12:30  hrs. 29 de Diciembre de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-776

Ciudad Universitaria

 

 

 

 

 


Luis Alberto Vargas

 

Pie de fotos al final del boletín

 

 

MARCA COMIDA DECEMBRINA FIN DEL CICLO AGRÍCOLA

 

·        Señalaron Luis Alberto Vargas Guadarrama y Jiapsy Arias González, investigadores del Instituto de Antropología de la UNAM, establecieron que el periodo marca el inicio del invierno y el final de la temporada de lluvias e inicio de la de secas; pero además, la apertura de un lapso relativamente frío

 

Los platillos consumidos por las familias mexicanas durante las fiestas navideñas marcan el final de un periodo climático y la siguiente producción de otro tipo de comestibles, iniciándose así la “fiesta del renacimiento”, afirmaron Luis Alberto Vargas Guadarrama y Jiapsy Arias González, investigadores del Instituto de Antropología (IA) de la UNAM.

 

“Todo parece acabarse; los árboles pierden sus hojas y se anuncia la renovación de la vida”; volverán sus brotes, los animales tendrán sus crías en primavera, una vez más el maíz se sembrará y habrá una cosecha en los meses siguientes y esto se marca a través de los alimentos, agregaron.

 

Los expertos comentaron que lo interesante es la coincidencia de productos naturales con las tradiciones y preparaciones culinarias propias para indicar un momento de la vida.

 

La temporada decembrina marca el inicio del invierno e implica el final de la temporada de lluvias e inicio de la de secas; pero además establece la apertura de un lapso relativamente frío, explicó Luis Alberto Vargas.

 

Por su parte, Jiapsy Arias González precisó que se trata de una época interesante, porque a las fiestas católicas se sobreponen las religiosas mesoamericanas.

 

El tamal, por ejemplo, dijo, en la época prehispánica era visto como carne propia. Hay que recordar el mito de “los hombres y mujeres de maíz”. El comerlo, en ese contexto, era importante porque el individuo se incorporaba otra vez al mundo de lo divino en términos precristianos.

 

A la llegada de los europeos se establecieron cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno; sin embargo, aquí solamente se tenían dos temporadas: la de secas y la de cosecha, recordó.

 

Aquí no hay invierno como tal, pero sí es el fin de este ciclo de cosechas para entrar a la renovación, a la nueva agricultura, y por eso se le da un significado a frutas como el tejocote, caña, jícama, los romeritos y productos agridulces y secos, que significan el fin de un tiempo, concluyó.

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Alberto Vargas y Jiapsy Arias, del IA de la UNAM, señalaron que los platillos navideños marcan el final de un periodo climático y la siguiente producción de otro tipo de comestibles.

 

FOTO 02

El investigador de la UNAM Luis Alberto Vargas explicó que la temporada decembrina marca el inicio del invierno e implica el final de la temporada de lluvias e inicio de la de secas.

 

FOTO 03.

Jiapsy Arias González, del IA de la UNAM, precisó que a la llegada de los europeos se establecieron cuatro estaciones; sin embargo, aquí solamente se tenían dos temporadas: la de secas y la de cosecha.