Boletín
UNAM-DGCS-370
Ciudad
Universitaria
Mireya Moya |
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ESCASA O
COMPLEJA,
La modelación de la calidad del aire en partículas atmosféricas, en el
país sigue siendo escasa o compleja debido a la dificultad en adquirir bases de
datos validadas sobre este contaminante, aunque podrían fortalecerse las redes
de medición y los inventarios de emisiones, señaló Mireya Moya, investigadora
del Centro de Ciencias de
El problema no está en la formulación teórica de los procesos
fisicoquímicos de conversión gas-partícula, sino en la experimental; ésta ha
sido la limitante común para avanzar, aunque con el apoyo de proyectos de
Ello, fruto de tres años de investigación en
Pese a que modelar la calidad del aire es un proceso complejo, se
deben hacer aportaciones en este campo del conocimiento, pues “se sabe que
herramientas de este tipo se han usado en zonas urbanas altamente contaminadas,
con el fin de diseñar estrategias de control de emisión de partículas, bajar
sus niveles y salvaguardar, al final, la salud de la población”, detalló.
El primer paso es una caracterización química completa y validada, en lo cual se han dado pasos
importantes en la última década, en particular, en este caso de estudio, en la
zona urbana de
Mireya Moya analiza los aerosoles, es decir, las partículas
suspendidas en el aire. “Los diámetros de interés para quienes observan los
procesos fisicoquímicos que las forman en la atmósfera, van desde algunos
nanómetros hasta decenas de micrómetros”, apuntó.
Interesan, dijo, particularmente “porque intervienen en varios
procesos atmosféricos. Especialmente tienen tres efectos importantes:
contribuyen significativamente a una reducción de la visibilidad, afectan el
balance radiativo del planeta y tienen efectos adversos en la salud humana”.
Sobre este último punto, destacó que los estudios efectuados en los
últimos cinco años son contundentes respecto a que, en la medida en que su
tamaño disminuye, hay un aumento en la mortalidad y morbilidad en enfermedades
respiratorias y cardiovasculares. Por eso el interés en avanzar en estudios
teóricos-experimentales sobre el tema, aseveró
Respecto de las fuentes que originan los aerosoles, comentó que pueden
ser naturales o antropogénicas. “Si se revisa la literatura, en específico los
últimos ocho años, se han encontrado evidencias importantes en cuanto a que la composición
química de las partículas, especialmente las de diámetro fino, está relacionada
con actividades realizadas por el ser humano, en específico con procesos de
combustión”.
Mireya Moya añadió que para la aplicación de este tipo de modelos no
sólo se requiere conocer los niveles gravimétricos de partículas, que son los
que rutinariamente se miden en el Valle, “sino que el estudio de este
contaminante debe enfocarse a una especiación, por ejemplo, si se deben
disminuir los sulfatos (o azufre en la gasolina) o amonios contenidos en las
mismas, para observar una reducción, en forma sustancial, de los niveles de
concentración medidos”.
Una motivación más para el desarrollo de estos sistemas “es que sirven
para predecir día a día y estimar si no se sobrepasan los picos de
concentración, cuya observancia recomienda
Como meta final a corto plazo, concluyó, se pretende predecir en
tiempo real la composición de las partículas en forma regional en
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FOTO 1.
Mireya Moya, del
Centro de Ciencias de
FOTO 2
Se ha encontrado
que la composición química de las partículas, especialmente las de diámetro
fino, está relacionada con procesos de combustión, dijo la investigadora de