Boletín
UNAM-DGCS-354
Ciudad Universitaria
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SIN CIENCIA Y TECNOLOGÍA SE CONDENA A
·
El profesor emérito de
·
Dictó
·
A finales del siglo XX en México había cinco
científicos por cada 10 mil integrantes de la PEA; en Turquía 7, en Francia 59,
en Suecia 68 y en Estados Unidos 74, recordó
En un mundo que depende cada vez más del dominio de la
ciencia y de la tecnología, el rezago del país en incorporarse al desarrollo de
ambos sectores condena a la sociedad a decisiones e intereses de los que
generan y explotan el conocimiento en el extranjero, así como a las religiones
que no toleran la libertad de pensamiento, aseguró Ruy Pérez Tamayo, profesor
emérito de la UNAM.
Añadió que ese atraso significa renunciar a la autonomía que
permite el crecimiento personal y colectivo de las aspiraciones propias de una
sociedad plural.
En
En el marco del octavo aniversario del ciclo La ciencia más allá del aula, organizado en la Facultad de Química y coordinado por Lena Ruiz, señaló que esa actividad puede hacer contribuciones fundamentales, siempre y cuando tenga el tamaño y los recursos para generar los conocimientos, y así lograr una mejor sociedad.
No se trata
solamente de su capacidad para encontrar soluciones a lo graves problemas
ambientales, que en la situación de emergencia ecológica actual no sería una
contribución menor; “se trata, sobre todo, del efecto positivo que tiene en el
ser humano el mejor saber científico de sí mismo, de la especie y del resto de
la naturaleza, sobre los niveles de tolerancia y de respeto para todo lo que lo
rodea”, abundó.
Recordó que a finales del siglo pasado, la comunidad científica mexicana estaba conformada por 6 mil 246 integrantes, miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), para una población de 99.8 millones de habitantes, es decir, menos de un científico, 0.65, por cada 10 mil personas, mientras que en Chile había 3, en Cuba 4, en España 5.5, en Canadá 11, en EU 35 y en Alemania 42.
Otro
parámetro revela que en México había cinco científicos por cada 10 mil
integrantes de
La
matricula de educación superior en esa fecha era de dos millones de alumnos,
pero los inscritos en carreras como biología, química, física y matemáticas
representaban 1.7 por ciento del total, contra 28 de los inscritos en economía,
administración y contaduría.
Se
recibieron 1 mil 109 doctores en todas las áreas, mientras que en Corea del Sur
fueron 5 mil 587; 6 mil 600 en Brasil, y 45 mil 481 en EU. “Las diferencias,
por supuesto, no se deben al tamaño de
la población, ya que España tiene menos de la mitad de los habitantes que
México, pero graduó a cinco veces más doctores, y EU, con el triple de
habitantes, lo hizo 45 veces más”, informó.
La pobre
producción de doctores y, por lo tanto, de investigadores, era una
manifestación más del subdesarrollo de la ciencia y la tecnología en el país,
una profesión y actividad poco conocida, sin prestigio social, pésimamente
remunerada, sujeta a vaivenes políticos y manejada por administradores que la
desconocen.
En aquel
año, México dedicaba 0.35 del PIB a ciencia y tecnología, contra el 2.52 de
Alemania o 4.27 de Suecia, detalló.
En un escenario pesimista del futuro de la ciencia en México, dijo
Pérez Tamayo, se verá el estancamiento de la economía nacional, que continuará
sin modificación o con un descenso aún mayor, reduciendo la inversión del
Estado. Al mismo tiempo el discurso oficial retomará los grandes problemas
nacionales, al señalar que en tiempos de crisis debe atenderse lo urgente y
después lo importante. Se dirá que la ciencia básica es fundamental, pero al
mismo tiempo se reducirá el apoyo a la misma.
Se frenará
el crecimiento de la comunidad, se reducirá la matrícula en campos científicos
y seguirá aumentando en áreas de administración y servicios; la comunidad
especializada seguirá envejeciendo, hasta que su número disminuya poco a poco,
advirtió.
El escenario optimista consistiría en que los legisladores
aprueben la reforma fiscal. “El Estado por fin contaría con más recursos,
aumentarían las exportaciones, mejoraría el gasto en educación”, mencionó.
También se promovería el desarrollo de la ciencia y
tecnología, se garantizaría el empleo y facilidades de trabajo a estudiantes
que concluyen sus doctorados o posdoctorados. Se
incrementaría la demanda de carreras científicas y de quienes se dedican a esa
actividad.
Estuvieron presentes en el acto el director general de
Asuntos del Personal Académico, Alipio Calles
Martínez; la secretaria general de la FQ, María del Carmen de Teresa, y
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FOTO 01
Lena Ruiz, Ruy Pérez Tamayo y María
del Carmen de Teresa, previo a
FOTO 02.
Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito
de la UNAM, dijo que el rezago del país en incorporarse al desarrollo de
ciencia y tecnología condena a la sociedad a decisiones e intereses del
extranjero.