12:30 hrs. 11 de Agosto de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-488

Ciudad Universitaria


Reyes Haro Valencia

 

Pie de  fotos al final del boletín

 

PERSISTEN MITOS Y CREENCIAS EN TORNO  AL SONAMBULISMO, QUE DIFICULTAN SU TRATAMIENTO

 

·        Aseguró Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM

·        Esta perturbación es benigna, inicia en gran parte durante la infancia y termina en la adolescencia, sin necesidad de tratamiento con fármacos, aclaró

·        Ocurre en la tercera y  cuarta etapa del sueño, en donde la persona no recuerda este evento; no representa un problema cuando niños, no así en la adultez, cuando se requiere atención especializada, dijo

 

A pesar de que un 80 por ciento de la población infantil presenta sonambulismo en algún momento de su vida, aún se cree que despertar a una persona con esta patología le dejará secuelas psiquiátricas, ideas envueltas en mitos y creencias que impiden su tratamiento óptimo, consideró Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.

 

Con casi 20 años de experiencia en el ramo, el especialista relató el registro de varios casos graves, sobre todo en adultos, en donde la persona llega a lastimarse físicamente o puede perder la vida involuntariamente, o situaciones en donde el individuo padece epilepsias nocturnas que son confundidas con este trastorno del sueño, caracterizado por movimientos motores y mirada inexpresiva.

 

Insistió que en torno al sonambulismo hay muchos mitos y los familiares han llevado al paciente a hacerse “limpias”, porque “lo relacionan con situaciones esotéricas”. No obstante, es benigno, inicia en gran parte durante la infancia y termina en la adolescencia, sin necesidad de tratamiento con fármacos.

 

Haro Valencia explicó que comienza en la edad preescolar, porque está relacionada con la falta de madurez en los mecanismos que regulan el descanso, cuando los niños secretan la hormona del crecimiento y donde las funciones restauradoras ocurren –por eso es tan difícil despertar a un pequeño–, y aseguró que alrededor de los 10 años se deja de presentar.

 

Aseveró que un infante rara vez requiere ser medicado, porque los movimientos que llega a tener son incipientes y sólo sería necesario al registrarse más de tres veces por semana. Por ello, recomendó algunas precauciones como evitar factores que lo estimulan como el desvelo, el consumo de estimulantes antes de acostarse: chocolate y café, y juegos de video y programas televisivos con grandes cargas de violencia.

 

El director de la única institución en el país en ofrecer la atención a todo tipo de trastornos del sueño, precisó que el dormir tiene cinco etapas y se presenta entre la tercera y cuarta, llamada sueño de ondas lentas, pero donde todavía se registra el tono muscular, que le permite a la persona abrir los ojos, moverse y tener actividad rutinaria, sin que se acuerde de ello, porque sólo en la quinta fase es cuando se llega a soñar y se puede evocar este evento.

 

Ocurre en los ciclos más profundos, pero no en la última, por eso un sonámbulo no recuerda lo que le ocurrió. Para que se considere el diagnóstico debe cumplir con esta última circunstancia, porque están sin conexión los procesos, señaló.

 

Si bien no es un problema médico serio en la infancia, en el caso de los adultos es distinto y requiere atención especializada porque influyen en su manifestación, sobre todo, problemas emocionales, psiquiátricos, hábitos alimenticios y hasta de herencia, y en algunos casos se confunde con crisis parciales complejas, que se manifiesta en 25 por ciento de las personas con epilepsias, aclaró.

En adolescentes y personas mayores se debe sospechar de este último padecimiento. Hay muchas formas que ocurren durante el sueño sin conocimiento de la persona. Se hace un estudio para distinguir esos automatismos parecidos al sonambulismo, pero que en realidad son epilepsias sólo recurrentes durante el descanso y nunca cuando se está despierto, expuso.

 

Reyes Haro Valencia concluyó que además de ser una patología que se debe tratar en un adulto, el afectado debe tener ciertos cuidados como evitar camas altas, objetos punzantes cerca de su habitación, acceso a ventanales y puertas exteriores, así como rehuir los desvelos, el agotamiento en exceso y las dietas altas en cafeínas.

 

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FOTO 01.

Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, afirmó que el sonambulismo esta envuelto en mitos y creencias que impiden su tratamiento óptimo.

 

FOTO 02

El sonambulismo es benigno, inicia en gran parte durante la infancia y termina en la adolescencia, sin necesidad de tratamiento con fármacos, aclaró el especialista de la UNAM Reyes Haro Valencia.