06:00  hrs. 28 de Diciembre de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-775

Ciudad Universitaria

 

 

 

 

 


Sara Lara

 

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ABANDONAN CAMPESINOS ACTIVIDADES AGRÍCOLAS POR FALTA DE OPORTUNIDADES

 

·           Sara Lara, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, dijo que la población que vive exclusivamente de las tareas del campo es cada vez menor

·           Sin embargo, México se ha constituido como el segundo país exportador de jitomate a escala mundial y el primero en enviar este producto a Estados Unidos, reveló

 

Los campesinos mexicanos han abandonando sus actividades agrícolas por falta de oportunidades, y la población que vive exclusivamente de las tareas del campo es cada vez menor, aseguró Sara Lara, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

 

Indicó que existen unidades productivas donde la gente se mantiene de las remesas y de labores no propias del campo, o bien, se alquilan para trabajar fuera de su localidad.

 

En este sentido, dijo que este segmento migra a ciudades pequeñas o intermedias, donde se emplean como albañiles, en el pequeño comercio, en los servicios y, en el caso de las mujeres, en tareas domésticas.

 

Al hablar sobre el mercado del trabajo rural, destacó que quienes se colocan en el sector bajo el sistema asalariado, lo hacen en regiones donde las políticas de Estado han beneficiado el desarrollo de una agricultura comercial e intensiva.

De manera concreta, continuó, la gente se ocupa en cultivos exportables y que constituyen nichos de interés internacional. Asimismo, precisó que la producción de hortalizas, frutas y flores, ha adquirido una relevancia creciente.

 

Sin embargo, México, informó, se ha constituido como el segundo país exportador de jitomate a escala mundial y el primero en enviarlo a Estados Unidos. El problema radica en que su cultivo se concentra básicamente en el noroeste: Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, además de Nayarit y Jalisco.

 

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, el tomate fresco o refrigerado registró en 2006 un valor por exportaciones de mil 91 millones 891 mil dólares, un incremento de 23.9 por ciento respecto a 2005, cuando alcanzó los 881 millones 471 mil dólares.

 

Las mismas cifras consignan que la agricultura generó exportaciones por 5 mil 621 millones 627 mil dólares en 2006, un aumento del 15.7 por ciento, al obtener un año atrás 4 mil 860 millones 450 mil dólares.

 

Otros productos con altas ventas al exterior son el pimiento, con un alza del 2.4 por ciento de 2005 a 2006, al pasar de 598 millones 785 mil a 613 millones 350 mil dólares; el melón, sandía y papaya frescos también crecieron 20 por ciento, al presentar en ese mismo periodo un incremento de 290 millones 273 mil dólares a 348 millones 409 mil.

 

En el caso del aguacate y la cebolla, en esos años registraron descensos, aunque se ubican con altos ingresos en el ramo agrícola. En el primer caso, las ventas al exterior disminuyeron de 366 millones 118 mil dólares en 2005 a 345 millones 191 mil en 2006, lo que supone una merma de menos 5.7 por ciento; para la cebolla, de 285 millones 335 mil dólares a 229 millones 893 mil en ese lapso, es decir, una caída de 19.4 puntos porcentuales.

 

Por otra parte, la especialista refirió que la poca población que reside aún en sus lugares de origen, está compuesta por gente mayor, mujeres y niños; sin embargo, según sus propios estudios, familias completas se trasladan para trabajar en el sistema asalariado.

 

Sara Lara insistió en que la razón principal por la que estos campesinos salen de sus poblaciones es la ausencia de una alternativa digna de empleo. Comentó que Guerrero, Oaxaca y Veracruz son las entidades que más habitantes rurales expulsan debido al precario nivel de vida que poseen.

 

Recordó que en 1989 se creó el Programa Nacional de Atención a Jornaleros Agrícolas, que operaba en zonas de atracción como los estados antes mencionados, así como en regiones de expulsión.

 

Entre los problemas más graves para los jornaleros, recalcó, figura que ninguna institución se ha dado a la tarea de realizar un censo a fin de tener datos exactos acerca del número de estos trabajadores. Tampoco existe un número preciso que revele cuál es el universo de gente dentro del Programa.

 

Se trata, concluyó, de población itinerante que se traslada de un estado a otro según las necesidades de cada zona que los requiere para seguir laborando.

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Sara Lara, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señaló que la población que vive exclusivamente de las tareas del campo es cada vez menor.

 

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Quienes se colocan en el sector agrícola lo hacen en regiones donde las políticas de Estado han beneficiado el desarrollo de una agricultura comercial e intensiva, dijo la investigadora de la UNAM Sara Lara.