06:00 hrs. 9 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-420

Ciudad Universitaria

 

 


Angelina Gutiérrez

 Pie de fotos al final del boletín

 

CONCENTRAN 40 POR CIENTO DEL PIB MUNDIAL, 200 EMPRESAS TRASNACIONALES

 

·        Contribuyen a profundizar la desigualdad y pobreza en el orbe, aseveró Angelina Gutiérrez Arreola, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

·        La mayoría de estos grupos proviene de Estados Unidos, aunque también de Alemania, Inglaterra, Francia, Japón e Italia, entre otros, dijo

·        A las naciones subdesarrolladas envían manufactura y maquila, y retienen investigación, desarrollo, distribución y comercialización en los industrializados, reveló

 

Alrededor de 200 empresas trasnacionales, provenientes de países industrializados, concentran cerca del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, aseveró Angelina Gutiérrez Arreola, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, quien señaló que estos consorcios han contribuido a profundizar la desigualdad y pobreza en el orbe.

 

La experta indicó que su influencia sobre la producción, distribución y consumo global es determinante, ya que acaparan la mayor parte del capital financiero, la información, conocimiento, tecnología y personal capacitado, y proceden casi exclusivamente de naciones en auge.

 

No pueden aportar para el desarrollo del resto de los países, pero –aclaró– favorecen la ampliación de la brecha entre sociedades, ya que fomentan la bonanza de ciertos Estados, mientras el tercer mundo queda a la zaga.

Si bien la instalación de sus subsidiarias y filiales impulsan el crecimiento de algunos sectores al crear procesos de industrialización, comercialización y servicios integrados a cadenas internacionales, no forzosamente responden a las necesidades locales y profundizan la desigualdad, dando lugar a nuevas  formas de dependencia, precisó.

 

Abundó que la mayoría de estos grupos proviene de Estados Unidos, aunque también figuran los de Alemania, Inglaterra, Francia, Japón e Italia, entre otros.

 

Dichas empresas, cada vez más grandes, se expanden mundialmente y forman poderosos consorcios financieros, industriales, comerciales o de servicios, a las que el proceso histórico de acumulación  ha llevado a desplazarse hacia los más diversos campos, detalló.

 

Su influencia se deja sentir, sobre todo por medio de su sistemática localización de plantas y proveedoras, que modifican el mapa socioeconómico de cada uno de los países donde se asientan, al transformar ramas económicas y zonas geográficas, agregó.

 

Esta situación obliga a la reestructuración del capital, la generación y el trabajo de las zonas integradas a estas redes y a una adaptación que margina a regiones, rubros y comercios caracterizados por modos tradicionales de producción y organización del trabajo, reveló.

 

Expuso que estas compañías han sufrido cambios a partir de la década de los años setenta, para reforzar su presencia mundial.

 

Anteriormente, dijo, eran verticales, pero a partir de esa época difunden sus diversas fases a nivel internacional. Así, a las naciones subdesarrolladas envía la manufactura o ensamble y maquila, mientras que concentra en los países industrializados las áreas de investigación, desarrollo, diseño, distribución y comercialización.

 

Asimismo, inciden en el ámbito laboral, con una dinámica flexible e insegura, al tiempo que seleccionan a los Estados en función de la mano de obra, de la infraestructura existente y de las facilidades que les otorgan los gobiernos, apuntó.

 

Su forma de operar también influye, pues le son atractivos los cambios constantes, con producción y regulaciones flexibles, añadió.

 

En el caso de México, precisó la investigadora, les interesa la fuerza de trabajo en ámbitos como el automotriz, la electrónica y confección. Para las empresas provenientes de Japón o Europa es una forma de acceder al mercado norteamericano, a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 

Alertó que si bien la legislación mexicana todavía no ha variado, en la práctica las contrataciones se dan sin seguridad social, de manera flexible y en ocasiones sin puesto fijo.

 

La investigadora, quien publicó recientemente el libro La empresa trasnacional en la reestructuración del capital, la producción y el trabajo, insistió que su constante reorganización ha modificado la forma de operar y organizar el trabajo en las diferentes ramas, sectores económicos y empresas, que se encuentran integrados a sus cadenas en los diversos  países donde incursionan.

 

Concluyó que su expansión provoca cambios profundos que violentan, en uno u otro sentido, las estructuras sociales nacionales, e influyen en las nuevas formas de integración de los Estados.

 

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FOTO 01.

 

La mayoría de las grandes trasnacionales provienen de EU, aunque también de Alemania, Inglaterra, Francia, Japón, Italia, entre otros, aseguró la investigadora de la UNAM Angelina Gutiérrez.

 

 

FOTO 02

 

La influencia de la empresa trasnacional sobre la producción, distribución y consumo mundial es determinante, dijo Angelina Gutiérrez Arreola, del IIEc de la UNAM.