06:00 hrs. 22 de Agosto de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-516

Ciudad Universitaria


Roberto Escalante

 

Pie de fotos al final del boletín

 

NECESARIO, CREAR UN SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA RURAL

 

·        Coincidieron especialistas en la Facultad de Economía de la UNAM

·        Participaron en la mesa Investigación y transferencia de tecnología en el sector rural, organizada por la Universidad y el Senado de la República

·        El acto fue presidido por Roberto Escalante, director de esa entidad y el senador Francisco Castellón

·        Para Esteban Valtierra, del Colegio de Postgraduados,  ese sistema permitiría ligar de manera más efectiva a los centros de investigación con el ramo agropecuario

 

Ante el rezago que vive el campo en el país, es indispensable generar un sistema nacional de investigación y transferencia rural, pues el sector agrícola nacional tiene una gran dependencia extranjera de las innovaciones tecnológicas, aseguraron especialistas en la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Ello se manifestó en la mesa Investigación y transferencia de tecnología en el sector rural. Situación actual y propuestas, organizada por la FE y el Senado de la República, presidida por Roberto Escalante Semerena, director de esa entidad, y Francisco Castellón Fonseca, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara Alta.

 

 

Al respecto, Esteban Valtierra Pacheco, del Colegio de Posgraduados (COLPOS), consideró fundamental para la nación generar un sistema nacional de investigación y transferencia que ligue de manera más efectiva a los centros de investigación con el ramo agropecuario.

 

Además, abundó en el marco del Seminario Universitario de Innovación y Desarrollo Tecnológico, es necesario impulsar un modelo de competencias laborales, y crear fondos para el equipamiento de instituciones generadoras de conocimiento.

 

En la Sala de Juntas de la FE, Valtierra Pacheco comentó que en México predominan proyectos que siguen los procedimientos tradicionales de fertilización, manejo genético y resistencia a plagas, entre otros; empero, a veces no están relacionados con un problema urgente o demandante de la sociedad.

 

Asimismo, se han abandonado las técnicas habituales de divulgación por parte del sistema de investigación, en el cual los métodos interpersonales siguen siendo los más eficientes para que el campesino entienda el proceso de aplicación de una tecnología, apuntó.

 

Por su parte, Benjamín Figueroa Sandoval, ex director del COLPOS, coincidió en que es necesario que México cuente con el sistema nacional referido, conformado por un modelo central y otro cooperativo estatal, basado en el trabajo de las escuelas, facultades y bachilleratos relacionados con el sector.

 

Admitió que la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) ha propiciado un efecto importante en la productividad científica, que se ha incrementado 3 por ciento, medido en publicaciones y en otro tipo de índices, pero las patentes han disminuido.

 

Hay mucha ciencia pero no se convierte en desarrollo. El reto es que la investigación científica que se realiza tanto en el sector rural como en el resto de las áreas en el país, se traduzca en un avance tecnológico, subrayó.

 

 

Figueroa Sandoval informó que en el territorio sólo 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto se destina para ciencia y tecnología, monto del cual apenas el 6.7 por ciento va al sector agropecuario y pesquero. Además, hay una disparidad en el ámbito nacional, ya que más del 50 por ciento de los miembros del SNI se concentran en tres entidades: Distrito Federal, Morelos y Estado de México.

 

Reiteró que también existen pocas opciones de innovación, ya que se depende de la ciencia extranjera en general y en particular en el sector rural, ámbito en el que pocos avances nacionales están en práctica.

 

México gasta muchos recursos financieros en tangibles tecnológicos y  en adquirir patentes. De hecho, dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “somos el país con la más baja tecnología de base”, reveló.

 

Por último, José Antonio Mendoza Zazueta, ex director general del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), subrayó que en la República Mexicana hay una importante cantidad de investigación liberada, pero es poca la transferida y mucho menos la adoptada.

 

Un buen producto no necesariamente se va a introducir por sus bondades intrínsecas, se requiere entender y tomar en cuenta la lógica socio-productiva de los potenciales destinatarios, advirtió.

 

Toda política de investigación y transferencia debe tener como fin ultimo u objetivo superior mejorar las condiciones de vida de la gente, sobre todo en el medio rural, donde se concentra la pobreza, afirmó.

 

Concluyó que en ocasiones no se toman en cuenta restricciones que limitan la transmisión de tecnología rural, como el hecho de contar con insuficiente capital humano, en el cual los productores de menores ingresos tienen temor al riesgo y la innovación, por lo que sería necesario que hubiera esquemas que facilitaran esa adopción.

 

–o0o–

 

 

 

 

 

FOTO 01.

Roberto Escalante y Francisco Castellón durante la mesa Investigación y transferencia de tecnología en el sector rural. Situación actual y propuestas, en la Facultad de Economía de la UNAM.

 

FOTO 02

El especialista Benjamín Figueroa Sandoval dijo en la UNAM que es necesario que México cuente con el sistema nacional conformado por un modelo central y otro cooperativo estatal, para el sector agrícola.

 

FOTO 03

El experto José Antonio Mendoza subrayó en la UNAM que en la República Mexicana hay una importante cantidad de investigación liberada, pero poca es la transferida y mucho menos la adoptada.

 

FOTO 04

Esteban Valtierra Pacheco, del Colegio de Posgraduados, indicó en la UNAM que es fundamental que la nación genere un sistema nacional de investigación y transferencia.