Boletín
UNAM-DGCS-488
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
PERSISTEN MITOS Y
CREENCIAS EN TORNO AL SONAMBULISMO, QUE
DIFICULTAN SU TRATAMIENTO
·
Aseguró Reyes Haro Valencia, director de
la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM
·
Esta perturbación es benigna, inicia en
gran parte durante la infancia y termina en la adolescencia, sin necesidad de
tratamiento con fármacos, aclaró
·
Ocurre en la tercera y cuarta etapa del sueño, en donde la persona
no recuerda este evento; no representa un problema cuando niños, no así en la
adultez, cuando se requiere atención especializada, dijo
A pesar de que un 80 por ciento de la población infantil presenta
sonambulismo en algún momento de su vida, aún se cree que despertar a una
persona con esta patología le dejará secuelas psiquiátricas, ideas envueltas en
mitos y creencias que impiden su tratamiento óptimo, consideró Reyes Haro
Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
Con casi 20 años de
experiencia en el ramo, el especialista relató el registro de varios casos
graves, sobre todo en adultos, en donde la persona llega a lastimarse
físicamente o puede perder la vida involuntariamente, o situaciones en donde el
individuo padece epilepsias nocturnas que son confundidas con este trastorno
del sueño, caracterizado por movimientos motores y mirada inexpresiva.
Insistió que en torno al
sonambulismo hay muchos mitos y los familiares han llevado al paciente a
hacerse “limpias”, porque “lo relacionan con situaciones esotéricas”. No
obstante, es benigno, inicia en gran parte durante la infancia y termina en la
adolescencia, sin necesidad de tratamiento con fármacos.
Haro Valencia explicó
que comienza en la edad preescolar, porque está relacionada con la falta de
madurez en los mecanismos que regulan el descanso, cuando los niños secretan la
hormona del crecimiento y donde las funciones restauradoras ocurren –por eso es
tan difícil despertar a un pequeño–, y aseguró que alrededor de los 10 años se
deja de presentar.
Aseveró que un infante
rara vez requiere ser medicado, porque los movimientos que llega a tener son
incipientes y sólo sería necesario al registrarse más de tres veces por semana.
Por ello, recomendó algunas precauciones como evitar factores que lo estimulan
como el desvelo, el consumo de estimulantes antes de acostarse: chocolate y
café, y juegos de video y programas televisivos con grandes cargas de
violencia.
El director de la única
institución en el país en ofrecer la atención a todo tipo de trastornos del
sueño, precisó que el dormir tiene cinco etapas y se presenta entre la tercera
y cuarta, llamada sueño de ondas lentas, pero donde todavía se registra
el tono muscular, que le permite a la persona abrir los ojos, moverse y tener
actividad rutinaria, sin que se acuerde de ello, porque sólo en la quinta fase
es cuando se llega a soñar y se puede evocar este evento.
Ocurre en los ciclos más
profundos, pero no en la última, por eso un sonámbulo no recuerda lo que le
ocurrió. Para que se considere el diagnóstico debe cumplir con esta última circunstancia,
porque están sin conexión los procesos, señaló.
Si bien no es un
problema médico serio en la infancia, en el caso de los adultos es distinto y
requiere atención especializada porque influyen en su manifestación, sobre
todo, problemas emocionales, psiquiátricos, hábitos alimenticios y hasta de
herencia, y en algunos casos se confunde con crisis parciales complejas, que se
manifiesta en 25 por ciento de las personas con epilepsias, aclaró.
En adolescentes y
personas mayores se debe sospechar de este último padecimiento. Hay muchas
formas que ocurren durante el sueño sin conocimiento de
Reyes Haro Valencia
concluyó que además de ser una patología que se debe tratar en un adulto, el
afectado debe tener ciertos cuidados como evitar camas altas, objetos punzantes
cerca de su habitación, acceso a ventanales y puertas exteriores, así como
rehuir los desvelos, el agotamiento en exceso y las dietas altas en cafeínas.
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FOTO 01.
Reyes Haro
Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, afirmó que
el sonambulismo esta envuelto en mitos y creencias que impiden su tratamiento
óptimo.
FOTO 02
El sonambulismo
es benigno, inicia en gran parte durante la infancia y termina en la
adolescencia, sin necesidad de tratamiento con fármacos, aclaró el especialista
de