12:00 hrs. 17 de Junio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-370

Ciudad Universitaria

Mireya Moya

 

Pies de foto al final del boletìn

 

ESCASA O COMPLEJA, LA MODELACIÓN DE PARTÍCULAS ATMOSFÉRICAS EN MÉXICO

 

 

La modelación de la calidad del aire en partículas atmosféricas, en el país sigue siendo escasa o compleja debido a la dificultad en adquirir bases de datos validadas sobre este contaminante, aunque podrían fortalecerse las redes de medición y los inventarios de emisiones, señaló Mireya Moya, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

 

El problema no está en la formulación teórica de los procesos fisicoquímicos de conversión gas-partícula, sino en la experimental; ésta ha sido la limitante común para avanzar, aunque con el apoyo de proyectos de la UNAM y CONACYT-Ciencia Básica, este mes se difunde en publicaciones especializadas “un modelo de partículas adecuado para ser aplicado a condiciones atmosféricas del Valle de México”.

Ello, fruto de tres años de investigación en la Universidad, en colaboración directa con el Georgia Institute of Technology, indicó al dictar la conferencia ¿Hacia dónde enfocar las investigaciones teórico-experimentales sobre partículas atmosféricas?, durante el VI Simposio de Contaminación Atmosférica.

 

Pese a que modelar la calidad del aire es un proceso complejo, se deben hacer aportaciones en este campo del conocimiento, pues “se sabe que herramientas de este tipo se han usado en zonas urbanas altamente contaminadas, con el fin de diseñar estrategias de control de emisión de partículas, bajar sus niveles y salvaguardar, al final, la salud de la población”, detalló.

 

El primer paso es una caracterización química completa y  validada, en lo cual se han dado pasos importantes en la última década, en particular, en este caso de estudio, en la zona urbana de la Ciudad de México, aseveró.

 

Mireya Moya analiza los aerosoles, es decir, las partículas suspendidas en el aire. “Los diámetros de interés para quienes observan los procesos fisicoquímicos que las forman en la atmósfera, van desde algunos nanómetros hasta decenas de micrómetros”, apuntó.

 

Interesan, dijo, particularmente “porque intervienen en varios procesos atmosféricos. Especialmente tienen tres efectos importantes: contribuyen significativamente a una reducción de la visibilidad, afectan el balance radiativo del planeta y tienen efectos adversos en la salud humana”.

 

Sobre este último punto, destacó que los estudios efectuados en los últimos cinco años son contundentes respecto a que, en la medida en que su tamaño disminuye, hay un aumento en la mortalidad y morbilidad en enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Por eso el interés en avanzar en estudios teóricos-experimentales sobre el tema, aseveró

 

Respecto de las fuentes que originan los aerosoles, comentó que pueden ser naturales o antropogénicas. “Si se revisa la literatura, en específico los últimos ocho años, se han encontrado evidencias importantes en cuanto a que la composición química de las partículas, especialmente las de diámetro fino, está relacionada con actividades realizadas por el ser humano, en específico con procesos de combustión”.

 

Mireya Moya añadió que para la aplicación de este tipo de modelos no sólo se requiere conocer los niveles gravimétricos de partículas, que son los que rutinariamente se miden en el Valle, “sino que el estudio de este contaminante debe enfocarse a una especiación, por ejemplo, si se deben disminuir los sulfatos (o azufre en la gasolina) o amonios contenidos en las mismas, para observar una reducción, en forma sustancial, de los niveles de concentración medidos”.

 

Una motivación más para el desarrollo de estos sistemas “es que sirven para predecir día a día y estimar si no se sobrepasan los picos de concentración, cuya observancia recomienda la Organización Mundial de la Salud, por la población expuesta a estos niveles”, aseveró en el encuentro efectuado en El Colegio Nacional.

 

Como meta final a corto plazo, concluyó, se pretende predecir en tiempo real la composición de las partículas en forma regional en la República Mexicana, lo cual ya se hace en Estados Unidos y Canadá, y forma parte de los compromisos ante la North American Regional  Strategy on Tropospheric Ozone (NARSTO, organización que analiza el ozono troposférico) aunque el logro de este objetivo dependerá, nuevamente, de la adquisición de bases de datos experimentales, completas en su especiación química y validadas, además de la disponibilidad de un inventario de emisiones de este contaminante.

 

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FOTO 1.

Mireya Moya, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, advirtió que la modelación de partículas atmosféricas en el país sigue siendo escasa o compleja.

 

FOTO 2

Se ha encontrado que la composición química de las partículas, especialmente las de diámetro fino, está relacionada con procesos de combustión, dijo la investigadora de la UNAM Mireya Moya.