Boletín
UNAM-DGCS-712
Ciudad Universitaria
·
Destruye lepidópteros resistentes a
toxinas Cry insecticidas, y que son plaga de esos cultivos, informó
·
Evita el riesgo de perder la cosecha para
los productores que deban contender con el problema de que estos animales
desarrollen resistencia a las proteínas insecticidas de Bacillus thuringiensis
·
El hallazgo será dado a conocer en
Este avance es importante porque prolonga la vida útil de
las plantas transgénicas resistentes a insectos. Además, representa un gran
ahorro para los productores, quienes ya no requerirán recursos para
insecticidas y otros productos químicos para controlar insectos resistentes a
toxinas Cry, evitando así contaminar el medio ambiente.
Por su importancia, el hallazgo será dado a conocer en diciembre
próximo en Science, una de las revistas científicas más importantes del
mundo, en el artículo Engineering modified Bt toxins to counter insect
resistance –aunque su publicación en línea ocurrió el 1 de noviembre
pasado–. Asimismo, está en proceso su patente en México y en otros países y
regiones del mundo, como Europa y América Latina, la cual podría obtenerse a
inicios del año entrante, detalló.
La experta recordó que
Fue hace alrededor de una década que se comenzó a utilizar en plantas transgénicas; es decir, se le introduce al vegetal el gene de la proteína productora de la toxina, con lo cual la planta se vuelve resistente al ataque de estos animales. “Esta tecnología está revolucionando la agricultura, porque los costos disminuyen; sin aplicación de químicos las plantas crecen bien”, dijo.
En México sólo se cultiva algodón transgénico, en el norte del país, donde hay colindancia con el área productiva de Estados Unidos, pues allá ya se usaban esos organismos genéticamente modificados; “de otro modo, los insectos hubieran atacado los cultivos mexicanos”, refirió.
Los resultados son sorprendentes; se ha mejorado la calidad de esta planta, y disminuyó drásticamente el uso de pesticidas químicos, que se aplicaban hasta nueve veces en un solo sembradío. “Se dejó de contaminar el ambiente, con mayor producción algodonera, de mejor calidad y con los insectos totalmente controlados”, especificó.
No obstante, aclaró, esos animales se pueden volver resistentes, no sólo a los productos químicos, sino también a las toxinas insecticidas expresadas por las propias plantas. De ahí la necesidad de encontrar una solución y tener una estrategia antes de que se presenten aquellos resistentes en estos sembradíos.
Otros grupos científicos descubrieron que los insectos se vuelven resistentes porque les falta el primer receptor, por una mutación. En tanto, los universitarios encontraron que cuando la toxina se une al primer receptor, se genera un corte extra en la misma toxina, un pedazo pequeño es removido, “como si se destapara en un fragmento y al hacerlo quedara a la vista el interior”.
Para tapar la región hidrofóbica que quedó expuesta, la toxina se agrupa con varias más y se forma una estructura llamada oligómero; esto es, la entidad que se mete en la membrana celular y forma el agujero. Es decir, tiene que cambiar de monómero a oligómero para hacer el daño, pues necesita dicha estructura para perforar el intestino de la larva.
En
Este hecho es importante porque ya comenzaban a existir
en
De ese modo, plagas como el gusano rosado del algodón y Heliothis virescens, del maíz, podrán ser controladas aún cuando se vuelvan resistentes a las toxinas expresadas en las plantas que actualmente se utilizan comercialmente. “Mientras son gusanos los insectos lepidópteros comen las plantas hasta acabar con ellas; ya como mariposas casi no hacen daño, su objetivo es reproducirse”.
El reporte en Science da muestra de los resultados obtenidos con
los gusanos rosado del algodón y
Manduca sexta, gusano del cuerno del tabaco. “Se demuestra que en dos
diferentes lepidópteros resistentes a toxinas Cry1Ab y Cry1Ac, las toxinas
modificadas pueden matar a estos insectos”.
Ahora, lo que procede es hacer contacto con una empresa,
nacional o internacional, interesada en obtener una transferencia de tecnología
por parte de
Por último, la científica mencionó que ella y su colaborador Mario Soberón, también integrante de esa entidad, junto con sus equipos de investigación, ya trabajan en otras toxinas, esta vez, para mosquitos.
La publicación en línea de Science puede consultarse desde la
página del IBt (www.ibt.unam.mx) en la
liga personal de Alejandra Bravo.
—o0o—