06:00 hrs. 10 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-423

Ciudad Universitaria

 

 


Constantino Macías Garcia (1)

Constantino Macías Garcia (2)

 Pie de fotos al final del boletín

 

SOMBRÍO PANORAMA PARA LOS PECES DULCEACUÍCOLAS MEXICANOS

 

·        La introducción de especies exóticas y la degradación del hábitat, las principales causas, afirmó Constantino Macías Garcia, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM

·        Podrían desaparecer en el mediano plazo de no cambiar las condiciones a las que se enfrentan, alertó

·        Los universitarios han recuperado una variedad que se creía extinta, Zogoneticus tequila, encontrada en un pequeñísimo cuerpo de agua, en Teuchitlán, Jalisco

 

La introducción de especies exóticas, como carpa y tilapia, y la degradación y destrucción del hábitat, son las principales causas del sombrío panorama para las especies endémicas de peces que habitan en los cuerpos de agua del centro de México, señaló Constantino Macías Garcia, del Instituto de Ecología de la UNAM.

 

De no revertir rápidamente las condiciones actuales de contaminación por desechos industriales o de drenaje, y la inmoderada extracción de fuentes hídricas para llevar el recurso a las poblaciones humanas, esa riqueza podría desaparecer en el mediano plazo, agregó.

 

El especialista refirió que en México existe gran diversidad de peces dulceacuícolas, como los goodeidos, vivíparos propios del eje neovolcánico transversal agrupados en 16 géneros y unas 40 especies, aunque algunas ya están extintas en la naturaleza, o se conservan sólo en acuarios especializados, la mayoría del extranjero.

 

Estos ejemplares son excelentes monitores ambientales, porque sus embriones son sensibles a la contaminación, además de que algunos son de colores llamativos, y a pesar de no ser alimenticios, representan un alto porcentaje de la riqueza de especies en el centro del país, informó el integrante del Laboratorio de Comportamiento Animal del IE.

 

Macías Garcia dijo que no se deben buscar razones utilitarias para conservar a los organismos. "Incluso si no son comestibles y no tienen valor comercial existen razones para mantenerlos, entre ellas, que son parte de la riqueza biológica y no se tiene derecho a destruirlos".

 

Los goodeidos enfrentan, principalmente, la introducción de especies exóticas para el sostenimiento de la población. Eso se ha hecho de forma sistemática pero sin estudios serios que sustenten esta práctica, advirtió.

 

Su inserción en casi todos los cuerpos de agua es tal que la gente cree que son nativas, pero pueden ser portadoras de parásitos de otra región, contra los cuales las mexicanas tienen menos defensas, o ser depredadoras o competidoras por comida, aclaró.

 

A pesar de que las carpas se introdujeron a algunos lagos desde finales del siglo XIX, fue en las décadas de 1960 y 1970 cuando se intensificó su presencia, como parte de un programa gubernamental para impulsar un mayor consumo de proteína animal entre los campesinos. Ese procedimiento continúa de modo indiscriminado, tanto que existen en parques nacionales como Zempoala, añadió.

 

Lo mismo ocurre con las tilapias, provenientes de África, que se crían de forma industrial y se "siembran" en cada temporada en volúmenes hídricos naturales y artificiales, detalló.

 

Sin embargo, hay otras fuentes, pues la gente compra mascotas y luego las suelta en el ambiente al no saber qué hacer con ellas. Es un problema de educación, pues lo mismo se pueden encontrar tortugas y ranas ajenas a esos entornos. Esto es más grave de lo que parece, pues se empobrece la riqueza biológica, sentenció el experto.

 

Al mismo tiempo se perturba a los peces nativos, a los que la gente llama genéricamente “charales”, sin serlo, para usarlos como alimento de sus animales de compañía, reveló.

 

Constantino Macías trabaja, sobre todo, en la cuenca del Lerma-Santiago, en especial, el Alto Lerma, y en zonas de Jalisco, de donde proceden algunas de las especies de goodeidos.

 

Explicó que es difícil determinar las poblaciones de este grupo pues cada año se modifican. Por ejemplo, el pez amarillo del río de Lerma se puede encontrar en las lagunas montañosas de Zempoala y Salazar, pero también en diversas localidades a lo largo de los afluentes del Lerma, como la presa Ignacio Ramírez, que en algunos años puede secarse o ser invadida por el lirio acuático. Esta es una situación dinámica.

 

En un proyecto financiado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, evaluaron los conjuntos de goodeidos y la presencia, ausencia o abundancia de variedades exóticas, y se pudo determinar que en ciertos puntos hay mayor número de especies "ajenas" que lo reportado hasta ahora y sitios donde las  originarias han desaparecido, alertó.

 

En su Laboratorio se eligen grupos clave y se estudia la interacción conductual de los peces. En encierros se colocan números conocidos de ejemplares endémicos y nuevos para ver qué pasa a lo largo de meses: cuál prevalece, cómo se afectan, si se roban comida, estorban en el cortejo o se agreden, especificó.

 

Asimismo, con colegas de la Universidad de St. Andrews, Escocia, Macías Garcia ha desarrollado herramientas moleculares que permiten ver el estado de "salud" de la estructura genética de los peces mexicanos; o sea, si tienen pocas "versiones" de cada gene (condición de endogamia) y eso los hace vulnerables a cambios en el ambiente. Esto se ha dado a conocer en la revista británica Heredity.

 

Al mismo tiempo, los universitarios han recuperado una especie que se creía extinta, Zogoneticus tequila, encontrada en un pequeñísimo cuerpo de agua, de no más de cuatro metros de diámetro, en Teuchitlán, Jalisco, donde sobreviven unos pocos ejemplares y compiten con una especie traída de Trinidad y Tobago.

 

En este sentido afirmó que se deben establecer programas de crianza en cautiverio, a cargo de zoológicos y acuarios, para mantener a las variedades en lo que se determina cómo reintegrarlas al ambiente, aunque para ello se requiere primero recuperar los ecosistemas y controlar a las especies exóticas, finalizó.

 

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FOTO 01

 

Constantino Macías Garcia, del IE de la UNAM , alertó que en ciertos puntos del centro de México, hay mayor número de especies "ajenas" de peces y sitios donde las  originarias han desaparecido.

 

 

FOTO 02.

 

Integrantes del Instituto de Ecología de la UNAM, encontraron una especie de peces que se creía extinta, Zogoneticus tequila, en Teuchitlán, Jalisco. Foto de Misha Charreire.