12:00 hrs. 7 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-416

Ciudad Universitaria

 

 


Fernando Fierro

 Pie de fotos al final del boletín

 

EL DIEZ POR CIENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL TIENE NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

 

 

Alrededor del diez por ciento de la población mundial tiene necesidades educativas especiales, asociadas o no a una discapacidad. Sin embargo, a nivel internacional las estrategias para elaborar programas de intervención regular en el aula están rebasadas por el discurso teórico.

 

Afirmó Fernando Fierro Luna, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien indicó que el modelo de integración escolar que se lleva a cabo en México no funciona adecuadamente, ya que no existe una suficiente formación de profesionales para atender las necesidades de este grupo social.

 

Detalló que los requerimientos educativos especiales implican esfuerzos adicionales que presentan algunos alumnos para permanecer en la escuela ordinaria. Algunos pueden ser temporales, entre ellos problemas de aprendizaje. Sin embargo, hay otros de carácter permanente, como la deficiencia auditiva o visual profunda.

 

Expuso que la posibilidad real de incorporar a estas personas en el aula regular depende del nivel de profundidad de la alteración en el desarrollo, de las potencialidades que el estudiante tenga, y de adecuaciones a las instalaciones, tales como rampas y espacios adecuados para individuos en silla de ruedas.

 

Para ello, planteó la necesidad de preparar a los docentes y a los profesionales que intervienen y apoyan; ampliar dentro de la currícula de formación de maestros la integración, y adoptar plenamente un nuevo modelo para la diversidad.

 

Asimismo, sugirió que los directivos de los planteles busquen recursos  para atender a la población con necesidades especiales en las escuelas ordinarias, y que las autoridades respectivas establezcan procesos adecuados de acreditación para que continúen sus estudios.

 

Indicó que de acuerdo a las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en México hay entre 13 y 14 millones de personas que requieren cierto tipo de apoyos adicionales en la escuela.

 

Para ello, los profesionales que intervienen en el proceso –psicólogos, pedagogos, terapeutas del lenguaje y maestros de educación especial– no poseen los elementos o las condiciones necesarias ni un proceso de formación permanente en concordancia con los cambios, abundó.

 

En el país, alertó, coexisten todavía modelos del pasado, como el asistencial –ya que hay instituciones que segregan a estos sujetos– o el  médico rehabilitatorio, que atiende esta problemática sólo desde lo biológico, y los actuales, como el denominado curricular social, que considera importante la participación del docente, la familia y la comunidad.

 

Explicó que en 1992, cerca de cien países adoptaron este nuevo sistema, y firmaron un acuerdo para poner en marcha el modelo de integración educativa. Actualmente éste aún permea, aunque se impulsa el de formación en la atención de personas diversas.

 

A partir de ello, se crearon en México cuatro instancias básicas para atender a las personas con necesidades educativas especiales: la Unidad de Servicios y Apoyo a la Educación Regular (USAER), la cual apoya al maestro con alumnos con estas particularidades.

 

Se trata, abundó, de una instancia logística y operativa que se establece en una escuela sede, formada por un psicólogo, un pedagogo, un maestro de educación especial, un trabajador social, un terapeuta del lenguaje y otro especialista en terapia física. Tiene una función itinerante, al hacerse cargo de seis o siete escuelas.

 

Sin embargo, aseveró, no ha funcionado adecuadamente ya que sólo atiende a niños con problemas de aprendizaje temporal con dificultades para el cálculo, lectura o escritura, pero no está preparada para atender a niños con discapacidad visual o auditiva profundas.

 

Así, a nivel internacional, el discurso teórico en educación especial está a cien años luz, pero las estrategias para elaborar programas de intervención “están muy por debajo”, apuntó.

 

Se crearon también los Centros de Atención Múltiple (CAM), instituciones que dan servicio a aquellos que requieren apoyos mayores al tener posibilidades limitadas de incorporarse a una escuela regular, por alteraciones profundas en el desarrollo.

 

Sin embargo, alertó que en algunos están mezcladas poblaciones diversas, ya sea personas con deficiencia intelectual, junto con aquellos que padecen esquizofrenia o con paranoias.

 

Existen también las Unidades de Orientación a Padres de Familia o al Público, las cuales son pocas, y brindan ayuda a las familias que tienen entre sus integrantes a personas con necesidades educativas especiales.

 

Además, los Centros de Atención Profesional para Educación Preescolar, donde pedagogos, maestros en educación especial, fisioterapeutas y terapeutas del lenguaje, asisten a las escuelas de educación preescolar y apoyan a los padres y niños, a nivel de prevención, para que puedan tener un mejor desempeño en primaria.

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Las necesidades educativas especiales implican requerimientos adicionales para permanecer en la escuela ordinaria, expuso Fernando Fierro Luna, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

 

FOTO 02.

 

En México se han creado instancias básicas para atender a las personas con necesidades educativas especiales, destacó el académico de la UNAM Fernando Fierro Luna.