06:00 hrs. 20 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-444

Ciudad Universitaria

 

 


Francisco Cruz-Pizarro

 Pie de fotos al final del boletín

 

TRABAJAN EN LA UNAM SISTEMAS PARA INCREMENTAR RENDIMIENTOS AGRÍCOLAS

 

·        Señaló Francisco Cruz-Pizarro, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán

·        Dijo que en el país deben impulsarse plantaciones frutales de entre 8 y 10 mil árboles por hectárea

·        En el caso de la ciruela, el rendimiento obtenido con este método es superior a 25 toneladas por hectárea; mientras que el promedio actual es de entre 10 y 12, detalló

·        Entre otras ventajas, se tiene un uso más eficiente del terreno y el agua, añadió

 

Con el fin de incrementar el rendimiento de las zonas agrícolas del país, especialmente las frutícolas, académicos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM trabajan en el desarrollo de un sistema de producción de alta densidad.

 

Francisco Cruz Pizarro, responsable del Laboratorio de Cultivo de Tejidos Vegetales (LCTV) de esa entidad, explicó que gran parte de los modelos de explotación de frutales hoy día se manejan con una concentración de entre 70, 150, 200 o 300  árboles por hectárea.

 

Por ello, el especialista propuso impulsar en la República plantaciones de alta densidad; es decir, siembra de entre 8 y 10 mil ejemplares por hectárea. “Si bien con ello la productividad por individuo es menor, el número de éstos es superior”. En otros países este procedimiento ha incrementado los rendimientos.

 

Por ejemplo, la producción de manzanas en México tiene una cosecha promedio cercana a las 25 toneladas por hectárea, aunque hay fruticultores que alcanzan las 50. No obstante, en otras naciones este sistema ha permitido cosechar hasta 100, detalló.

 

Es decir, “se necesita ser más eficientes bajo un esquema de competitividad, dada la apertura, globalización mundial, desregulación y todos los nuevos sistemas económicos”, apuntó.

 

Indicó que para lograr este incremento es necesario buscar contenidos genéticos o genotipos que no sean de gran estructura o tamaño. En muchas especies los hay de bajo vigor o intermedio, enanos o semienanos. Bajo este esquema se pueden trabajar bien. En cambio, con plantas provenientes de semilla hay limitantes.

 

Por otro lado, dijo que muchos de los sistemas de riego actuales son por gravedad; es decir, ahí casi no se considera el número de especímenes, sino que está determinado por la superficie. Empero, para los presurizados sí se debe tomar en cuenta ese factor.

 

Con el método de alta densidad se hace un uso más eficiente del terreno y el recurso hídrico. Además, dada la complejidad en la relación suelo-agua-planta, tener mayor número de árboles evita la evaporación directa del líquido bajo cualquier forma de riego, da mayor cobertura y menor degradación y erosión de la tierra, refirió.

 

Por otro lado, el académico resaltó que este procedimiento también cumple una función social. Los frutales permiten tener más de 125 jornales por hectárea, comparado con los 70 u 80 del agave. Además, es mano de obra especializada.

 

Francisco Cruz subrayó que México es centro de origen de muchas especies; sin embargo, algunas de ellas se pierden, por lo que es necesario recuperarlas.

 

Por ello, en el Laboratorio se tienen varias líneas de investigación, una de las cuales es el cultivo in vitro de variedades frutales de clima templado y subtropical; así como la propagación de vegetales y morfogénesis aplicada a modelos in vitro en géneros forestales ornamentales de importancia agroindustrial, adelantó.

Informó que hasta el momento han obtenido excelentes resultados, en cuanto a rendimiento por hectárea, en ciruelo, manzano y peral, en ambientes de alta densidad. De acuerdo con sus reportes, la producción de ciruela fue superior a las 25 toneladas por hectárea; siendo que la recolecta promedio en la República Mexicana fluctúa entre 10 y 12.

 

Asimismo, es posible adelantar y retrasar su fructificación, a través de esquemas de generación forzada. “El problema es que se vive en una región donde se presentan heladas tardías. Eso no permite manejarlos con el adelanto que se quisiera, de lo contrario se podrían cosechar frutos en enero”, puntualizó.

 

Los manzanos y otras especies en espalderas, podrían  utilizarse en México como setos o vallas de vegetación para dividir terrenos, casas y demás, y en lugar de colocar mallas para delimitar propiedades, recurrir a estas plantas, que poseen una buena foliación, sugirió.

 

Por otro lado, el responsable del LCTV señaló que en la FESC han desarrollado un medio de cultivo diferente a los que existen; se buscó uno idóneo, mediante el análisis nutrimental, que permita determinar las necesidades de los explantes cultivados in vitro.

 

Bajo este esquema se pueden obtener más de un millón de plantas en un año. Es una de las ventajas de la clonación masiva. No obstante, para ello se requieren instalaciones adecuadas, invernaderos y campos, todo tecnificado.

 

En la actualidad dicho espacio también brinda asesoría a quienes la requieren, tanto a agricultores de Hidalgo; Maravatío, Michoacán, y Texcoco en el Estado de México; como a productores de fresa en el Bajío o de uva en Hermosillo, Sonora, aclaró.

 

Otro objetivo es proveer a los alumnos de herramientas en áreas como biotecnología agrícola aplicada, micropropagación o clonación masiva de diversas especies. “Se tiene una estrecha vinculación entre docencia e investigación, de hecho aquí se imparten  diversas asignaturas de la carrera de Ingeniería Agrícola”, concluyó Francisco Cruz Pizarro.

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En la FES Cuautitlán de la UNAM se cultivan in vitro diferentes variedades de plantas, para conocer sus necesidades mediante un análisis nutrimental específico.

 

 

FOTO 02.

 

Francisco Cruz Pizarro, de la FES Cuautitlán de la UNAM, sugirió el desarrollo de un sistema de producción de alta densidad para incrementar el rendimiento de las zonas frutícolas del país.

 

 

FOTO 03

 

Con el método de alta densidad en especies frutícolas se hace un uso más eficiente del terreno y el recurso hídrico, afirmó el investigador de la UNAM Francisco Cruz Pizarro.