Boletín
UNAM-DGCS-010
Ciudad Universitaria
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INVESTIGAN
CIENTÍFICOS DE
Investigadores del Instituto de Física (IF) de
Ello “no necesariamente refleja el avance real de la enfermedad”,
agregó el especialista, quien dijo que esta observación podría ser un elemento
a tomar en cuenta para determinar el momento adecuado de iniciar el tratamiento
de un paciente, es decir, para suministrarle fármacos.
El científico, quien junto con el investigador Germinal Cocho ha
desarrollado modelos matemáticos que permiten entender mejor la dinámica de
este virus, realizó un estudio retrospectivo con base en los expedientes de más
de seis mil pacientes del Hospital de Especialidades del Centro referido, con
lo cual se integró una base de datos.
El responsable médico fue José Luis Estrada, mientras que la parte
operativa del estudio y el análisis estadístico, estuvo a cargo de la
estudiante de la maestría en Física Médica, Paola Ballesteros.
Los datos correspondían a individuos que no habían iniciado tratamiento
y otros con algún tiempo ingiriendo medicamentos. Se observó que, en efecto,
entre hombres y mujeres sin empezar la terapia, sí existe una diferencia de
carga viral estadísticamente significativa, refirió.
La disparidad es más notable en una etapa intermedia, cuando las cuentas
de linfocitos –o células sanguíneas que infecta el virus y utiliza para
reproducirse– han disminuido a alrededor de 200-350 por milímetro cúbico de
sangre. También se encontró que esa diferencia desaparece entre quienes han
tomando la terapia en al menos seis meses, dijo.
Villarreal sostuvo que en investigaciones en distintos lugares del
mundo se aprecia una aparente diferencia de cargas virales en la sangre de
hombres y mujeres, sobre todo al inicio y en etapas intermedias de la
infección. "Ellos pueden tener tres veces la de ellas, y, sin embargo, se
enferman igual", lo que se explica porque el principal reservorio de la
infección está en los ganglios linfáticos, donde la densidad del virus es mil
veces mayor. En la degeneración de esos tejidos puede verse el avance real de
este mal.
Al parecer, habría una desigualdad de género en las tasas de
transferencia del virus del tejido linfático a la sangre; ahora corresponde
averiguar si esa diferencia se debe a la expresión de niveles de mensajeros
químicos, tales como quimiocinas u hormonas, a la acción del endotelio –capa de
células que reviste interiormente las paredes de venas y arterias–, o a otros
fenómenos involucrados en la respuesta inmunológica, explicó.
El principal criterio para iniciar el tratamiento es determinar las
cuentas de linfocitos. Pero hay casos en donde no se correlacionan con el grado
de avance y es necesario medir la carga viral. Si es alta se puede administrar
la terapia. De forma adicional, se deben tomar en cuenta las diferencias de
género: si en una mujer es baja, eso no indica que esté menos enferma, aclaró.
Asimismo, los científicos universitarios también han encontrado que en
la muestra estudiada la terapia tiene menor efecto en las niñas que en los
niños, aunque aún no se entiende por qué ocurre así. Un reporte preliminar de
este trabajo con enfoque de género ya fue dado a conocer en las memorias de
investigación en física médica
publicadas por el American Institute of Physics, y ya se prepara el
artículo para una revista de investigación médica básica.
Villarreal Luján recordó que el virus del Sida tiene una cantidad
asombrosa de mutaciones. "Prácticamente es uno distinto en cada ciclo de
replicación y esto hace difícil elaborar vacunas". Una vez instalado en el
organismo ya no es posible erradicarlo, por el hecho de que integra su material
genético al de las células infectadas.
El Sida afecta a alrededor de 40 millones de personas en el mundo la
mayoría en África, al sur del Sahara, donde la incidencia alcanza en algunos
países a 50 por ciento de la población, detalló. Ahí la esperanza de vida ha
disminuido de 60 o 70 años a sólo 35.
En México, 0.5 por ciento de la población está afectada y la tasa de
infección va en aumento. Entre los jóvenes es la segunda causa de muerte, sólo
después de los accidentes y hechos violentos, añadió.
Carlos Villarreal refirió que la creación del modelo matemático para
entender la dinámica del Sida se basó en considerar que el virus se produce y
transfiere entre distintos compartimentos del organismo. "El modelo nos
permite integrar y cuantificar información sobre los factores que intervienen
en la evolución de la enfermedad y cómo se comporta este microorganismo cuando
se aplica la terapia".
En el futuro cercano se tiene contemplado realizar, en colaboración con
Luis Soto, del Instituto Nacional de Nutrición, un estudio sistemático de la
dinámica viral desde el primer minuto del procedimiento para "entender por
qué el virus salta a dos o tres veces de nivel basal al inicio del tratamiento,
cuando debería disminuir. Eso podría asociarse a una perturbación que
posibilita el paso masivo del virus del tejido linfático a la sangre, como si
se abriera de repente una llave y se inundara un compartimento".
También se considera investigar la posible influencia del endotelio
vascular en la dinámica viral. "Existen estudios que señalan que el virus
puede adherirse e infectar células endoteliales y que el grado de deterioro de
esa barrera natural situada entre el virus en la sangre y el tejido linfático correlaciona
el grado de avance de la enfermedad y problemas cardiovasculares".
Se espera que estas acciones faciliten entender con mayor profundidad
la dinámica del Sida y eventualmente proponer terapias alternativas realistas.
Las investigaciones clínicas se llevarán a cabo en los hospitales de
—o0o—
FOTO 01
Investigadores
del Instituto de Física de
FOTO 02.
Carlos Villarreal
Luján, del IF de