Boletín
UNAM-DGCS-004
Ciudad Universitaria
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final del boletín
DEBE CONTEMPLAR
EL ESPACIO URBANO
·
Indicó Patricia Ramírez Kuri, del Instituto de
Investigaciones Sociales de
·
Lograr equilibrios, que tienen que ver con
identidades, intereses, culturas y diferencias entre distintos grupos que
construyen la vida urbana, dijo
·
Una política en ese sentido podría contemplar
mejores formas de comunicación para los proyectos de ciudad en términos de
intervenciones, sugirió
Una adecuada política del espacio urbano debe contemplar la relación
entre lo público y privado, en términos de cómo lograr equilibrios entre estas
dos dimensiones de la vida social vinculadas a las identidades, intereses,
culturas y divergencias entre distintos grupos constituyentes de la vida
citadina, afirmó
El reconstruir la ciudad a partir de lugares comunitarios requiere
pensar colectivamente cómo lograr mayor equidad, establecer una cultura cívica
en términos de respeto a las diferencias y, al mismo tiempo, de mejoramiento de
la calidad de puntos que estimulen el establecimiento de vínculos sociales,
agregó.
Ante ello, es preciso abrir el debate –de manera amplia y con la
participación de los distintos actores involucrados– en torno a la regulación en
el Distrito Federal del espacio público como lugar de protesta, denuncia y
expresión de demandas a favor de reivindicaciones políticas, sociales y
culturales, sin vulnerar los derechos al uso de la ciudad para otras formas de
sociabilidad, señaló.
Se trata de las garantías de unos y otros; por eso, este concepto se
convierte en una arena de conflicto cuando estos intereses, tan distintos, se
confrontan. Ahí, el papel de las instituciones es central y éstas también
pueden apropiarse del tema y entrar en la discusión de su posible ordenación,
indicó Ramírez Kuri.
En todo caso es necesario, dijo, ampliar los argumentos sobre los
porqué, cómo y quiénes intervienen. Se puede plantear que lo colectivo urbano
es central en la reconstrucción de la ciudad, pero también la manera como la
sociedad y las instituciones lo conciben, lo que influye en la calidad de las
relaciones, apropiaciones y acciones definitorias de su contenido.
En teoría, lo público se concibe como el espacio de todos, donde
converge la diferencia, donde unos y otros aprenden a vivir juntos y a
compartir valores tales como el respeto, la solidaridad y la tolerancia. Por
ello, refirió la investigadora universitaria, se plantea como la esencia del
pluralismo, donde se expresa la diversidad cultural a través de la vida en
común.
Ciudades como el Distrito Federal exhiben fenómenos discrepantes de
sociabilidad y conflicto, de modernización y masificación, de mercantilización
e informalidad, de innovación, segregación, desigualdad, inseguridad, violencia
y temor, sostuvo.
Las grandes urbes condensan, como ningún otro lugar, las tensiones
derivadas de estas tendencias que revelan un concepto que adquiere significados
múltiples en contextos urbanos específicos, donde se expresan formas
diferenciadas y desiguales de ciudadanía, así como obstáculos y desafíos para
su construcción, adujo.
Este es el caso de ciudades como la de México, donde el espacio público
exhibe la diferencia pero sobre todo la desigualdad social a través de un
amplio repertorio de imágenes y realidades urbanas de modernización, abundancia
y desarrollo, como de atraso, pobreza y segregación, concluyó.
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FOTO 01.
Una política del
espacio público podría contemplar mejores formas de comunicación vinculadas a
la transparencia en la información, señaló la investigadora de
FOTO 02
Patricia Ramírez
Kuri, del IIS de