06:00 hrs. 15 de Agosto de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-495

Ciudad Universitaria


Alfredo Santillán

Pie de  fotos al final del boletín

 

TRABAJA AL 100 POR CIENTO EL OBSERVATORIO VIRTUAL SOLAR MEXICANO

 

 

A un año de su presentación en la ciudad de Praga, República Checa, el Observatorio Virtual Solar Mexicano, primero en su tipo en México, ya trabaja al cien por ciento, señaló Alfredo Santillán, integrante de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA) de la UNAM.

 

Así lo anunció durante la realización del Coloquio Origen y estructura del Sistema Solar, organizado por los institutos de Astronomía (IA), Geofísica y Geología, donde añadió que es un proyecto multidisciplinario donde participan expertos en cómputo, astronomía y física solar, entre otros, el cual permite acceder a información de naves espaciales y telescopios de todo el mundo.

 

En al auditorio Paris Pishmish del IA señaló que los científicos utilizan datos de otras instituciones para realizar sus propios trabajos. Es decir, se comparte entre los diferentes grupos de investigación, como podría ser el de la NASA.

Es necesario distribuir esos contenidos. Instrumentos como la nave espacial SOHO (Observatorio Solar y Heliosférico) o el Telescopio de Canarias producen referencias de forma constante. En específico, comentó, el Sol ya “no tiene intimidad”, pues se le han observado sus manchas, eyecciones de masa coronal y demás fenómenos.

 

Durante la conferencia El Observatorio Virtual Solar Mexicano, una opción computacional para físicos solares el académico relató que alrededor del planeta se han unido esfuerzos para tener bases de datos conjuntadas. Hasta hace tres años reunían más de 100 terabytes de elementos relativos sólo al astro rey.

 

Ante ese panorama, una solución para acceder a estos acervos son los observatorios virtuales, cuyo principio es que el usuario no se mueva de su escritorio y aproveche las nuevas tecnologías, como las redes de alta velocidad, que en México podría ser Internet 2, detalló.

 

En el Observatorio tiene una interfaz gráfica que le brinda herramientas de exploración y “de una mina puede obtener un diamante”, un producto resultado de cifras que se hallan distribuidas en todo el mundo, aclaró.

 

Una forma de “pulir” ese resultado es con diferentes instrumentos de análisis, como métodos numéricos. “Se cuenta con infraestructura computacional para obtener un buen producto. Por ejemplo, si el usuario está interesado en una sola región solar puede acceder sólo a ella, o bien, obtener propiedades globales”, puntualizó.

 

Por supuesto, subrayó, se cuenta con una plataforma computacional bien diseñada para atender a todos los científicos al mismo tiempo. El Laboratorio consta de tres partes: computacional, observacional y de educación, y fue desarrollado en colaboración con la Universidad de Sonora, donde por más de una década se ha monitoreado al Sol.

 

El Observatorio se enfoca a las eyecciones de masa coronal o expulsiones de plasma generada en la superficie estelar, asociada a las manchas solares, que viaja en el medio interplanetario y produce grandes problemas al momento de interactuar con la magnetosfera de la Tierra, informó.

 

Al darse de alta sin ningún costo, el usuario tiene opciones para realizar simulaciones en tiempo real mediante el ingreso a las condiciones iniciales de densidad, velocidad y temperatura del viento solar y de la eyección de masa coronal, o bien, acceder a una base de datos donde puede consultar las ya realizadas y trabajar con ellas. Cada vez que se obtienen resultados, se guardan. Los que ya se han alcanzado se han comparado con artículos publicados en revistas especializadas, indicó.

 

Para su uso, el Observatorio no requiere de conocimientos en métodos numéricos. “Esta herramienta, que se desarrolló en la UNAM, es para ser utilizada por la comunidad; se trabaja para brindarle un beneficio a la ciencia y a la educación”, refirió.

 

En tanto, en la conferencia Las anomalías de los Pioneer, José Antonio de Diego, investigador del IA, explicó que éstas se refieren a la desviación observada respecto a los cálculos de las trayectorias de esas sondas espaciales en la región externa del Sistema Solar, particularmente en las naves 10 (lanzada en 1972 y que estudió Júpiter y Plutón) y 11 (lanzada en 1973, para Júpiter y Saturno).

 

Hasta ahora, dijo, no existe una explicación universalmente aceptada para este fenómeno detectado en 1998. Se trata de un frenado estimado en una pequeña cantidad.

 

Las causas que se han considerado incluyen errores en las mediciones, ralentamiento real debido a fuerzas gravitatorias por materia oscura o el Cinturón de Kuiper, sujección por el medio interplanetario, viento solar, fugas de gas de las naves o presión de radiación, o bien, a una nueva física, especificó.

 

“Lo que podría provocar una desaceleración constante es que la densidad es inversamente proporcional a la distancia respecto al Sol”. En tanto, ya se diseñan nuevos experimentos para obtener datos de alta precisión para estudiar esas anomalías, concluyó.

 

—o0o—

 

 

 

FOTO 01

José Antonio de Diego, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, dictó la conferencia Las anomalías de los Pioneer, en donde en donde explicó las teorías sobre su frenado en zonas espaciales.

 

FOTO 02.

Alfredo Santillán, de la DGSCA de la UNAM, anunció que a un año de su presentación, el Observatorio Virtual Solar Mexicano, primero en su tipo en México, ya trabaja al cien por ciento.