12:30 hrs. 29 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-460

Ciudad Universitaria

 

 


Teresa González

 Pie de fotos al final del boletín

 

DELINQUEN MAYORÍA DE MUJERES EN MÉXICO, INDUCIDAS POR SUS PAREJAS O HIJOS

 

·       Afirmó Teresa González, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social  de la UNAM

·       Buscan proteger a sus parejas o vástagos poniendo en riesgo su propia vida y libertad, aun cuando en la mayoría de los casos éstos terminan abandonándolas, precisó

·       Está psicológicamente comprobado que un niño que tiene un padre o una madre que haya delinquido, no tiene por qué ser delincuente, indicó

 

Más del 60 por ciento de las mujeres que se encuentran recluidas en México cometieron delitos inducidas por el marido o los hijos, y en correlación o complicidad con ellos, aseguró Teresa González, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

Ello, mencionó, porque buscan proteger a sus parejas o vástagos  poniendo en riesgo su propia vida y libertad, aún cuando en la mayoría de los casos éstos terminan abandonándolas.

 

Señaló que de acuerdo con el reglamento interno de los reclusorios, los hijos de las internas podrán estar a su lado hasta cumplir los cinco años de edad, incluso existen guarderías y preescolar para estos niños en Tepepan y Santa Martha.

 

En la actualidad, apuntó, hay mil 600 encarceladas distribuidas en los dos centros de Readaptación, en donde se encuentran 50 niños aproximadamente, tanto en etapa maternal hasta preprimaria. Son menores cuyas madres fueron abandonadas por el marido o que la familia no puede hacerse cargo de ellos.

 

“El problema comienza cuando los infantes salen del penal, porque son estigmatizados y criticados por la sociedad, que genera un fenómeno de exclusión social por ser hijo de una delincuente”, cuando está psicológicamente comprobado que un niño que tiene un padre o una madre que haya delinquido, no tiene por qué ser delincuente, indicó.

 

Ahora bien, si el delito cometido por la mujer supone una pena menor a diez años, en muchos casos los familiares se encargan de sus pequeños, no obstante, se rompe el vínculo materno debido a que ya no existe la misma convivencia, refirió.

 

En el caso de los niños dentro del penal con su progenitora, en la búsqueda de crearse una realidad diferente, fantasean y a veces no identifican que están dentro de un reclusorio, pues sus responsables tratan de no dañarlos. Sin embargo, cuando cumplen cinco años de edad y deben salir, es cuando comienzan los problemas, añadió.

 

Una de las mayores consecuencias, es que les cuesta interactuar con las demás personas por la condición en la cual han vivido, muchos desde que nacieron y otros desde que entraron con su mamá cuando tenían apenas unos meses, aclaró.

 

Además, socialmente hay una afectación clara, pues es difícil lograr que cambie su forma de ver y asimilar su entorno fuera de los penales, cuando dentro de éstos las situaciones que se viven son totalmente diferentes, recalcó.

 

Así, la repercusión social es grave, aunque en ocasiones se puede generar un vínculo cercano con la madre, al asumir la situación de que ella también fue excluida y rechazada, sostuvo.

 

 

Por otra parte, manifestó que en las condiciones de reclusión siempre va a estar perturbada social, institucional y familiarmente, al tener que afrontar diversas situaciones aunadas a la cuestión jurídica; es pues, marginada en mayor medida que un hombre en las mismas condiciones, concluyó.

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De acuerdo con el reglamento interno de los reclusorios, los hijos de las internas podrán estar a su lado hasta cumplir los cinco años de edad, informó la investigadora de la UNAM Teresa González.

 

 

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Más del 60 por ciento de las mujeres que se encuentran recluidas en México cometieron delitos inducidas por el marido o los hijos, aseguró Teresa González, investigadora de la ENTS de la UNAM.