolescencia la relación es uno a uno, es decir, fuman en igual proporción mujeres y hombres; mientras que en adultos es dos a uno, es decir, por cada dos varones lo hace una mujer, cuando hace 10 años la proporción era siete a uno.

 

Además, dijo, a ellas le cuesta más trabajo dejar de fumar, porque la ansiedad por consumir nicotina las hace comer de más y subir de peso, y la obesidad es una apariencia que, por lo regular, tratan de evitar.

 

El aspecto psicológico

 

Al hablar sobre la dependencia psicológica del fumador, Federico Puente Silva, académico de la Facultad del ramo (FP), indicó que es de varios tipos. A las personas con soledad el cigarro representa una compañía; a las nerviosas o ansiosas, les proporciona serenidad; a las inseguras, les da seguridad, y a las tristes o deprimidas, sensación de bienestar.

 

Precisó que una de las clasificaciones de fumador más utilizadas es la de Michael Russell, de la Universidad de Londres, quien considera siete tipos de consumidores de tabaco. A través del tiempo un sujeto puede compartir características de varios tipos o pasar de uno a otro.

 

Uno es el psicosocial, que disfruta de fumar por los valores psicológicos y sociales asociados, tales como seguridad, éxito o glamour; otro es el sensoriomotor y se deleita con las sensaciones y movimientos referidos, como romper el celofán, oler y encender un cerillo y ver el humo; el tercero es el placentero y tiene que ver con situaciones específicas gustosas, como tomar café después de comer, escuchar música o hacer el amor.

 

En el tipo tranquilizante, el sujeto, al sentirse nervioso o angustiado, fuma y obtiene la relajación correspondiente; el estimulante, personas depresivas o con fatiga, aprenden a levantarse el ánimo; el adictivo busca evitar el sufrimiento, el síndrome de abstinencia, y el séptimo es el automático, cuando se tienen cajetillas por todas partes y todas las actividades se realizan fumando.

 

Al ser expuestos en forma constante al humo del tabaco, los seres humanos afrontan el riesgo de desarrollar adicción, independientemente de su personalidad, aclaró el también profesor de la FM.

 

No obstante, acotó, quienes por razones diversas no controlan sus estados depresivos o de ansiedad, están más expuestos a la adicción a la nicotina. En México, los grupos de alto riesgo son principalmente las clases bajas o en quienes carecen de información.

 

 “Se sabe que hijos de padres fumadores tienen hasta 90 por ciento de posibilidades de tener adicción al tabaco, debido a que los niños ven modelos de conductas externos y los repiten”, concluyó.

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FOTO 01

El tabaquismo afecta el sistema nervioso central del individuo a través de la nicotina. Las personas necesitan cada vez más esta sustancia y tienen dependencia psicológica, señalaron expertos de la UNAM.

 

FOTO 02.

En la adolescencia fuman en igual proporción mujeres y hombres; mientras que en adultos por cada dos varones lo hace una mujer, cuando hace 10 años la relación era siete a uno, aseguran académicos de la UNAM.