Boletín
UNAM-DGCS-770
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Científicos del Instituto de Neurobiología buscan
manipular el crecimiento de células troncales para encontrar un posible
tratamiento
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Alfredo Varela Echavarría, investigador de esa entidad,
señaló que explora la posibilidad de utilizarlas para terapias de sustitución
en situaciones de muerte celular
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Se calcula que una de cada 100 personas en el mundo
desarrollará este padecimiento después de los 65 años de edad; en México uno de
cada 40 está en riesgo de sufrirlo
Científicos del Instituto de Neurobiología (INB) de
Así lo explicó Alfredo Varela Echavarría, investigador de esa entidad,
quien añadió que el auge de tales células, también llamadas madre, se debe a
que se explora la posibilidad de utilizarlas para terapias de sustitución en
situaciones en donde, por alguna condición patológica, se presenta muerte
celular.
Se calcula que una de cada 100 personas desarrollará Parkinson después
de los 65 años de edad. En México se estima que uno de cada 40 individuos está
en riesgo de padecer esta enfermedad.
Durante años se había considerado que no se generaban neuronas nuevas
en el cerebro adulto. Sin embargo, refirió, estudios realizados en diversas
especies de animales muestran que esta idea es incorrecta.
En ciertas regiones del cerebro adulto existen células denominadas
troncales, capaces de multiplicarse y dar origen a las precursoras de neuronas,
llamadas neuroblastos, que se desplazan de sus zonas de origen hacia distintas
regiones, y se ha mostrado que bajo condiciones patológicas migran hacia las
partes lesionadas. Dicha habilidad hace pensar que podrían ser utilizadas para
subsanar el encéfalo cuando sufre lesiones de distinta índole, indicó.
Aunque el cerebro enfermo hace intentos por “autorrepararse”, éstos son
generalmente insuficientes. Por ello, el proyecto Células Troncales Adultas,
Regeneración Neuronal y Enfermedad de Parkinson que forma parte del Programa
Investigación Multidisciplinaria: Proyectos Universitarios de Liderazgo y
Superación Académica (IMPULSA), intenta estudiar los procesos e identificar los
factores a nivel celular y molecular que participan en el control de la
multiplicación, migración y diferenciación de las células troncales neurales y
de los neuroblastos derivados de ellas, expuso.
La idea es, con base en la información obtenida, tratar de instrumentar
medidas que permitan aumentar el número de precursores disponibles para
asegurar un abasto adecuado, dirigir su desplazamiento hacia los puntos de
interés y promover su diferenciación en neuronas de los tipos requeridos,
detalló.
En el grupo de Varela Echavarría se partió “de estudios del
comportamiento de las neuronas dopaminérgicas del mesencéfalo en embriones, es
decir –subrayó–, se aborda cómo crecen normalmente, cómo envían sus axones o
‘proyecciones’ con las que establecen contacto con otras, a través de las
cuales envían información de los impulsos nerviosos”.
Con ello, se obtienen datos respecto de las moléculas que funcionan
como señales para atraer o repeler a esos axones, de modo que encuentren su
ruta y se conecten con su “blanco” natural durante el desarrollo embrionario,
subrayó.
Dicho conocimiento es necesario para determinar si se puede manipular
el crecimiento de células parecidas a las neuronas embrionarias dopaminérgicas,
pero ahora generadas a partir de troncales en cultivo en adultos, reiteró el
científico.
Se han empezado a instrumentar estudios para analizar si la información
generada hasta ahora se puede aplicar a células madre, las cuales podrían ser
implantadas en un cerebro lesionado de un animal modelo, en donde se trata de
reproducir el Parkinson, precisó Varela.
Para reconstituir una vía neural se requiere conducir a los axones de
las neuronas de interés hacia los “blancos” adecuados y restablecer los enlaces
correspondientes, puntualizó. Debido a que uno de los objetivos es lograr la
reconexión de la vía dopaminérgica lesionada en los pacientes que sufren la
enfermedad referida, es indispensable definir los mecanismos y factores que
subyacen el establecimiento de esa vía neural.
El grupo del INB ha mostrado que las regiones pretectal y estriatal del
cerebro embrionario, es decir, una región de paso y el blanco final de los
axones dopaminérgicos, respectivamente, ejercen atracción sobre los axones de
las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra.
Este efecto parece ser desplegado en parte por la sustancia semaforina
El proceso de regeneración del sistema nervioso está en exploración.
Hay mucho interés en el mundo y las esperanzas de que sea posible son altas,
aunque, aclaró el investigador, hay que ser cautos. “No es algo que vaya a
ocurrir de inmediato, ni siquiera pronto, pero hasta hace pocos años no se
consideraba que pudiera pasar”.
Por ello, ahora hay gran expectativa. No obstante, se debe ser
responsable y puntualizar que “son estudios exploratorios, básicos, con una
perspectiva de largo plazo”. Los obstáculos para llegar a la meta son muchos,
pero su importancia es enorme, concluyó.
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FOTO 01.
Científicos del
INB de
FOTO 02
Alfredo Varela
Echavarría, del INB de