Boletín
UNAM-DGCS-023
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al
final del boletín
·
Recomendó
Siebe Grabach Claus, jefe del Departamento de Vulcanología del Instituto
de Geofísica de
·
Los
especialistas Ana Lillian Martín,
La sociedad mexicana
requiere una mayor concientización y conocimiento
sobre la historia eruptiva de los volcanes, porque unos tienen mayor actividad
que otros, afirmó Siebe Grabach
Claus, jefe del Departamento de Vulcanología del
Instituto de Geofísica (IGf) de
A esa necesidad,
destacó, responden los mapas de peligro volcánico, realizados en esta entidad,
los cuales delimitan áreas de distintos niveles de riesgo, para ser utilizados
por las poblaciones aledañas a estos colosos y las dependencias gubernamentales
relacionadas con la protección civil. Así, podrían salvarse muchas vidas.
Acompañado por los vulcanólogos
Ana Lillian Martín del Pozzo,
Al respecto, Martín
del Pozzo aclaró que los planos referidos requieren
ser adecuados, pues con el tiempo la situación evoluciona. Consideró que sólo
así resultan de utilidad para su distribución en escuelas, municipios,
entidades de protección civil y gobiernos estatales.
Dijo que hay una idea
distorsionada sobre la lava de los cráteres, cuando hay otros peligros más
significativos, como la caída de ceniza, que puede llegar a grandes distancias
y, si bien no necesariamente es mortal, puede causar varios problemas como
interrumpir la navegación aérea.
Además, afecta las
vías respiratorias, irrita los ojos. Mientras, las llamadas nubes ardientes han
llegado a ocasionar muertes y severos daños a la economía de ciertas regiones.
Agregó que si bien las grandes erupciones no ocurren con frecuencia, la gente
no sabe qué esperar, pues no se pueden predecir, y desconoce cómo reaccionar
ante una eventualidad de esa naturaleza.
Empero, Juan Manuel
Espíndola Castro admitió que estos mapas no tienen ningún peso jurídico y es a
las autoridades a las que corresponde que la población los conozca para
salvaguardar su existencia y posesiones. El problema es tan complejo que no
basta con el aspecto científico; todos deben estar involucrados en los casos de
desalojo.
El cinturón volcánico
mexicano, refirió, atraviesa el país del Pacífico al Golfo y ahí es donde se
asienta la mayor parte de
El especialista
ejemplificó que las regiones más saturadas de algunos Estados se ubican en
terrenos de alta sismicidad como en Japón, Indonesia
o los Altos de Guatemala, así como en el centro de México, donde hay
asentamientos importantes, por lo que existe una demanda de información.
Por su parte, Macías
Vázquez precisó que en el territorio hay al menos una docena de volcanes
activos y, de elaborarse mapas de cada uno de ellos, podrían ser utilizados por
la sociedad y las autoridades, para planear mejor el desarrollo económico y no
cultivar en esas zonas, así como para planificar acciones de protección civil
ante la necesidad de asegurar el traslado de la gente.
Siebe Grabach Claus, por su parte, puntualizó que el Departamento a su
cargo concentra al grupo más importante de vulcanólogos en el país, consolidado
a lo largo de los últimos 20 años, con proyectos a lo largo y ancho del territorio,
que no sólo se refieren a mapas de peligro, sino a estudios de monitoreo e
investigación más amplios.
En México, concluyó,
está atrasada la legislación respecto al uso del terreno, que no contempla
salvaguardar a las poblaciones de las áreas volcánicas.
-oOo-
FOTO 01
Siebe Grabach, Juan Manuel Espíndola Castro, Ana Lillian Martín del Pozzo y
FOTO 02.
Los mapas de
peligro volcánico, realizados en el IGf de