Boletín
UNAM-DGCS-688
Ciudad Universitaria
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del boletín
OBSERVAN EN LA
UNAM, POR PRIMERA VEZ EN EL MUNDO, ACTIVIDAD
NEURONAL RELACIONADA CON LAS DECISIONES
·
Se trata de un sustrato neural encontrado por científicos del Instituto de
Fisiología Celular, encabezados por Ranulfo Romo
Por primera vez en el
mundo, científicos del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, encabezados
por Ranulfo Romo, observaron la actividad neuronal
relacionada con la toma, cambio o consolidación de las decisiones; es decir, encontraron el sustrato neural de posponer una determinación bajo frases hechas
como “piénsalo dos veces” o “dame un poco de tiempo para pensar”.
Por su importancia, la
investigación fue dada a conocer en el Proceedings of the National
Academy of Sciences of the
United States of America (PNAS), en el artículo
Neural correlates
of a postponed decision report, el cual
también recibió un comunicado por parte del Howard
Hughes Medical Institute
(HHMI), que financia buena parte del trabajo del universitario.
Se trata, consideró el
renombrado científico, de una observación relevante. “Lo que se aprecia es la
memoria de trabajo del cerebro relacionada con las decisiones. Ahí está, y es
la primera vez que se percibe directamente tal proceso en la actividad de las
neuronas”. Los resultados forman parte de las tesis doctorales de
Recordó que su
laboratorio se ha dedicado por muchos años a investigar cómo el encéfalo procesa
la información sensorial, la memoriza y usa para generar decisiones razonadas.
El experimento consistió en que una vez que un animal, en este caso un macaco, ha adquirido la información para tomar una
determinación, debe reportarla a través de apretar un botón.
El consenso de la
literatura, de investigadores de EU sobre todo, mostraba que tan pronto se
alcanza una determinación –basada en el análisis del contenido sensorial– se vuelve categórica y es consistente: sí o no,
para hacer un movimiento en una u otra dirección.
No obstante, Ranulfo Romo quiso descubrir qué ocurre si se pide que una
vez considerados los datos sensoriales y llegado a una
conclusión, no la “informe” de manera inmediata, sino que postergue su reporte.
Se busca saber si las decisiones continúan siendo categóricas, si cuando se
alcanzan pero se dejan para después, el cerebro guarda un “sí” o un “no”
solamente.
Se encontró que no
existen tales categorías cuando se postergan. En el cerebro, los circuitos de
neuronas siguen reprocesando la información sensorial sobre la cual se basó esa
decisión, prosiguen con la memorización, reanalizan o “cocinan” los datos,
reveló.
Este mecanismo dinámico
podría relacionarse con la consolidación o revisión. “Piénsalo dos veces”
quiere decir que muchas de las determinaciones razonadas no son reportadas de
forma inmediata, porque no se está seguro de que sean las correctas, de si la
respuesta debe ser afirmativa o negativa, agregó.
Para llegar al hallazgo,
explicó Ranulfo Romo, se efectuó un experimento
consistente en dar información sensorial a los monos mediante dos estímulos. El
animal debe prestar atención al primero, guardarlo en la memoria de trabajo, y
cuando llega
Una vez logrado, debe
postergar el reporte de la decisión tomada. Se advirtió que las neuronas del
animal se acuerdan de ambos estímulos, haciendo analogías. Van “switcheando” de una condición a otra, continuamente,
detalló.
Mientras el animal lo
hace, se registró “la actividad de estas células en una zona del cerebro que
previamente se había demostrado que se relaciona con la toma de decisiones
basadas en la evidencia sensorial” (Hernández, Zainos y Romo, Neuron, 2002). En una región de la corteza cerebral,
probablemente interconectada con otros sistemas de neuronas corticales y subcorticales, indicó.
“Es bueno que no se
tenga solamente un circuito relacionado con ese proceso. Esta redundancia es
importante cuando, por ejemplo, uno tiene un accidente cerebro-vascular. Si se
apaga un circuito siguen funcionando los demás”. Su fuerza coordinada maximiza
la probabilidad de llegar a una buena resolución, apuntó.
Las neuronas de estos
macacos –y las humanas también– se convierten en un
“jurado” que evalúa la información aportada por el “fiscal”, el “defensor” o el
“inculpado” (los sentidos). Al final, llegan a una conclusión; no obstante,
también pueden posponer su “fallo” y repensarlo una y otra vez en la memoria de
trabajo, refirió.
Postergar una decisión
puede durar segundos, minutos, horas o meses. Eso no
quiere decir que los circuitos cerebrales de una persona se queden pensando en
ella todo el tiempo, sino que de vez en cuando se saca la información guardada
en la memoria para reanalizarla, aclaró.
Este proceso se aprecia
de forma clara en la actividad cerebral de los monos. “Aunque hay que guardar
las distancias entre el modelo experimental, se cree que son los mismos
principios básicos, y eso es lo importante del trabajo”, especificó.
A título personal,
refirió Ranulfo Romo, se esperaba “encontrar algo
parecido a lo reportado: que las decisiones no son “síes”
o “noes”, sino que llevan mucha información asociada
con memoria y evidencia sensorial”.
Este trabajo continuará,
ahora para conocer todos los circuitos relacionados con este proceso y cuáles
son sus diferencias, cómo se enlazan entre sí y cuál es su dinámica, cómo
dialogan entre ellos y su impacto sobre el plan motor, concluyó Ranulfo Romo.
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FOTO 01.
Ranulfo Romo
encabeza un equipo de científicos del Instituto de Fisiología Celular de la
UNAM, que observaron la actividad neuronal relacionada con la toma, cambio o
consolidación de las decisiones.