Boletín
UNAM-DGCS-551
Ciudad Universitaria
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ES CLARA
De clara desventaja es
la perspectiva de México ante la apertura total de su mercado agropecuario a
partir del próximo año, de acuerdo con lo establecido en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), sobre todo por el alto costo con que se
producen sus bienes agrícolas, señaló Argelia Salinas Ontiveros, del Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc) de la UNAM.
Con ello, explicó en
entrevista por el Día de la Agricultura –que se celebra el 9 de septiembre–,
En consecuencia, dichas
mercancías –así como sus derivados– tenderán a encarecerse, porque no se han
destinado los suficientes recursos financieros para elaborarlas en forma
suficiente y a bajo costo, alertó.
También provocarán un
mayor desempleo, sobre todo en la población rural, donde de por sí no hay suficiente
trabajo; además de poner en peligro los recursos naturales, porque numerosas
empresas están interesadas en que se les den todas las facilidades para
utilizarlos y se pueden apropiar de ellos, fundamentalmente los agrícolas y el
agua, indicó.
México es un país
megadiverso, pero si no se tiene el cuidado necesario respecto a la legislación
que permite su uso, se corre el riesgo de que productos nacionales sean
patentados por gente de otras latitudes, agregó Salinas Ontiveros.
Asimismo, dijo, habrá una
mayor participación de transnacionales, las cuales son poderosas y no sólo
venderán alimentos procesados, sino también los de la extracción del patrimonio
forestal e hídrico.
Lo anterior quiere decir
que se está en clara inferioridad frente a Estados Unidos y Canadá, la cual se
traducirá en un deterioro de la calidad de vida, sobre todo de los sectores con
menores ingresos. En el país las familias en esa condición, que es la mayoría,
destinan más de 85 por ciento de su gasto total en alimentos, reveló.
Si se considera que el
empleo no ha crecido, sino al contrario, y que tampoco los salarios aumentan,
entonces se tiene un panorama delicado, advirtió. El sector agropecuario es
importante –para la obtención de comestibles, principalmente para los habitantes
mexicanos–, así como la generación de ingresos mediante las exportaciones.
De ahí, comentó la
investigadora del IIEc, que
Lo grave es que la
preocupación no se centra en el interés de las mayorías, sino en las áreas que están
de moda internacionalmente, por ejemplo, para inducir la producción de
biocombustibles a partir del maíz, refirió.
El último Informe de
Gobierno da cuenta del saldo negativo en el dinero destinado al sector: cayó
prácticamente en 50 por ciento en 12 meses, y con la firma del Tratado de Libre
Comercio con América del Norte, realizada en 1994, un año después el gasto
agropecuario fue de 7.1 y en el 2005 de 3.1 por ciento, detalló.
Ciertamente no es un
problema nuevo, apuntó, pues desde los años 80 esta esfera se ha visto
realmente abandonada, en términos de los apoyos por parte de las políticas
estatales, sentenció Argelia Salinas. No obstante, la academia se ha preocupado
por esta situación y ha hecho propuestas, pero no se les ha tomado en cuenta.
Por ello, hizo un
llamado a la sensibilidad de todas las instituciones gubernamentales que tienen
que ver con la producción y abasto de alimentos, para que pongan su atención
sobre todo en las comunidades indígenas,
que serán totalmente devastadas y que llevarían a graves conflictos, los cuales
se pueden evitar si se opta por políticas más equitativas y racionales desde el
punto de vista social y ambiental, concluyó.
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FOTO 01
Argelia Salinas
Ontiveros, del IIEc de la UNAM, dijo que
FOTO 02.
Con la apertura
agropecuaria de 2008 México pondrá en peligro sus recursos naturales, fundamentalmente
los agrícolas y el agua, advirtió la investigadora de