06:00 hrs. 11 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-424

Ciudad Universitaria

 

 


Salvador Alvarado

 Pie de fotos al final del boletín

 

FALTA DE OPORTUNIDADES, CAUSA DE DESINTEGRACIÓN SOCIAL EN JÓVENES

 

 

En su más reciente encuesta (2005), el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ) revela que 34 de cada 100 jóvenes, entre los 25 y 29 años, no tienen oportunidades formales de educación ni de trabajo digno con ingresos económicos adecuados.

 

El fenómeno ha provocado la desintegración social de los muchos que, ante la falta de oportunidades, se insertan en la economía informal y otros más quedan vinculados a la esfera del delito, fundamentalmente al narcomenudeo y al robo de vehículos y autopartes.

 

Así lo señaló el investigador de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Salvador Alvarado, quien afirmó que hay una enorme veta que no ha sido suficientemente explorada y valorada, sobre el papel de los jóvenes en esta sociedad.  “Lo que sorprende es que no sean más los que caigan en estas prácticas delincuenciales”.

 

Asimismo, el investigador sostuvo que la falta de oportunidades ha incitado a los jóvenes a nutrir las corrientes migratorias en busca de mejores perspectivas. Las familias pobres, señaló, expulsan hoy a 400 mil muchachos al año.

 

Datos recientes de Estados Unidos indican que más de dos millones de mexicanos intentan cruzar la frontera y lo logran alrededor de 400 mil. Es decir, alrededor de mil 100 personas diarias abandonan el país por falta de fuentes laborales y educativas.

 

Este contexto explica el deterioro social que se vive. La desintegración es el proceso de ruptura de los lazos que cohesionan a una colectividad; es decir, en México los dos mecanismos básicos que permiten al sujeto integrarse a la comunidad están colapsados: educación y empleo.

 

No se generan los programas necesarios para atender las demandas reales de sectores tan heterogéneos como el de los jóvenes. En este momento, dijo, ese tema debería ser prioridad en la agenda nacional, el centro de atención de las políticas públicas y de los programas de gobierno.

 

“No puede haber un ciudadano –en el sentido estricto de lo que ello significa– si no tiene un proyecto que le permita mayor autonomía, tomar decisiones y realizarse en términos existenciales, especificó.

 

“Tampoco puede haberlo con responsabilidad para participar en la vida pública, si no cuenta con conocimientos mínimos que le faciliten cambiar su realidad y ser protagonista de su propia historia” afirmó Salvador Alvarado.

 

Si a estos millones de jóvenes sin acceso a la educación y a un empleo digno, sin un proyecto de vida, se les vincula con un mercado boyante, altamente atractivo en términos de utilidad inmediata, entonces se tiene una situación explosiva, concluyó.

 

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FOTO 01

 

El investigador de la ENTS de la UNAM, Salvador Alvarado, afirmó que hay una enorme veta que no ha sido suficientemente explorada y valorada sobre el papel de los jóvenes en la sociedad.

 

FOTO 02.

 

Salvador Alvarado, investigador de UNAM, señaló que la falta de oportunidades ha incitado a los jóvenes a nutrir las corrientes migratorias en busca de mejores perspectivas.