Boletín
UNAM-DGCS-731
Ciudad Universitaria
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final del boletín
ESTUDIAN EN
·
Mezclar sustancias biológicas y químicas
es viable en términos económicos y ecológicos, indicó María de Jesús Mestiza,
de
·
Realizó un estudio en comunidades de
Puebla, donde confirmó que ese procedimiento incrementa las toneladas de maíz
por hectárea
·
México requiere una política de
sustitución de insumos para incrementar la productividad, mejorar las
condiciones de suelo y ser viable en lo financiero, advirtió
María de Jesús Mestiza Rojas, de
Su interés fue advertir las posibilidades de
estos productores de ser reconocidos e impulsados por las políticas públicas,
no sólo porque mantienen un elevado nivel de obtención de ese grano y bajo
ciertas condiciones puedan incrementarlo, sino porque implican beneficios
ambientales y disminución de costos de hasta 35 por ciento.
Ello es importante, pues en México sólo 0.2 por ciento de la
superficie cultivable total se utiliza para los productos orgánicos. En cambio,
en otras naciones, sobre todo europeas, es de entre 15 y 20 por ciento, aclaró.
El biofertilizante permite desarrollar el
mismo nivel que con los químicos. Esto es importante, porque tanto para
agricultores como autoridades del sector, la única opción de incrementar la
productividad en
María de Jesús Mestiza indicó que en términos
ambientales lo idóneo sería dejar de utilizar fertilizantes industriales. Pero
cuando no es posible, el biológico permite reducir la dosis, lo que disminuye
costos y posibilita obtener los mismos rendimientos.
Señaló que ésta es una opción viable en términos económicos y
ecológicos, pues los productores agrícolas son agentes que toman decisiones, y
en función de sus ingresos cada ciclo de siembra deciden aplicar un
biofertilizante o comprar menor cantidad de químicos, y con ello, arriesgarse a
tener menores cosechas.
La integrante del Centro de Estudios China-México de esa entidad
consideró que esta posibilidad de cambio tecnológico facilita a los
agricultores disminuir costos.
Detalló que esta alternativa tiene amplias perspectivas si se toma como
directriz, pues México requiere una política de sustitución de insumos con
capacidad probada para incrementar la productividad, mejorar las condiciones de
suelo y ser viable en lo financiero, porque este mercado es abrumador.
“Pareciera que la agricultura orgánica es la única opción para la
conservación de los recursos naturales. No obstante, esta actividad puede ser
limitante. Si bien tiene amplios beneficios para el suelo y el ambiente en general,
en términos económicos hay una parte reducida de productores que pueden acceder
a ella”, opinó.
Ello se debe a que son nichos especializados, que tienden a regirse por
reglas de certificación. Los cultivadores pueden acercarse a esa normatividad
porque no tienen dinero para utilizar químicos, asumen ciertas normas y entran
al proceso, pero tiene un costo, y cuando no tienen capacidad salen del mercado
y el beneficio desaparece, advirtió.
Comentó que en el país se tiende hacia la generación sustentable. El
bajo poder adquisitivo y la mínima capacidad en terrenos de temporal y maíz en
especial, hacen que no puedan usar la misma cantidad de químicos todo el
tiempo.
Las prácticas tradicionales de uso de compostas y de los mismos
residuos vegetales del cultivo, han estado presentes desde hace mucho tiempo;
es decir, refirió, puede haber una combinación entre insumos biológicos e
industrializados, como se desprende del estudio de esta innovación producida en
María de Jesús Mestiza informó que en los últimos 20 años ha habido una
reducción importante del uso de fertilizantes en el país, sobre todo por el
desmantelamiento de la empresa estatal de producción. Empero,
para tener una producción orgánica certificada y un precio mayor en
Recordó que, por ejemplo,
Empero, resaltó, la instrumentación de una
política pública adecuada permitiría ahorrar hasta 70 por ciento de los
recursos utilizados en ese plan. El precio del biofertilizante es de 50 pesos
el kilo y con
Es importante retomar las experiencias de
nuevos productos en las decisiones gubernamentales, que pueden favorecer el
incremento de la productividad y al mismo tiempo generar beneficios ambientales,
concluyó.
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FOTO 01
María de Jesús
Mestiza Rojas, de
FOTO 02.
En México sólo
0.2 por ciento de la superficie cultivable total se utiliza para productos
orgánicos; mientras que en Europa es de entre 15 y 20 por ciento, dijo la
investigadora de